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martes, abril 23, 2024
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Aborto provocado y aborto espontáneo: ¿Cuáles son las consecuencias?

Por el diácono Pedro Reyes, Parroquia de San Guillermo, Fort Lupton.

En el artículo anterior hablamos de lo que constituye un aborto provocado en el sentido físico. Pero ¿qué hay de las consecuencias espirituales? En el Catecismo de la Iglesia Católica encontramos lo siguiente:

“La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana” (CIC 2272).

Esto se debe a que se atenta contra el ser más indefenso, y, por lo tanto, la pena es grande. El aborto es gravemente contrario a la ley moral. Por esta razón, cuando alguien necesita confesar esta clase de pecado, no puede ir con cualquier sacerdote, sino que necesita acudir a su obispo o a algún otro sacerdote que tenga permiso para perdonar esta clase de pecados.

Ahora, estas consecuencias solo aplican a los abortos provocados o directos. Esta consecuencia no aplica a los abortos espontáneos, o sea, los no deseados. Hay veces que un bebé no llega a su gestación completa y muere antes de tiempo, ya sea porque el bebé no se implantó en el seno de su madre o cualquier otro motivo. Aunque en estos casos también se pierde la vida de ese ser y en ocasiones es necesario sacar el cuerpo sin vida del bebé para que la madre no sufra algún mal físico, la muerte no fue causada de manera voluntaria.

Pero ¿qué se debe hacer con el cuerpo de este bebé? ¿Le debo dar sepultura o simplemente dejar que el hospital se encargue de deshacerse del cuerpo?

Cada ser humano, desde su concepción, tiene una dignidad especial que le ha sido otorgada por Dios. Debido a esto, a estos bebecitos se les debe dar el mismo trato que a cualquier otra persona. Esto significa que debemos enterrarlos igual que alguien que tuvo la oportunidad de nacer y tener una vida larga, inclusive si ya han sido cremados sus cuerpecitos. La Iglesia ofrece ritos especiales para dar sepultura a estas personitas tan preciosas.

A veces no todas las familias tienen recursos para esto. Para estas familias existe el programa “Precious Lives” aquí en la arquidiócesis de Denver. Pueden hablar con su párroco o directamente con el cementerio Mount Olivet, que se encarga de este programa gratuito para las familias que están pasando por este momento tan difícil. Ellos les ayudarán con todos los trámites. Además, tienen varios voluntarios que se encargan de hacer todo lo necesario para que estos bebés tengan un funeral y sepultura dignos de una vida tan preciosa.

 

Para obtener más información sobre el programa «Precious Lives», puede llamar al cementerio Mount Olivet al 303.502.9179.

Si usted o alguien que conoce decidió tener un aborto o ha sido afectado por un aborto, hay esperanza para sanar. Dios tiene el poder para reconstruirnos y redimirnos.

Hombres y mujeres pueden encontrar ayuda para sanar después de un aborto en esperanzaposaborto.org y elvinedoderaquel.org.

 

Haz clic en la imagen para leer todos los artículos de la edición “Conoce a san José: Padre, guía, modelo y guardián nuestro” de la revista de El Pueblo Católico.

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