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jueves, abril 25, 2024
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¿Cómo responderá tu parroquia al Avivamiento Eucarístico?

Este domingo de la solemnidad de Corpus Christi (11 de junio), la arquidiócesis inicia el segundo año del Avivamiento Eucarístico, que se enfoca en la parroquia. Estamos convencidos de que el Año Parroquial es el año más importante del Avivamiento Eucarístico. Las razones son muchas, pero principalmente se debe a que la experiencia más común para los fieles de encontrar a Jesús en la Eucaristía sucede en la celebración local de la Misa en nuestras parroquias. Como señaló un párroco: “Necesitamos entender cómo participar mejor en lo que ya hacemos todos los días”.

Previo al año parroquial, he enviado a equipos del centro pastoral a visitar muchas de nuestras parroquias y decanatos para comunicar los propósitos del Avivamiento Eucarístico, informar sobre la planificación y ayudar con el discernimiento de los equipos parroquiales. Los obispos de los Estados Unidos esperan que el Avivamiento Eucarístico sea principalmente un movimiento de base. Me gustaría compartir aquí los objetivos específicos de la arquidiócesis de Denver con la esperanza de que los lleven a la oración y le pregunten a Jesús cómo les pide a ustedes y a su parroquia responder este año.

El primer objetivo es fomentar encuentros con Jesús en la Eucaristía entre las personas que no lo han encontrado ahí antes.

Dicho de otra forma, si al final del Avivamiento Eucarístico lo único que hemos hecho es animar a alguien que ya es fiel y devoto a la Eucaristía a ser más devoto, hemos fracasado. Nuestro objetivo principal es, como escuchamos en el proceso sinodal: «Encontrar formas creativas de llevar a Jesús Eucaristía a los demás y llevar a los demás a Jesús Eucaristía». Jesús desea que nuevas personas lo encuentren en la Eucaristía. Él desea que los católicos que ya van a Misa pero que nunca aprendieron cómo participar participen plenamente y beban de las aguas vivas que están presentes en la liturgia. Quiere hacer algo nuevo.

El segundo objetivo es aumentar la devoción a la sagrada Eucaristía en la Misa, pero también en la adoración, y fortalecer la relación entre ambas en la conciencia de los fieles.

Un Avivamiento Eucarístico debe centrarse en un avivamiento de la celebración de la liturgia de la Iglesia. Por Iglesia me refiero a todo el pueblo de Dios. Cuando hablamos de la Eucaristía, la Misa es el centro. La adoración eucarística, que es una hermosa práctica y devoción, existe en relación con la Misa. Si perdemos de vista este vínculo, la adoración corre el riesgo de convertirse en algo extraño a la acción salvífica de Jesús en la Eucaristía. La adoración eucarística debe llevarnos a una adoración más profunda en la Misa, ya que estamos unidos al único sacrificio de Jesucristo en su adoración al Padre. Nosotros, unidos al único sacrificio de Jesús, nos ofrecemos al Padre y somos fortalecidos en esta ofrenda de nosotros mismos cuando recibimos a nuestro Señor.

El tercer objetivo es unir ministerios, movimientos, parroquias, entidades e incluso las diócesis de Colorado para convertirse verdaderamente en un solo cuerpo en la Eucaristía.

La unidad, otro tema fuerte en el proceso sinodal, está presente en la Eucaristía, ya que nos convertimos en un solo cuerpo con Jesucristo. Durante el Año Diocesano tuvimos la bendición de involucrar a varios movimientos eclesiales laicales y apostolados locales para colaborar y asociarnos con ellos. Es una bendición tener estos movimientos y apostolados que nos ayudan a encontrarnos con Jesucristo. No deben estar en competencia entre sí o ser la única forma de encontrar a Jesús. Todos ellos están unidos a través de la Eucaristía y en la manera en que la celebramos y la entendemos como católicos.

El cuarto y último objetivo es promover y recuperar la belleza de los milagros, los himnos y el arte eucarísticos.

Este objetivo surgió del discernimiento inicial de múltiples grupos pequeños a quienes se les recordó en oración los tesoros que tenemos como Iglesia en nuestro arte eucarístico. A menudo damos por sentado los grandes dones que Dios nos ha dado a lo largo de la historia. Este objetivo nos desafía a retomar nuestros himnos y arte eucarísticos, orar con ellos y recuperar su uso en la formación, la catequesis y la evangelización. Hemos sido bendecidos a lo largo de los siglos con milagros eucarísticos que nos ayudan a crecer en nuestra fe en la Eucaristía y en la presencia real de Jesús en la Eucaristía.

Estos son los objetivos de nuestra expresión parroquial local del Avivamiento Eucarístico. Los animo a orar con ellos y por su parroquia. La esperanza de esta iniciativa a nivel nacional es que el Espíritu Santo inspire un amor, una reverencia y un encuentro con Jesús más profundos en la liturgia eucarística. Acerquémonos a Jesús en la Eucaristía y elevemos en oración a nuestros párrocos, parroquias y equipos que planificarán e implementarán el Año Parroquial del Avivamiento Eucarístico.

Arzobispo Samuel J. Aquila
Arzobispo Samuel J. Aquila
Mons. Samuel J. Aquila es el octavo obispo de Denver y el quinto arzobispo. Su lema es "Haced lo que él les diga" (Jn 2,5).
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