Mientras celebramos la Semana de las Escuelas Católicas aquí en la arquidiócesis de Denver y en todo el país, el arzobispo Samuel J. Aquila ha expresado gratitud a Dios por las escuelas católicas y su misión esencial de formar discípulos. A continuación, su declaración completa:
«Al reflexionar sobre la Semana de las Escuelas Católicas de este año, mi corazón se llena de gratitud al Padre por las escuelas católicas de nuestra arquidiócesis. Ellas hacen brillar continuamente la luz de Jesús en los corazones y las mentes de nuestros niños.
En los últimos cuatro años, nuestras escuelas católicas han emprendido una amplia renovación de su misión y de sus planes de estudio. Se ha pedido a cada escuela que asuma el estatuto de la Iglesia para la educación. A través de métodos pedagógicos humanos y planes de estudio intemporales de la tradición intelectual de la Iglesia, el alumno es conducido al encuentro con Jesucristo, para convertirse en su discípulo. Así, el alumno descubre las respuestas a los anhelos del corazón humano, hecho para Dios, y encuentra sentido y alegría a la vida. Me siento agradecido de estar en este viaje con los profesores de nuestras escuelas cuando imparten esta educación transformadora. Ellos trabajan incansablemente para transmitir la maravilla de la inteligibilidad del mundo, para vivir una vida desde una imaginación sacramental, para descubrir la identidad de los alumnos que se encuentra en conocer la historia humana a través de la historia con una cosmovisión bíblica, y, para compartir la plenitud de una vida vivida en amistad con Jesucristo».
