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Misterios científicos de la tilma de Guadalupe

La tilma de la Virgen de Guadalupe ha cautivado la atención de expertos de diferentes disciplinas, tanto creyentes como no creyentes. Incluso hoy día sigue siendo un enigma para la ciencia, lo que refuerza el testimonio de su origen sobrenatural. Aquí presentamos algunos de los hallazgos y acontecimientos milagrosos más sobresalientes de la tilma guadalupana.

Preservación milagrosa

Durante los primeros 116 años de su historia, la tilma guadalupana, hecha de fibra de agave, se exhibió sin ningún tipo de protección, por lo que tuvo que haberse deteriorado. Este proceso debió haber sido más rápido por el contacto con la humedad de inundaciones, el incienso, las velas, el polvo y la devoción de las personas a las que se les permitía tocarla. En el siglo XVIII, el científico Bartolache mandó hacer dos réplicas del mismo material que se expusieron cerca de la imagen. A los 10 años, estas se habían descolorido y casi deshecho.

Manchas de ácido en la tilma.

Resistencia al ácido

En 1785, mientras varias personas limpiaban el marco de la tilma, se derramó “una gran cantidad” de ácido nítrico sobre ella, según lo contó un testigo presente. Este líquido es sumamente corrosivo: puede causar grandes quemaduras en la piel y debió haber deshecho la tilma de san Juan Diego con facilidad. Aun así, no causó ningún daño grave. Solo dejó una marca opaca visible en la imagen.

Plasmada

La superficie áspera de una tilma la convierte en un material poco apto para una pintura. En primer lugar, es imposible pintar una imagen detallada en una tilma sin antes preparar o imprimar la superficie, ya que la tela no preparada absorbe la pintura y deforma la imagen. Sin embargo, la superficie de la tilma guadalupana no muestra señal alguna de preparación previa. Esto se saber por el simple hecho de que la imagen también se ve en el reverso, algo que no sucedería si la tilma se hubiera sometido a una preparación previa. Por tanto, es impresionante que la imagen sea sumamente detallada. Aun más: no se detectan pinceladas, por lo que parece que no fue pintada, sino plasmada en un instante. Esto ha llevado a pintores profesionales y científicos a decir que la única explicación de la imagen, tanto por su belleza como por su delicadeza, es Dios.

La bomba de 1921

El crucifijo que estaba debajo de la tilma cuando unos soldados detonaron una bomba al pie de la tilma en 1921. Imagen de © Janusz Rosikon/Rosikon Press del libro Guadalupe Mysteries: Desciphering the Code. Publicada con permiso.

El 14 de noviembre de 1921, en medio de la Guerra Cristera, unos soldados del Gobierno vestidos de civiles dejaron un ramo de flores al pie de la tilma de la Virgen de Guadalupe con una bomba escondida. Cuando esta detonó, la explosión fue tan fuerte que arruinó el altar, los candelabros y el crucifijo que estaba sobre el altar, como lo muestra la foto de arriba. Incluso quebró las ventanas de las casas que se encontraban cerca. Sin embargo, la tilma, que estaba sobre el altar, y el vidrio que la protegía quedaron completamente intactos.

 

Los ojos de una Madre

Imagen de © Janusz Rosikon/Rosikon Press del libro Guadalupe Mysteries: Desciphering the Code. Publicada con permiso.

En 1929, un fotógrafo mexicano fue el primero en descubrir una aparente imagen en los ojos de la Virgen. Desde entonces varios oftalmólogos creyentes y no creyentes han analizado los ojos de la Guadalupana y se han quedado atónitos, ya que contienen características y detalles que solo se encuentran en ojos verdaderos. A continuación, algunos de sus hallazgos.

Imágenes en los ojos

Se han han logrado identificar las siguientes imágenes reflejadas en los ojos de la Virgen:

  • un indio hincado con el cabello recogido;
  • un hombre anciano con barba, posiblemente el obispo Juan Zumárraga;
  • otro hombre, posiblemente el asistente del obispo;
  • un indio con sombrero típico, posiblemente Juan Diego;

    El «hombre con barba» en un ojo de la Virgen de Guadalupe.
  • una mujer de raza negra: había esclavos negros en la Nueva España;
  • un hombre con barba (la primera imagen descubierta), quizá el obispo de Santo Domingo, quien visitaba a Zumárraga el 12 de diciembre;
  • en el centro, una familia: dos padres y cinco niños.

El hombre con barba (1956)

El Dr. Javier T. Bueno no creía que era imposible que en los ojos de la Virgen se distinguiera la figura de un hombre. Mas, cuando llega a analizar la tilma en 1956, verifica la imagen de un hombre con barba. Además, admite que los ojos de la Virgen se asemejan a los ojos de una persona viva.

El «hombre con barba» en un ojo de la Virgen de Guadalupe.

Curvatura natural (1958)

En 1958, el Dr. Rafael T. Lavoignet encuentra que en ambos ojos la imagen del hombre tiene una distorsión idéntica a la de un ojo humano. Ambos ojos muestran al mismo hombre, pero no son idénticas, ya que cada una se adapta a su propio ángulo y curvatura natural de la córnea, tal como sucede con un ojo real. Tras estudios con luz, el experto observa la presencia del mismo reflejo dentro de la pupila de la Virgen que en un ojo real y asegura que es imposible crear ese efecto en una superficie plana como la tilma.

La mirada (1975)

El Dr. Enrique Graue confirma los hallazgos pasados. Dice que los ojos de la Virgen son tan reales que en un momento quizo decirle a la Virgen «que mirara hacia arriba», pues parecían estar viéndolo siempre.

No pintada, sino «atrapada» (1975)

El Dr. Eduardo T. Álvarez también llega a confirmar los hallazgos pasados en 1975 y además afirma que no existe una técnica de pintura que logre representar una imagen como la de los ojos de la Virgen de Guadalupe. Asegura que los ojos de la imagen hacen creer que la imagen está “impresa” o “atrapada” en la tilma, y no pintada.

Una familia en el ojo de la Virgen de Guadalupe.

13 personas (1979)

En 1979, el señor José A. Tönsmann descubre el reflejo de 13 personas en total en ambos ojos de la Virgen. Todas las imágenes concuerdan perfectamente con las leyes de la óptica.

Según la matemática (2008)

En el 2008, el experto Fernando O. Llanes comprobó matemáticamente que la posición de las figuras en ambos ojos, según las leyes de la óptica, corresponden en un 98.45 por ciento con un ojo real. Es decir, las mismas figuras se encuentran en ambos ojos, solo que en diferente ángulo, como sucede en ojos reales.

 

Otros datos científicos

Aunque es imposible listar aquí todas las investigaciones científicas que se han llevado a cabo con relación a la imagen guadalupana, cabe resaltar las siguientes realidades que respaldan el milagro de la tilma.

Perfección geométrica

Imagen de © Janusz Rosikon/Rosikon Press del libro Guadalupe Mysteries: Desciphering the Code. Publicada con permiso.

Varios matemáticos han descubierto que la imagen guadalupana contiene la perfección geométrica presente en la naturaleza. Se le llama la “proporción áurea”, y los arquitectos de la antigüedad la usaban como el secreto de la proporción entre la longitud, anchura y altura de un edificio. Las ramas y hojas de los árboles, por ejemplo, crecen según esta proporción.

Las estrellas en el manto

Imagen de © Janusz Rosikon/Rosikon Press del libro Guadalupe Mysteries: Desciphering the Code. Publicada con permiso.

En 1981, el padre Mario Rojas y el astrónomo Juan Romero Hernández decidieron analizar la colocación de las estrellas en el manto de la guadalupana. Se utilizó una nueva tecnología que permitía reconstruir el sistema de estrellas visible en el pasado en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora.

El resultado fue sorprendente: el orden de las estrellas en el manto de la Virgen era idéntico al orden de las estrellas visibles sobre la capital de México el 12 de diciembre de 1531 a las 6:45 a. m. Un análisis detallado del documento histórico Nican Mopohua, en el que se cuentan las apariciones, sugiere que fue en esa hora cuando Juan Diego desplegó su tilma ante el obispo Zumárraga.

Este artículo forma parte de una serie de artículos que se publicaron en la revisa El Pueblo Católico. Para suscribirte y recibir la revista gratis, haz clic aquí.

Nota del editor: Este artículo fue modificado el 7 de diciembre de 2023; la versión original se publicó el 11 de diciembre de 2019.

Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez fue el editor de El Pueblo Católico y el gerente de comunicaciones y medios de habla hispana de la arquidiócesis de Denver.
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