Por el padre Warli Castro, párroco de Holy Cross Catholic Church en Thornton.
El 14 de septiembre se celebra la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, una fiesta que nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320 por santa Elena, madre del emperador Constantino.
La fiesta de la Santa Cruz nos habla del gran misterio de amor que Dios tiene hacia nosotros y nos hace reflexionar a qué punto ha llegado el amor que Dios padre tiene por nosotros; un amor sin límites que entrega a su propio hijo a una muerte de Cruz por nosotros, como dice san Pablo a los Filipenses, “Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de Cruz” (Filipenses 2: 7-8), esa muerte de Cruz es la victoria de Cristo sobre la muerte como dice el Martirologio Romano, “La Santa Cruz es ensalzada y venerada como trofeo pascual de la victoria de Cristo”.
Las lecturas de la Santa Misa nos ayudan a entender ese gran misterio de amor. En el Evangelio hemos escuchado ese misterio de amor, “Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amo Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él” (Juan 3:14-17). Entonces vemos que la Cruz como nos dijo el Evangelio es para que tengamos vida eterna y salvación. Esa vida eterna es el espíritu de Cristo resucitado que habita en nosotros, el espíritu que vence la muerte y la salvación que la Cruz nos regala es la salvación de nuestros pecados.
En estos días he reflexionado mucho sobre la fiesta de la Santa Cruz y encontré una frase del Santo Cura de Ars que me ha hecho pensar que la Cruz nos lleva a la vida eterna, él dice:
“Las contradicciones nos ponen al pie de la Cruz, y la Cruz nos lleva al cielo” Santo Cura de Ars.
Eso me ha hecho reflexionar en las siguientes preguntas: ¿Qué es la Cruz para mí? ¿Cuál es la Cruz que se me invita a cargar hoy? para poder contestar estas preguntas es necesario primero entender que es la Cruz. La Cruz para nosotros puede significar muchas cosas, por ejemplo: situaciones, eventos, personas en mi vida que no he aceptado o que me cuesta entender, lo que me hace sufrir y estando en esas pruebas y dificultades a menudo me lleva a dudar del significado de la vida y de todo lo demás, y nos preguntamos “¿por qué me pasa eso a mí?”, “¿por qué ahora?”, “¿por qué han hecho eso conmigo?”, “¿por qué esa injusticia en mi vida?”, “¿por qué esa dificultad ahora? ¡todo estaba bien!”, “¿por qué ese problema en mi familia?”, “¿por qué nadie me entiende?”, etc., lo que quiero decir es que la Cruz nos pone una interrogante sobre nuestra vida y el porqué del sufrimiento.
Por lo tanto, la fe nos ayuda a ver que los sufrimientos que hemos vivido o que estamos viviendo, son una bendición de Dios que nos llevará al cielo como ha dicho el santo cura de Ars, “Las contradicciones nos ponen al pie de la Cruz, y la Cruz nos lleva al cielo”. Si reflexionamos sobre nuestra vida nos daremos cuenta que fue la Cruz que tuvimos lo que nos llevó a un encuentro con Cristo y hemos descubierto su amor misericordioso en una situación difícil, o a lo mejor un evento imposible en el que nos encontrábamos, entonces la fe nos hace ver que la Cruz que tenemos en nuestra vida nos lleva a estar muy cerca de Dios. A través de la Cruz, también descubrimos que no somos Dios, y que es el Señor quien tiene el control de nuestra vida, eso nos llama a la humildad y nos enseña que Dios no nos ha abandonado y que nos invita a estar unidos a Él, que nos ama mucho.
Entonces yo te invito a que te hagas esa pregunta a ti mismo, ¿cuál es mi Cruz hoy? Que Dios los bendiga, y abraza la Cruz que nuestro buen Dios te ha regalado para tu salvación.