El 24 de junio del 2022, la Corte Suprema de los Estados Unidos emitió su fallo en el caso Dobbs v. Mississippi, el fallo de 1973 que legalizó el aborto en todo el país, sosteniendo que “La Constitución no confiere el derecho al aborto; Roe y Casey son anulados; y la autoridad para regular el aborto se devuelve al pueblo y a sus representantes electos”.
Lee la declaración de la Conferencia Católica de Colorado.
El arzobispo Samuel J. Aquila ha emitido la siguiente declaración:
¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!
Por casi 50 años, Roe v. Wade ha sido una nube oscura sobre nuestro país y ha desempeñado un papel muy grande en la muerte de decenas de millones de bebés no nacidos. En esta vida, nunca sabremos los regalos inigualables que estos bebés habrían traído a nuestras familias, comunidades y a el mundo.
Pero durante esos mismos 50 años, millones de católicos han rezado sin cesar y han trabajado incansablemente para promover una cultura de la vida y el fin del mal que es el aborto. Sólo Dios sabe el número de rosarios y otras oraciones que se han ofrecido para que se reconozca la dignidad de la vida de cada niño, de cada madre y de cada familia. Ciertamente, sabemos que no estábamos solos en este esfuerzo, sino que se nos unieron muchas otras comunidades de fe e incluso ateos.
¡Hoy celebramos y alabamos a Dios por esta gran decisión de anular finalmente Roe v. Wade! Este es un momento importante, y quiero agradecer personalmente a todos los que han orado y trabajado fervientemente para que podamos ver este día. ¡Nuestras oraciones han sido realmente respondidas!
Dicho esto, reconocemos que el trabajo continúa, especialmente aquí en Colorado.
Aunque sin duda se salvarán vidas preciosas gracias a esta decisión, en estados como el nuestro, la industria del aborto y muchos legisladores están aumentando sus esfuerzos para promover a Colorado como un “destino de aborto”.
Por lo tanto, debemos continuar hablando con amor la verdad sobre la dignidad de cada vida humana única otorgada por Dios desde la concepción hasta la muerte natural, y debemos aumentar nuestro apoyo a nuestros ministerios arquidiocesanos y parroquiales que ofrecen un cuidado auténticamente compasivo para las mujeres, sus bebés, y sus familias.
Debemos asegurarnos de que nuestras parroquias católicas sean lugares de acogida para las mujeres que enfrentan embarazos desafiantes o que tienen dificultades para cuidar a sus hijos después del parto, de modo que cualquier madre que necesite asistencia reciba un apoyo vital y esté conectada a los programas y recursos apropiados donde ella pueda obtener ayuda.
Debemos mostrar siempre la misericordia de Cristo a todo aquel que haya recibido o participado en un aborto, y seguir orando para que quienes apoyan y promueven el aborto tengan un encuentro profundo con el amor de Cristo y una conversión total, para que el aborto sea verdaderamente inconcebible.
El trabajo que tenemos por delante aquí en Colorado seguirá siendo un desafío, pero hoy se nos recuerda que “porque nada hay imposible para Dios”. (Lucas 1:37)
En anticipación a este fallo, la arquidiócesis de Denver preparó recientemente una sección de preguntas frecuentes sobre lo que esto significaría en Colorado y ha destacado algunos principios clave para promover una cultura de vida en nuestra arquidiócesis. Lee más AQUÍ.