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Arte en Nuestra Señora de la Gracia renueva la devoción de los fieles

El padre Félix Zermeño creció rodeado de arte en su querido pueblo de Encarnación de Díaz, Jalisco, México. Las iglesias, los campanarios y los colores que lo acompañaron en su niñez son características de su fe católica que hasta el día de hoy suscitan en él asombro y melancolía.

Por eso, no es de extrañarse que por muchos años el padre Félix atesorara un sueño como párroco de Nuestra Señora de la Gracia en Denver: embellecer la iglesia para inspirar la misma devoción que generaban las iglesias de su tierra querida. Dicho sueño se hizo realidad este mes de julio, cuando se instalaron en Nuestra Señora de la Gracia los nuevos vitrales provenientes de su pueblo natal.

El arte y la belleza que formaron parte de la niñez del padre Félix Zermeño Martín lo llevarían a luchar por el deseo de embellecer su parroquia con el fin de suscitar una mayor devoción en sus feligreses. (Fotos de Vladimir Mauricio-Pérez)

“Siempre he estado rodeado de arte y de vitrales. Me gusta mucho el arte porque lo visual dice más que mil palabras”, dijo el padre Félix. “Por eso estoy empleando las imágenes, los vitrales, para recordarle a la gente los misterios de la fe”.

“Todo es para Dios. Dios nos da todo y a Dios debemos darle lo mejor. Pero también ayuda a la gente a ver que están entrando a un lugar sagrado, que hay que guardar respeto, silencio, que no es como entrar a una tienda. Ahora, al entrar por cualquier puerta, uno ve los santos alrededor, y eso lleva al recogimiento”.

Si bien la idea de hacer algo para embellecer la iglesia surgió cuando llegó como vicario parroquial a Nuestra Señora de la Gracia en el 2008, no se formalizó hasta el 2018, cuando ya era párroco.

El 2018 no fue un año fácil para el padre Félix a causa de una enfermedad. Mas ese momento de adversidad le permitiría retomar la idea que años atrás había concebido.

“El obispo Jorge Rodríguez, que en ese entonces era el vicario para el clero, vino a visitarme y me dijo que luchara por esa idea, por ese sueño. Y entre él y yo empezamos a ver qué imágenes podíamos poner”, recordó el sacerdote.

Dado el número de vitrales que se podían instalar y la advocación mariana de la parroquia, decidieron incluir los misterios principales del santo rosario que se refieren a la Virgen María. Así los fieles encontrarán entre los vitrales representaciones de la Anunciación, la Visitación, las Bodas de Caná y otros más con imágenes de santos, ángeles y misterios bíblicos, como la Santísima Trinidad y el Bautismo del Señor.

El padre Félix ya sabía a quién acudiría para asegurarse de que todo saliera tal como él lo había visualizado: a Vitrales y Emplumados Ortiz, la empresa de su querido pueblo de Encarnación de Díaz, Jalisco, reconocida a nivel nacional. Además de permitirle trabajar con personas de confianza –como un primo hermano y un primo segundo que son empleados de la compañía–, la decisión le permitiría hacer algo bello a un precio asequible para la parroquia.

“Cuando vi las primeras imágenes, yo lloré por la belleza del impacto”, aseguró el padre Félix. “Y simplemente al estar diciendo la plegaria eucarística, cuando habla de María, José, los santos, los ángeles, los apóstoles, lo mártires, siento que están ahí a mi alrededor”.

“También he visto a otras personas llorar, a parroquianos que llevan aquí muchos años y que han dicho: ‘No lo puedo creer. No es cierto. Estoy soñando’”.

La gratitud de sus feligreses y el aumento en el número de solicitudes para quinceañeras y bodas han sido para el padre Félix una confirmación de que el arte y la belleza pueden ser un medio eficaz para la nueva evangelización. No solo atraen a personas nuevas, sino que a la vez avivan el fervor y renuevan la devoción de los fieles que han sido parroquianos por muchos años.

“Las personas se sienten valuadas, respetadas; sienten que su fe importa, que no todo se trata de cuestiones económicas”, añadió el sacerdote, recordando las dificultades financieras que la parroquia ha tenido que enfrentar. “Además, las veces que hemos dejado las luces prendidas al anochecer, hemos visto a gente acercarse a ver la iglesia desde fuera. Eso va a ayudar a que más gente que vive aquí se acerque, que vean que es una iglesia nueva, diferente”.

Este proyecto de renovación exterior también ha sido para el padre Félix y la comunidad parroquial una experiencia de renovación interior. Con la gracia de Dios, el párroco ahora espera llevar a cabo otros proyectos de renovación con el fin de ayudar a sus feligreses a vivir la fe, y en especial la Santa Misa, de una manera más profunda.

“Las imágenes, los gestos y los símbolos juegan un papel muy importante en nuestra fe y lo han hecho siempre, como se ve en la Biblia”, concluyó el padre Félix. “Uno como sacerdote llega a una parroquia y se va, pero cosas como estas quedan para otras generaciones”.

Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez fue el editor de El Pueblo Católico y el gerente de comunicaciones y medios de habla hispana de la arquidiócesis de Denver.
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