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miércoles, abril 24, 2024
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Centro San Juan Diego y Ministerio Hispano tendrán nuevo director

“Me considero un hijo del Centro San Juan Diego, llamado a servir a Dios”, así es como se identifica Luis Álvarez, nuevo Director del Ministerio Hispano de la Arquidiócesis de Denver, quien acaba de terminar su Licenciatura en Ciencias Religiosas, otorgada por la Universidad Católica Anáhuac, de México, en coordinación con el Centro San Juan Diego (CSJD, por sus siglas). Luis comenzará su labor el próximo 8 de septiembre.

Álvarez es originario de Fresno, California, de padres mexicanos y ha vivido tanto en México como en Estados Unidos.

Aunque actualmente Luis Álvarez trabaja como Ingeniero de Instalaciones en la base militar de Colorado Springs, durante muchos años ha prestado su servicio como voluntario a la iglesia, siendo el Primer Encuentro Nacional de Pastoral Juvenil Hispana realizado en junio de 2006 en la Universidad de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos, el primer paso que lo llevaría a la misión que hoy está a punto de comenzar.

El ahora también director de CSJD, tuvo una participación importante en su grupo, ya que diseñó la camiseta que portarían para representarlos en dicho evento nacional, donde además tuvo la oportunidad de convivir con miembros de Pastoral Juvenil Hispana de Denver. “Fuimos al evento junto al grupo de Denver, después de eso como quien dice me adoptaron, y yo aproveché porque ellos tenían muchos servicios de formación que en aquel momento no teníamos nosotros”, recordó Álvarez.

Llamado a la Fe

El llamado a entregarse a la fe lo recibió en ese mismo evento. Comenzó tomando diferentes cursos de formación e hizo su certificación como agente pastoral -entre otros-, para después comenzar sus estudios de Licenciatura en Ciencias Religiosas. “Sentí un llamado interno, un llamado de Dios”, eso fue lo que contestó Luis Álvarez al preguntarle acerca de su motivación por llegar a ocupar el puesto de director de dicho centro.

Álvarez, siente que su experiencia de haber vivido entre dos culturas como lo son México y Estados Unidos, y dominar el español e inglés a un nivel paralelo, le ayudara a tener un impacto positivo para ayudarlo a entender mejor las necesidades de la comunidad hispana del norte de Colorado. “Dios te va guiando, y te va poniendo la preparación que necesitas. Mucho de ello lo traigo con mi experiencia, y mucho lo recibí del CSJD y de todo su equipo”, comentó Luis, al mismo tiempo de agregar que… “Es un honor ahora ser parte de ellos. He recibido mucho y ahora me toca servir a mí ya que soy uno de los frutos; soy hijo de Centro y ahora voy a ser un eslabón en la cadena de formación”.

Planes para un futuro próximo

Dentro de los planes del nuevo director del Ministerio Hispano se encuentra el seguir apoyando a los líderes de grupos juveniles con quienes ya ha estaba trabajando. También expresó su principal interés por trabajar con las familias hispanas, ya que “no estamos llegando al altar, no estamos casándonos por la Iglesia. En este año que es el año de la Familia y el año entrante que es el año de la Misericordia, hay que trabajar en alimentarnos de la eucaristía”, acotó el entrevistado. Además, continúo diciendo: “Hay que arrimarnos a la misericordia de Dios, principalmente en el sacramento de la Reconciliación”. Asimismo, Luis destacó que le gustaría ver que se regularizaran los matrimonios, para de esa manera llegar a tener un mayor acceso a la fuente de gracia principal que es la Eucaristía.

Por otra parte, el trabajar en conjunto con las parroquias para que cada una de estas logre dar a su comunidad hispana correspondiente lo que necesita, es otra de las metas a lograr para Luis. “A veces faltan los recursos o las personas, a veces hay quien tiene muchas ganas de ayudar pero no tiene la formación, es ahí donde entra CSJD”, señaló.

Álvarez finalizó expresando su emoción, aunque también sus nervios naturales por la nueva etapa que está por comenzar: “A veces cuando Dios nos pone ante una misión, ante un reto que –humanamente hablando- parece que va a ser algo exigente, tenemos la tentación de ver nuestros límites humanos, nuestra capacidad y nuestra experiencia, pero al final este es el proyecto de Dios para mí y mi trabajo es aceptar y decirle a Dios ¡aquí estoy y que sea según su voluntad!”.

 

 

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