Esperar con María y José el nacimiento del Niño Jesús nos da la oportunidad de reflexionar sobre la belleza de la creación de Dios y la dignidad del bebé por nacer. Por eso, a continuación, presentamos algunos datos sobre el desarrollo del bebé en el vientre que nos pueden ayudar a apreciar su belleza y grandeza.
En este primer mes de vida tan sorprenderte, el bebé es 10 000 veces más grande que en el momento de la concepción y depende completamente de su madre. En el órgano de la placenta, los vasos sanguíneos se entretejen sin unirse, y esto marca una nueva relación: alimenticia, vivificante y en conexión profunda.
En esta etapa del desarrollo, al bebé se le conoce como “feto”, término que proviene del latín y quiere decir pequeño o joven. El desarrollo es tan rápido, que en esta etapa ya están presentes todos los órganos internos y externos.
El bebé ya puede entrecerrar los ojos, tragar, mover la lengua y dormir. También en esta etapa se forman las uñas de las manos y de los pies. Ya tiene sentido del tacto y puede agarrar sus manos. Respira el líquido amniótico para ayudar a desarrollar y fortalecer su sistema respiratorio, pero el oxígeno que necesita lo obtiene del cordón umbilical.
En esta etapa, el cerebro del bebé comienza a madurar (y será un proceso que continuará hasta los 14 años). Su paladar ya funciona y le ha comenzado a crecer el cabello, las cejas y las pestañas. Además, ya se pueden apreciar sus expresiones faciales. Asimismo, los doctores pueden grabar sus movimientos y determinar que ya duerme y sueña.
En esta etapa, la madre comienza a sentir al bebé cuando este se mueve o se estira, especialmente cuando ella está descansando. El bebé es los suficientemente grande y fuerte para dar fuertes pataditas a la pared del útero que se pueden apreciar desde el exterior.
El bebé ya puede darse la vuelta dentro del vientre de mamá. Las glándulas sebáceas y sudoríparas están funcionando. Además, está cubierto en una capa fina blanca llamada “vérnix”, que protege su piel delicada del líquido amniótico que lo rodea.
Al comienzo de este mes, el bebé ya utiliza los cuatro sentidos. Los parpados se abren y cierran, y ya puede ver a su alrededor. Ya tiene sentido del gusto, puede toser, bostezar y a veces le puede dar hipo. Además, puede reconocer la voz de su mamá.
Durante estos dos últimos meses, el bebé seguirá aumentando de peso. Ya puede reconocer varios sonidos y voces además de la voz de mamá. También desarrolla una capa de grasa que le ayudará a mantener una temperatura corporal constante después del nacimiento.
En el último mes, el bebé cambiará de posición y colocará la cabeza hacia abajo como preparación para el parto. Los pulmones se han desarrollado por completo y serán capaces de comenzar a respirar aire.
Fuente: Linda Brenegan, Littleonepublishing.com/Spanish.html