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El milagro del padre Stu, una historia del sufrimiento redentor de un sacerdote

¿Existe alguien que esté más allá de la redención? La exitosa película de El milagro del padre Stu que se estrenó el año pasado nos demuestra que, con la gracia de Dios, todo es posible, incluso algo tan increíble como la conversión de un rudo boxeador en un humilde sacerdote.

La película, que fue producida y protagonizada por el actor norteamericano Mark Wahlberg, quien se encargó de interpretar al padre Stu, fue muy bien recibida por su representación auténtica del sacerdocio y de la Iglesia.

El milagro del padre Stu se basa en la historia real del padre Stuart Long, un sacerdote de la diócesis de Helena, Montana, que murió en el 2014 a la edad de 50 años a causa de un raro trastorno muscular progresivo. Fue ordenado sacerdote por el obispo George Leo Thomas en 2007 después de que Dios tomó las líneas torcidas de su vida y le trazó un camino hacia el sacerdocio.

El obispo Thomas ahora se desempeña como obispo de la diócesis de Las Vegas, pero el padre Stu es alguien a quien llevará en su memoria por el resto de su vida.

“Mis recuerdos son bastante constantes desde su tiempo en el seminario hasta su ordenación”, dijo el obispo Thomas a El Pueblo Católico. “[Él era] un niño muy inteligente, de voluntad muy fuerte, muy gracioso. Creo que su boca sucia probablemente se había domesticado cuando lo conocí porque nunca escuché ningún tipo de groserías. Pero sé que tenía una historia en las calles de Helena. Era boxeador, sin duda. Tengo una familia muy grande y algunos de los amigos de mi familia fueron sus profesores en la secundaria. Yo era muy amigo de uno de sus profesores de historia, y lo describieron como un joven argumentador y revoltoso”.

El padre Stuart Long fue un sacerdote de la diócesis de Helena. (Crédito: Familia del padre Stuart Long).

Ese profesor de historia era el padre Jeremiah Sullivan, a quien el obispo Thomas atribuye haber plantado una semilla en Stu que finalmente cambiaría el rumbo de su vida.

“El padre Jeremiah Sullivan era profesor de historia en Carroll College y también boxeador de los Guantes de Oro relacionado con Evel Knievel en su linaje familiar. Él fue quien inicialmente vio lo que describió como esta ira rebelde en su vida”, recordó el obispo Thomas. “Habló con él después de clase y le dijo: ‘Tienes que llegar al fondo de esto. Realmente está tomando tu vida en una dirección en la que no quieres estar’. Así que lo llevó al ring de boxeo, le puso guantes. Y además de enseñarle a boxear, creo que fue el responsable de destapar el epicentro de su ira, que fue la muerte de su hermano menor que murió a los cuatro años. Era una ira no resuelta tanto para Stu como para la familia. Creo que fue casi como un curso que lo llevó en una dirección diferente en su vida y que cambió el trayecto por completo».

Como muestra la película, a Stu le tomó un tiempo tocar fondo en su vida. Pasó de ser un boxeador en Helena a un actor en apuros en Hollywood, para eventualmente discernir un llamado al sacerdocio. Mientras estaba en el seminario, a Stu le diagnosticaron una rara enfermedad muscular degenerativa que solo empeoró a medida que avanzaba en el seminario. Cuando llegó el momento de su ordenación, el seminario no lo recomendó para ser ordenado sacerdote.

“Recibí la evaluación de Stu del seminario, y debido a que su enfermedad estaba tan avanzada en esa etapa del juego, aconsejaron de manera adecuada no llevar a cabo su ordenación”, explicó el obispo Thomas. “El sacerdocio es muy exigente física y mentalmente, y él ya estaba en muletas. Estaba muy débil en ese momento. Así que se recomendó que no recibiera las órdenes. Me entristeció mucho recibir la recomendación de no ordenarlo. Y durante casi dos semanas completas, rezaba mañana y noche para recibir orientación, y el mismo tema en mi vida de oración seguía volviendo a mi mente: que existe poder en el sufrimiento; llévalo a cabo”.

Después de mucha oración y discernimiento, el obispo Thomas finalmente decidió que ordenaría sacerdote a Stu. Recuerda que en la ordenación del padre Stu, estaba demasiado débil para yacer postrado en el suelo antes de la imposición de manos, pero no obstante pasó por la ordenación.

El obispo George Leo Thomas (centro) celebró la Misa de ordenación del padre Stu (frente a la derecha) en la Catedral de Santa Elena en el 2007. (Crédito: Familia del padre Stuart Long).

“Al final de la ordenación, después de la comunión, dio un discurso muy conmovedor y le dijo a la gente: ‘Me presento ante ustedes como un hombre quebrantado’”, recordó el obispo Thomas. “Pero rogó a las personas que oraran por él y prometió que haría lo mejor que estuviera en sus manos. Le dieron solo dos años de vida, y vivió cerca de seis años completos. Vivió un sacerdocio maravilloso en esos seis años como director espiritual, confesor y como celebrante de la Misa”.

Uno de los momentos más memorables del sacerdocio del padre Stu sucedió cuando el padre de Stu fue recibido en la Iglesia, a finales del mandato del obispo Thomas en Helena. El obispo Thomas recordó cómo el padre Stu estaba demasiado débil para recibir a su padre en la Iglesia y, aunque estaba confinado a una silla de ruedas, estaba seguro de asistir a la vigilia de Pascua para ver a su padre entrar en la misma Iglesia de la cual se enamoró.

“Mientras los catecúmenos y los candidatos se reunían en la pila bautismal y a medida que su padre hacía su profesión de fe, miré a Stu y pude ver una lágrima cayendo por un costado de su rostro”, dijo el obispo Thomas. “Y creo que, de alguna manera, sintió que su vida estaba completa. Todo lo que quería estaba allí, muy especialmente la conversión de sus padres. Y parecía casi liberado de sus deberes, digamos, en esa noche en la vigilia de Pascua, mientras su papá recitaba el credo”.

A medida que avanzaba la enfermedad del padre Stu, se volvió más y más débil, demasiado débil para siquiera levantar el peso de la hostia en la consagración, dijo el obispo Thomas. Solo podía hacerlo con la ayuda de los monaguillos, quienes tomaban su mano mientras sostenía la hostia y levantaban su mano justo durante la elevación.

Con historias como estas, no es de extrañar que Mark Wahlberg se interesara en hacer una película sobre la vida del padre Stu. Cuando Mark, que también es católico, se acercó al obispo Thomas para hablar sobre la película, fue evidente que la única razón por la que Mark quería realizar esta película era por amor a la Iglesia.

“Lo que me llamó más la atención fue que me comentó que tenía algo en mente y me dijo: ‘Obispo, la iglesia ha pasado por mucho, quiero hacer algo hermoso por la Iglesia’”, recordó el obispo Thomas. “Y dije: ‘Bueno, ya me convenciste. Para mí, vale la pena todo el tiempo y esfuerzo que puedas poner en ello’. Le dije que estaría feliz de estar acompañarlo para poder asesorarlo sobre algunas de las preguntas concretas. Simplemente sentí que era un hombre muy sincero: él ama a la Iglesia”.

El actor Mark Wahlberg se acercó al obispo Thomas para pedirle su bendición y consejo en la creación de «El milagro del padre Stu».

Al ver el primer corte de la película, el obispo Thomas dijo que lo dejo impresionado, su única crítica fue la cantidad de lenguaje crudo que contenía la película. Expresó sus preocupaciones a Mark, y aunque el lanzamiento inicial mantuvo el lenguaje, Mark finalmente prestó atención a las palabras del obispo, lo que provocó el relanzamiento de la película en diciembre del 2022.

No es común que un obispo tenga la oportunidad de trabajar tan de cerca con un gran actor de Hollywood para contar una historia como la del padre Stu, y el obispo Thomas estuvo feliz de apoyar la visión de Mark Wahlberg durante la filmación.

“Si trae a una persona de regreso a la Iglesia o inspira una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa, vale todo lo que puso en él y todo nuestro apoyo para él”, agregó.

Aaron Lambert
Aaron Lambert
Aaron Lambert es el editor de Denver Catholic, el medio oficial en inglés de la arquidiócesis de Denver.
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