Cuando se trata del servicio a Dios en nuestra ciudad, no se puede pasar por alto la gran labor de Linda Sosa, una líder comunitaria que, a través de su fe, ha dejado huella tanto en la parroquia de San Cayetano como en la comunidad hispana de Denver.
La semana pasada, el trabajo de Linda fue reconocido por el alcalde de Denver, Mike Johnson, después de que este proclamara el 10 de diciembre el “Día de Linda Sosa”, algo que la tomó completamente por sorpresa.
Linda ha sido voluntaria en la parroquia de San Cayetano en Denver por 40 años, tiempo en el cual ha servido en diversos ministerios, misiones y eventos. Linda cuenta que llegó a San Cayetano a la edad de 16 años y desde entonces se ha dedicado a servir a su parroquia y comunidad.
“Me da mucho gusto, pero yo siempre les digo que primero está Dios y que no es el trabajo de solo una persona; si no responden los demás, no hay nada”, dijo Linda a El Pueblo Católico.
Sin duda alguna, la comunidad se ha enriquecido con la presencia de Linda en San Cayetano y su incansable servicio. Entre los muchos eventos que ha organizado, se destacó la jornada de vacunación que organizó en el 2021 con la ayuda de los jóvenes de la parroquia. Asimismo, se le reconoció por proporcionar innumerables servicios de educación y crecimiento para la comunidad hispana local, lo que ha ayudado a muchos no solo «a desarrollarse como personas», sino también a acceder a mejores puestos de trabajo y obtener muchos otros recursos necesarios. Además, se recordó la labor que realiza cada año por medio del bazar de la parroquia de San Cayetano y de otros eventos caritativos y de fe como el Día del Niño, la Navidad y el Día de los Reyes Magos.
Pero entre los momentos más importantes que Linda lleva en el corazón se encuentra un proyecto que lideró con los jóvenes hace algunos años. Este consistía en llevar a los jóvenes a visitar a otros jóvenes de entre 13 y 14 años que habían cometido delitos y estaban presos.
“Eso me ha impresionado mucho. Cuando íbamos para allá les decía [a los jóvenes que me acompañaban]: ‘Acuérdense, nosotros somos luz, somos su ventana para que cuando ellos salgan se reconforten. No les vayan a apuntar con el dedo’. Ese es el error humano, que cuando alguien comete un error lo apuntamos y en lugar de ayudarlo lo hundimos más”, dijo Linda.
Sin embargo, entre todas estas actividades, asegura que su pasión sigue siendo la evangelización de los niños.
“He enseñado a cuatro generaciones de niños, que ahora son profesionistas, médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, trabajadores del gobierno, etc., y todos fueron mis alumnos de catecismo. No pierdo la esperanza en seguir con la misma base de los niños, porque los niños son de Dios, son inocentes, son ellos. Depende de cómo les enseñes, eso es lo que van a ser mañana”, compartió.
Con este reconocimiento, Linda Sosa ha pasado a la historia de Colorado por su gran labor, tanto civil como de fe, a través del servicio en su parroquia. “Me siento muy orgullosa del pueblo, muy orgullosa de toda la gente”, expresó.
Linda cree que este reconocimiento ayudará a brindar más oportunidades para su comunidad, por lo que lo comparte con todos. “Me siento muy contenta porque abrir estas puertas es ir más allá para obtener más ayuda, más opción para la educación, becas, necesidades prioritarias… Pero para mí, y sé que para el pueblo también, la clave siempre está en que la fe es primero”.
“Linda Sosa le da sentido y significado al valor del trabajo comunitario. Ella crea comunidad y mantiene y crea nuevos lazos para la integración de migrantes en Denver”, dijo el alcalde Mike Johnston al momento de revelar la proclamación del “Día de Linda Sosa”, según informó El Comercio de Colorado.
“Mi guía es Dios. Creo en su bondad, en su belleza, en la naturaleza… Cuando sale el sol, cuando cae la nieve, todo eso es la creación de Dios. Por lo tanto, si no lo disfrutamos con nuestros propios ojos, no podremos ver la verdadera felicidad”, concluyó Linda.
“Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor reciben la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor sirven” (Colosenses 3,23-24).
