Después de 16 años de incansable trabajo, Roxanne King, editora del Denver Catholic Register se retira y prepara para iniciar una nueva etapa en su vida. Con mucho cariño, El Pueblo Católico le rinde un homenaje por su ejemplo de compromiso y servicio a la Iglesia a través del periodismo católico. ¡Que Dios te acompañe Roxanne y que el tiempo que inicias esté lleno de bendiciones!
¿Cómo sintetizarías tu tiempo en el DCR?
Pura alegría. Ha sido una labor de amor, un regalo y un privilegio servir a la Iglesia en su trabajo de evangelización a través del Denver Catholic Register. El periodismo se trata de la verdad, y trabajé en prensa católica porque quise que fuese la verdad del Evangelio, la verdad de Jesucristo. He trabajado en el DCR tiempo completo 16 años, de los cuales los últimos 13 he servido como editora. Nunca aspiré a este cargo, pero era el plan de Dios para mí y fue un honor. Mi tiempo en el DCR ha sido una bendición para mi vida de muchas maneras.
¿Cuál es el mayor tesoro que llevas contigo?
El saber que mi trabajo como editora me sobrepasaba, pero Dios proveía día a día, a veces de maneras milagrosas. Saber esto me da fe en que proveerá para mí mañana y que lo que sea que depare el próximo capítulo de mi vida será igual de maravilloso. También me llevo el tesoro de excelentes experiencias y cálidas amistades, además de una multitud de gracias que ahora compartiré con otros, donde el Señor me quiera.
¿Recuerdas alguna aventura especial en estos 16 años?
He cubierto muchos eventos históricos: la tragedia de Columbine, el rostro local del 9/11, la muerte del Papa Juan Pablo II y la instalación del Papa Francisco. También pude viajar a Alemania para la Jornada Mundial de la Juventud en el 2005; al Congreso Eucarístico Internacional en Quebec, el 2007, y al de Dublín, el 2012. Una ocasión muy especial fue cubrir la peregrinación de Denver a Roma este año, para la canonización de los santos Juan Pablo II y Juan XXIII. Estas experiencias me han hecho más humilde, y me han dado valiosas luces acerca del amor, de la luz, de la esperanza – y de la nueva vida – que nos da la fe en Cristo, en cualquier circunstancia, además de la importancia de dar testimonio público de nuestra fe, en medio de un mundo en tinieblas.
¿Alguna edición en particular que siempre recordarás?
Recuerdo la del 25 de julio del 2012, que fue la edición especial de la instalación del Arzobispo Samuel J. Aquila. ¡Fue tanto desafiante como hermosa! Tuvo 64 páginas, y fue la edición más larga publicada en mis 16 años en el DCR. Tenía muchas historias excelentes y fue un gran logro de todo nuestro equipo, tanto el equipo editorial como el de publicidad. Ganamos un premio de la Asociación de Prensa Católica por esa edición y fue bien merecido.
Has servido sin cansarte a la Iglesia por 16 años. ¿Qué viene después?
Mi plan es continuar escribiendo y editando. Quiero empezar un blog de mi vecindario, West Highlands. Quiero también pasar más tiempo con mi familia: mi esposo durante 35 años, Chuck; nuestros hijos Rory y Levi, sus esposas y nuestros 5 nietos.
¿Tienes ascendencia hispana, no es así?
Soy mexicana. Mi apellido de soltera es Gomez. Nací en el centro de Los Ángeles pero crecí en Colorado. Puedo entender y escribir un poco de español, pero tristemente, no de manera fluida. Mis padres ambos hablaban español como primera lengua, pero no nos lo enseñaron, ya que querían ahorrarnos la discriminación que habían experimentado como resultado de su acento. Escuché mucho español al crecer, por lo que tengo cierto oído para entenderlo. Además, lo estudié en primaria y secundaria. Cubrí una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México en 1999, y un viaje a Guatemala ese mismo año, para destacar la labor de Catholic Relief Service después de los azotes del Huracán Mitch. Mi español fue lo suficientemente bueno para sobrevivir. ¡Pero no lo hablo con personas que conozco, o que veré otra vez, ya que es tan malo que da pena!
¿Quieres agregar algo?
Durante este tiempo, he amado contar las historias del pueblo de Dios a través del Denver Catholic Register, que cumplió 114 años. El DCR tiene un equipo talentoso y fiel, que quiere asumir el alto legado del periódico de anunciar el Evangelio impreso, online y a través de las redes sociales en el tercer milenio. ¡Es un tiempo lleno de entusiasmo en el mundo de los medios católicos, en la medida que los comunicadores reclamen el continente digital para Cristo! ¡Que Dios continúe bendiciendo los esfuerzos del DCR y los de El Pueblo Católico!
