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miércoles, febrero 12, 2025
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Intención del arzobispo para el mes de julio: Que aumente la fe y el amor a la Eucaristía

“Me puse alegre cuando me dijeron: «¡Vamos a la casa del Señor! Ahora nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén. Jerusalén, edificada cual ciudad en que todo se funde en la unidad. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, la asamblea de Israel, para alabar el nombre del Señor. Pues allí están las cortes de justicia, los ministerios de la casa de David. Para Jerusalén pidan la paz: ¡Que vivan tranquilos los que te aman! ¡Que la paz guarde tus muros y haya seguridad en tus palacios! Por mis hermanos y por mis amigos quiero decir: ¡La paz esté contigo! Por la casa del Señor nuestro Dios, pido para ti la felicidad.” (Sal 122; 1-9)

El nuevo pueblo de Dios, la Iglesia en los Estados Unidos está en movimiento. Estamos en peregrinación como el antiguo pueblo de Israel, yendo a Indianápolis con el mismo propósito y la misma alegría para adorar con el mismo espíritu de alegría, fe y amor a Jesús en la Santa Eucaristía.

Durante las últimas semanas, Jesús Eucaristía ha recorrido nuestra nación en peregrinación, invitando a miles a encontrarse con él en sus comunidades. A medida que la Peregrinación Eucarística Nacional se acerca a Indianápolis para el Congreso Eucarístico Nacional, rezamos este mes para que aumente la fe y el amor por la Eucaristía.

¡Qué bueno y qué tierno es ver a esos hermanos vivir juntos! Es como un aceite refinado que desde su cabeza desciende hasta la barba, la barba de Aarón, hasta el cuello de su túnica. Es como un rocío del Hermón, que baja sobre las montañas de Sion. Allí el Señor otorgó su bendición, la vida para siempre.” (Sal 133; 1-3)

En este Congreso Eucarístico Nacional, habrá un verdadero sentido de unidad en la Iglesia.

Las cuatro rutas de la Peregrinación Eucarística Nacional convergerán, uniéndose ceremoniosamente las regiones norte, sur, este y oeste de los Estados Unidos.

El pueblo de Dios de diferentes razas, etnias, culturas e idiomas se reunirán en fe, esperanza y amor.

La Eucaristía – el sacramento de la verdadera unidad – unirá espiritualmente a los hijos de Dios.

Al unirnos en comunión con la Santísima Trinidad y entre nosotros, oramos para que surja una devoción más profunda y un amor por Jesús, presente en la Santísima Eucaristía.

Oremos que, desde Indianápolis como la montaña de Sion en las escrituras, las bendiciones del Señor fluirán para todas las regiones, diócesis, parroquias y familias de los Estados Unidos y del mundo, para que la fe y el amor por Jesús en la Eucaristía aumenten en todos los corazones para que podamos tener vida y vida en abundancia.

Mientras miles de peregrinos se preparan para asistir a este Congreso Eucarístico Nacional, oramos para que sus viajes los lleven al encuentro del gran Rey de Reyes, Señor de Señores. En su presencia, su fatiga será recompensada y sus corazones serán saciados con el amor que no tiene fin.

Para aquellos que no tendrán la oportunidad de asistir a este encuentro nacional, considera ir y pasar tiempo ante Jesús Eucaristía, verdaderamente presente en el tabernáculo en sus parroquias y en capillas de adoración perpetua.

Jesús, presente en la Eucaristía, está allí, esperándolos. Desde allí, estaremos unidos en el mismo espíritu de amor a Jesús en la Eucaristía.

El arzobispo de Denver, Samuel J. Aquila, pide a todos los fieles que se unan a su intención para el mes de julio que este histórico acontecimiento eucarístico renueve en toda la Iglesia el amor y la fe por Jesús en la Eucaristía. Oremos también por la seguridad de cada peregrino que viajará a Indianápolis. Que la paz de Dios sea el escudo y la protección de todos los peregrinos eucarísticos que, llenos de esperanza, se pondrán en camino para encontrarse con el Dios vivo y verdadero que ha permanecido para siempre en la Sagrada Eucaristía. Que la Santísima Virgen María y san José nos acompañen con su intercesión en esta peregrinación de fe, esperanza y caridad.

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