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Guía para seguir la consagración de EE.UU. a la Virgen María el 1 de mayo

Para ver la transmisión de esta celebración en vivo el viernes, 1 de mayo a la 1 p.m. MDT, HAZ CLIC AQUÍ.

Esta oración de consagración será presentada en nombre de toda la nación por el Reverendísimo José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

La oración de consagración incorpora expresiones utilizadas en consagraciones hechas por los papas Pío XII, Juan Pablo II, y Francisco, así como oraciones de Misas de la Bienaventurada Virgen María.

Usen este texto para orar junto con el Arzobispo Gómez. Haciendo las adaptaciones adecuadas, otros obispos lo pueden usar para renovar la consagración de sus diócesis, los párrocos de sus parroquias, y las familias o personas individuales de sus propios hogares.

Cuando se ore en grupo, un líder puede decir las partes en negrita, mientras que otros pueden leer el pasaje de la Escritura y dirigir la década del Rosario. La oración de consagración puede ser proclamada por el líder solo, o bien ser recitada en grupo.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. R. Amén.

INTRODUCCIÓN

Cuando nuestro Señor resucitado se apareció a sus discípulos en el Domingo de Pascua, dijo: “La paz sea con ustedes”. Podemos estar seguros de que Él desea esta misma paz para todos los miembros de su Cuerpo, la Iglesia, y para todos los pueblos de toda la tierra.

En estos tiempos difíciles, acudimos a la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, rogándole que interceda ante su Hijo por todos los afectados de alguna manera por esta pandemia. Al renovar la consagración de nuestro país y de nosotros mismos a la Madre de Dios, imploramos su cuidado maternal sobre sus hijos.

ORACIÓN INICIAL

Oremos. Dios, Padre de misericordia, cuyo Unigénito, clavado en la Cruz, proclamó como Madre nuestra, a su propia Madre, María santísima, concédenos, por su cooperación amorosa que tu Iglesia, siendo cada día más fecunda, se alegre por la santidad de sus hijos y atraiga a su seno a todas las familias de los pueblos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R. Amén.

LECTURA DE LA ESCRITURA Juan 19:25-27 Lectura del santo Evangelio según san Juan.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a vivir con él.

Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

[REFLEXIÓN]
DÉCADA DEL ROSARIO

Recordando las palabras de Jesús clavado en la cruz—“Ahí está tu madre”— meditamos sobre el quinto misterio doloroso del Rosario, La crucifixión y muerte del Señor.

  • Padre nuestro
  • Diez Avemarías
  • Gloria al Padre

Oh, Jesús mío perdónanos, líbranos del fuego del infierno. Lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas.

ORACIÓN DE RENOVACIÓN DE NUESTRA CONSAGRACIÓN A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Encomendemos de nuevo a nuestro país y a nosotros mismos a la protección de la Santísima Virgen:

Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, fruto preciado del amor redentor de Dios que cantas la misericordia del Padre y nos acompañas con amor de madre: en este tiempo de pandemia acudimos a ti, que eres para nosotros signo seguro de esperanza y de consuelo.

Hoy renovamos la consagración y entrega que realizaron quienes nos precedieron.

 

Arzobispo Gómez:

Con amor de Madre y Sierva, acoge a nuestra nación que hoy de nuevo te confiamos y consagramos, junto con nosotros mismos y nuestras familias.

Un obispo para su diócesis:

Con amor de Madre y Sierva, acoge a esta diócesis que hoy de nuevo te confiamos y consagramos, junto con nosotros mismos y nuestras familias.

Un párroco para su parroquia:

Con amor de Madre y Sierva, acoge a esta parroquia que hoy de nuevo te confiamos y consagramos, junto con nosotros mismos y a nuestras familias.

Familias, grupos o personas individuales:

Con amor de Madre y Sierva, acógenos al renovar hoy nuestra consagración a ti, junto con nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

 

De modo especial te encomendamos a los más necesitados de tu protección maternal.

María, Salud de los enfermos, signo de salud, de curación y de esperanza divina para los enfermos te encomendamos a todos los que están contagiados del coronavirus.

María, Madre de la Consolación, que consuelas con amor maternal a quienes recurren a ti, te encomendamos a todos los que han perdido a seres queridos en la pandemia.

María, Auxilio de los cristianos, que vienes en nuestra ayuda en toda prueba, encomendamos a tu protección amorosa a todos los que cuidan de otros.

María, Reina y Madre de Misericordia, que acoges a todos los que recurren a tu auxilio en su angustia, te encomendamos a todos los que están sufriendo de alguna manera a causa de la pandemia.

María, Trono de la Sabiduría, admirablemente iluminada por el esplendor de la verdad, te encomendamos a todos los que trabajan para encontrar un remedio para esta pandemia.

María, Madre del Buen Consejo, que te entregaste de todo corazón al plan de Dios para la renovación de todas las cosas en Cristo, te encomendamos a todos los líderes y legisladores.

Acepta con bondad maternal, el acto de consagración que hoy hacemos confiadamente, y haznos instrumentos de tu Hijo para la curación y salvación de nuestra nación y del mundo.

Madre de la Iglesia, coronada como reina a la diestra de tu Hijo, rogamos tu intercesión por las necesidades de nuestra nación: que todo deseo de bien quede bendecido y fortalecido, la fe reavivada y alimentada, la esperanza sostenida e iluminada, la caridad suscitada y animada. Y guíanos a todos por el camino de la santidad.

María, Madre nuestra, atrae a todos bajo tu protección y encomiéndalos a tu amado Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN FINAL

Para concluir esta consagración, invoquemos la bendición de Dios todopoderoso sobre su pueblo: Oremos.

Dios nuestro concede bondadoso tu gracia llena de amor al pueblo que te lo suplica. Y, puesto que tú mismo, habiéndolo creado quisiste redimirlo, haz que alcance la salvación gracias a tus cuidados incesantes. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Obispo o sacerdote:

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. R. Amén.

Otros:

Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.

REGINA CAELI

Como es costumbre, concluimos nuestra oración con un himno mariano:

Recurso de la USCCB.

 

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