La intención de oración del arzobispo para enero es para que la paz reine en todo el mundo en este nuevo año, especialmente en Tierra Santa y Ucrania.
“¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: ¡Ya reina tu Dios!” (Isaías 52,7).
La Navidad es una época hermosa no solo para nosotros, los cristianos, sino también para el mundo entero, ya que trae un mensaje maravilloso. El mensaje de la Navidad es de paz y salvación. Jesús es la buena nueva de la Navidad, la razón y el mensaje central, el Mesías anunciado por los antiguos profetas y esperado por un pueblo sufrido en el exilio.
La buena nueva es que Dios es rey, un rey roderoso que viene a establecer la justicia y la paz para todos los pueblos, especialmente para aquellos que sufren las atrocidades de la guerra y el exilio físico y espiritual de innumerables familias obligadas a huir de la violencia y las dictaduras injustas en países que no proporcionana paz, protección y justicia a sus ciudadanos.
La buena noticia es la salvación; el universo entero necesita la redención de un Dios asombroso que vino con la humildad y la pequeñez de un niño. En este divino Niño celebramos la Navidad, encontrando en él la promesa de esperanza y salvación para el mundo entero.
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre Maravilla de Consejero, Dios Fuerte, Siempre Padre, Príncipe de Paz. Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso” (Isaías 9,5-6).
Al comenzar el nuevo año 2024, todos tenemos una lista de dos o tres propósitos. Considera añadir una resolución más: unirte a la intención de oración del arzobispo Samuel J. Aquila durante el mes de enero, rezando por la paz en todo el mundo, especialmente en países en guerra como Tierra Santa y Ucrania. Pidamos al Niño recién nacido que consuele a los pueblos que sufren exilio físico y espiritual, que los libere de las tinieblas y la violencia de la guerra, y que reine sobre todos nosotros con paz y justicia. La buena noticia y nuestra fe es que la victoria pertenece a nuestro Dios. Él tiene dominio sobre todos los reyes de la tierra y sobre todas las cosas que hay en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles. Él vino a establecer su reino de paz y equidad en el mundo entero.
Que la alegría y el significado de la Natividad del Señor no solo permanezcan en nuestra memoria como una hermosa fiesta, sino que la Navidad se prolongue y se proclame todos los días del año como la buena nueva que trae paz y salvación a nuestro mundo herido y agobiado por el pecado. Jesús, Príncipe de la Paz, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.