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FOTOS | “Solo tú y Dios”: Adolescentes se encuentran con Cristo en la conferencia anual Steubenville of the Rockies

Al describir momentos íntimos de fe, los adolescentes que asistieron a la conferencia anual de Steubenville en Denver aprendieron lo que significa estar devorados por la fe en lugar de por el ruido y las distracciones.

Por Mia Gallegos

¿Qué devora a la generación joven de la Iglesia Católica?

Este fin de semana, 2,800 asistentes se reunieron en la conferencia anual Steubenville of the Rockies para buscar una respuesta a esa pregunta. Este evento, que se realiza cada año, reúne a adolescentes católicos de la región montañosa del oeste de Estados Unidos para orar, convivir y compartir con otros jóvenes, todo en torno a un tema especial.

El tema de este año, “Devorados”, profundizó en lo que significa estar devorados por la Palabra de Dios y el amor hacia él. Este tema está inspirado en Deuteronomio 4,24, que dice: “Porque el Señor tu Dios es fuego devorador, un Dios celoso.”

Devorados por la cultura

Para Vanessa Rentería Beltrán, feligresa de la parroquia Nuestra Señora Madre de la Iglesia en Commerce City y asistente por primera vez a la conferencia, su generación enfrenta muchos retos.

“Siento que esta es la primera generación que cree que no hay Dios”, dijo Vanessa. “Estamos devorados por nosotros mismos. Creemos que podemos hacerlo todo solos.”

Vanessa piensa que la obsesión por el progreso y el éxito ha hecho que ella y otros jóvenes pierdan el enfoque en Dios y lo dirijan solo hacia ellos mismos.

“La definición de éxito en la sociedad nos está consumiendo”, dijo. “‘Tengo que sacar buenas calificaciones, tengo que entrar a tal universidad, tengo que ir a una Ivy League’. Estamos consumidos por nuestras metas y sueños, y se nos olvida la voluntad de Dios. ¿Cuál es su plan para mí?”

De forma similar, Derek Torres, también feligrés de la misma parroquia y otro participante nuevo, dijo que lo que llena la mente y el corazón de muchos jóvenes hoy en día es el ruido y la distracción.

“Creo que lo que devora a los adolescentes hoy en día es lo ruidoso que es el mundo,” dijo Derek. “Sé que esa es una forma perfecta en la que el enemigo nos engaña para hacernos pensar que vamos por el camino correcto. Y de repente, tu vida se va de bajada, y no lo vemos venir porque está llena de distracciones”.

Para Lauren Wright, una de las oradoras principales del fin de semana, estas distracciones y cómo las aceptamos pueden verse como una forma más de reaccionar al miedo. Además de las reacciones conocidas como pelear, huir o paralizarse, ella propuso una cuarta reacción, según ella, ayuda a entender lo que está devorando a los jóvenes católicos de hoy.

“Cuando se trata no solo del miedo, sino del estrés, la preocupación y sentirse abrumados, creo que hay una cuarta opción”, dijo Lauren. “Y es que, a veces, cuando estamos estresados, nos llenamos. Así que no solo peleamos, huimos o nos paralizamos, sino que cuando sentimos que no podemos con todo, tratamos de llenar nuestra vida con cosas”.

Ese proceso de llenar puede verse diferente en cada persona, explicó Lauren. Ya sea con la escuela, las redes sociales o el deseo de entrar a la mejor universidad, muchas veces agregamos más ruido a nuestra vida como una forma de escapar de lo que nos abruma.

“Entonces hacemos esto: llenamos y llenamos y llenamos, y lo único que logramos es sentir aún más estrés”, aseguró Lauren.

Ese ruido, ese sonido constante que rodea a los jóvenes católicos —ya sea que ellos lo busquen o no— fue algo que Lauren invitó a los asistentes a reflexionar en sus propias vidas.

Devorados por la fe

Derek Torres compartió lo mucho que le gustó el tema de la conferencia de este año. Siente que es muy relevante en el mundo actual y ante los retos que enfrentan los jóvenes cuando intentan caminar en la fe.

“Me recuerda muchísimo al Espíritu Santo y cómo podemos ser devorados por sus gracias”, expresó Derek. “Del otro lado de todas esas distracciones, está un Dios que de verdad te quiere, un Dios celoso. Quieres ser devorado por él y sentir al Espíritu Santo fluyendo dentro de ti”.

Uno de los aspectos más impactantes de Steubenville es el sentido de comunidad: adorar a Dios junto con otros jóvenes. Muchos participantes experimentan un nuevo impulso en su fe durante estos encuentros, especialmente en la Misa y la adoración Eucarística, acompañados de amigos y compañeros.

“Nunca había vivido algo así”, compartió Vanessa Beltrán. “Siento que un evento como este tiene muchas maneras en las que puede tocarte”.

“A veces me cuesta trabajo ver a Jesús en la Eucaristía”, agregó Derek. “Cuando no lo logro ver, volteo a ver a mi comunidad. Cuando veo que están llenos de alegría y de gracias, es cuando digo: ‘Él sí está aquí.’”

Jacob Schumacher, estudiante de preparatoria y feligrés de la parroquia St. Frances Cabrini en Littleton, compartió un sentimiento similar. Esta fue su segunda vez asistiendo a la conferencia y también vivió un momento de renovación.

“He disfrutado mucho el silencio y la reflexión que he encontrado aquí”, expresó Jacob. “Es como reiniciar todo. Tengo muchas cosas encima con el regreso a clases, pero cuando vengo aquí, todo eso se borra. He podido reiniciar mi mente y mi alma”.

Esa renovación en la fe, impulsada en gran parte por el testimonio de otros jóvenes católicos firmes en su fe, es algo profundo que marca a muchos.

“Esperamos que, durante esta conferencia, los jóvenes al ver a miles de sus compañeros entregándose de lleno a la reconciliación, la adoración y la Misa, puedan experimentar esos sacramentos y alabar a Dios juntos”, dijo Landon Baird, director arquidiocesano de pastoral juvenil y universitaria, y uno de los organizadores de Steubenville. “Aquí es donde el Señor conquista corazones. Eso es por lo que estamos orando”.

No hay mejor momento para ese encuentro con el Señor que la adoración Eucarística del sábado por la noche, uno de los momentos más esperados y especiales del fin de semana para muchos asistentes.

“La adoración siempre es algo muy especial”, dijo Kate Levesque, amiga de Jacob y también feligresa en St. Frances Cabrini. “Se siente como si nada más en el mundo existiera. Solo eres tú y Dios. Es increíble estar en una sala llena de gente, pero sentir como si estuvieras a solas con él”.

Aunque la experiencia es muy profunda y llena de contemplación, Steubenville solo dura un fin de semana en medio de un año ocupado. Muchos de los jóvenes esperan poder llevarse lo aprendido en las conversaciones, la adoración y la Misa a su vida diaria, fuera de las paredes del centro de convenciones Gaylord of the Rockies.

“Una de las cosas más importantes de estar devorada por Dios es hacer de mi vida una oración constante,” dijo Vanessa. “La oración es un diálogo auténtico con mi Creador, que me ama profundamente y por toda la eternidad. Eso es lo que quiero llevarme: hacer de mi vida una oración y un testimonio para los demás”.

 

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