Por Jesure Eaton
St. Raphael Counseling, un ministerio de Caridades Católicas
Como padre de familia, Dios te llama a criar a tus hijos en la fe y guiarlos a través de la diciplina apropiada. Sin embargo, puede haber momentos en los que parezca que todo lo que estás haciendo es corregir y dirigir. Ya sea que tu hijo sea de voluntad fuerte o tranquilo, cada uno merece ser recibido con curiosidad y conexión. Si bien corregir a los hijos es necesario, también debe haber un momento y un lugar para el amor y la curiosidad. Imagínate estar en una relación en la que todo lo que escuchas son críticas; la mayoría querría irse. Sin embargo, los niños no tienen esa opción.
Conexión por encima de la corrección
La primera pregunta que debes hacerte es: ¿cómo se compara la cantidad de conexión que brindo con las veces que corrijo?
Muchos expertos alientan a los padres a imaginar su relación con su hijo como un balde. Llevar un balde vacío, una relación llena solo de correcciones, tiene poco propósito. Los baldes están destinados a llevar agua, que, en esta metáfora, representa la conexión. Conexión significa sentirse visto, escuchado y valorado.
Piensa en cuanto corriges y cuanta dirección les das cada mañana cuando se preparan para la escuela o cada tarde cuando llegan a casa. En lugar de reaccionar con frustración o corregir de inmediato, respira profundamente y acércate a tu hijo con curiosidad: ¿qué podría estar motivando su comportamiento? Puedes retrasar una consecuencia y aun así seguir adelante al corregirlo, pero primero, usa la conexión y la curiosidad. Recuerda las tres C: curiosidad, conexión y luego corrección.
Aceptación y falsas expectativas
A veces, como padres, podemos tener falsas expectativas que afectan nuestras relaciones con nuestros hijos. Tal vez esperabas conectar con tu hijo a través de los deportes o la fe, pero esos no son sus intereses. Es común que te resulte más fácil conectar con un niño que con otro, pero aquí es donde es importante deshacerse de las falsas expectativas. Sé el padre del hijo que tienes, no del que pensabas que tendrías o del que ya has criado. Cada niño es único, con sus propias luchas y fortalezas.
4 maneras prácticas para conectar
- Sorprende a tu hijo cuando se porta bien
Cuando notes que tu hijo hace algo positivo, reconócelo delante de él. Nuestros cerebros están programados naturalmente para detectar problemas, pero ¿con qué frecuencia buscas pequeños comportamientos positivos? Tal vez tu hijo tenga dificultades con la tarea, pero logró comenzarla o pidió ayuda. Tal vez no termine una tarea por completo, pero hizo un esfuerzo. Reconoce estos pequeños logros antes de darle más instrucciones.
- Aprende el lenguaje del amor de tu hijo
Entender el lenguaje del amor principal de tu hijo (el contacto físico, los actos de servicio, las palabras de afirmación, los regalos o el tiempo de calidad) puede ayudar a fortalecer su conexión. Aunque puede cambiar a medida que madura, es fundamental centrarse en lo que lo hace sentir más valorado.
- Deja que tu hijo te enseñe algo
Normalmente, tu eres quien enseña, pero dejar que tu hijo te enseñe puede hacer que se sienta visto y escuchado. Ya sea que se trate de aprender sobre tecnología, un deporte favorito, una materia escolar o uno de sus pasatiempos, esto ayuda a fortalecer su confianza.
- Interactúa con sus pasiones
Pregúntale a tu hijo sobre sus intereses. Pon una de sus canciones favoritas mientras preparas la cena o planea una cita regular “sin agenda”: tiempo que pasen juntos sin ser corregido ni recibir lecciones. Déjalos que lideren por unos minutos, entrando a su mundo con curiosidad. Así como Dios nos llama a conectarnos con él más allá de nuestros defectos, los niños también anhelan una conexión simple e incondicional.
Al cambiar hacia la curiosidad y la conexión, puedes fortalecer tu relación con tu hijo y crear un enfoque más equilibrado para la disciplina.
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St. Raphael Counseling, la práctica de terapia católica más grande del país ofrece asesoramiento individual, de pareja, familiar y escolar. Sirviendo a la arquidiócesis de Denver y parte de Caridades Católicas, nuestro equipo de médicos brinda terapia y asesoramiento en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia Católica. Para más información o comenzar, llama al 720-377-1359 o visita straphaelcounseling.com.