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jueves, septiembre 12, 2024
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La misión de los abuelos según la Biblia

Por Roxanne King*

Dios tiene una misión para los abuelos y, a diferencia lo que dice un dicho popular, no consiste en «gastar la herencia de los hijos» viviendo una vida centrada en uno mismo al margen de la familia. Al contrario, Deuteronomio 4,9 dice: «Enseña [los mandamientos de Dios] a tus hijos y a los hijos de tus hijos». Los abuelos deben transmitir la fe como herencia espiritual.

«La cultura actual dice que las cosas viejas y las personas mayores no son valiosas», dijo Sandy Wanzeck, abuela e instructora de un taller en inglés sobre la misión de los abuelos que ofrece la división laical del seminario San Juan Vianney de Denver. «Enseña que la jubilación gira en torno a uno mismo; que debes vivir tu vida independientemente de tu familia; que tu principal papel como abuelo es ser un compañero de juegos: llenar a tus nietos de azúcar y regalos y enviarlos a casa».

Ese no es el mensaje que uno encuentra en las Escrituras. Allí, el mensaje es que los años dorados de uno son un tiempo para compartir la sabiduría, guiar a los jóvenes y transmitir una herencia espiritual, aseguró Sandy, que se convirtió en abuela hace ocho años.

Una de las verdades principales que la Biblia contiene sobre los abuelos es que deben dejar una herencia. Proverbios 13,22 dice: «El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos».

«No se trata solo de una herencia monetaria, sino que la herencia espiritual es aún más importante: transmitir la fe, dejar el buen nombre y la reputación de tu familia», explicó Sandy. «[En la Biblia] los nietos se consideran una bendición. Proverbios 17,6 dice: ‘Los nietos son la corona de los ancianos'».

De los sueños a la realidad

Mientras asistía a una clase de bautismo para su hija mayor, Sandy recuerda que el instructor le preguntó algo profundo: «¿Cuáles son sus sueños para este niño? ¿Qué virtudes, habilidades y hábitos quiere que tenga? ¿Qué va a hacer para ayudar a que esos sueños se hagan realidad?».

«Así que yo les digo a los abuelos: si hicieron un trabajo perfecto durante la educación de sus hijos o si desearían haberlo hecho de otra manera, esta es su oportunidad de volver a hacerlo, de hacer lo que quizá desearía haber hecho con sus hijos».

Sandy utiliza el libro Sueños para su nieto: el poder oculto de un abuelo católico (Dreams for your Grandchild: The Hidden Power of a Catholic Grandparent) de Allen Hunt como recurso, pues muestra en siete pasos cómo convertir en realidad los sueños que uno tiene para su nieto: que sea honesto, que conozca a Jesús, que vaya al cielo, que sea un santo.

«Hunt habla de que, además de los padres, los abuelos son la persona más influyente en la vida de un niño», afirma Sandy. «Los estudios han demostrado que incluso son más influyentes que un profesor, un pastor, un entrenador o los compañeros. Los nietos prestan atención a lo que decimos o hacemos».

Retos comunes de los abuelos

Sandy ha hablado ampliamente sobre algunos retos que los abuelos enfrentan. Uno de ellos es que los abuelos a menudo sienten que no están capacitados para transmitir la fe. Ella responde: «En la Biblia, Dios siempre eligió a personas que, según los criterios del mundo, no parecían estar preparadas. Noé era un borracho. Jacob era un mentiroso. Moisés tenía problemas para hablar. Vemos que Dios prepara a los que llama».

Otro reto es que a veces los abuelos sienten que no pueden hacer nada porque viven lejos de sus nietos.

«Un estudio de la Universidad de Oxford demostró que la distancia no afectaba negativamente a la influencia que podían ejercer los abuelos», afirmó Sandy. «Esto en parte se debe a la tecnología: hay muchas formas de comunicarse. Si no se siente cómodo con la tecnología, sus nietos pueden ayudarle a aprender a enviar mensajes de texto o hacer una videllamada. Pueden fijar momentos para hablar, pueden preguntarse mutuamente por qué están agradecidos hoy o por qué pueden rezar esta semana. Lo importante es estar conectado, viva cerca o lejos. Uno puede vivir en la misma casa y no estar conectado. No deje que la distancia sea un obstáculo para no conectarse con sus nietos».

Para concluir, Sandy hizo hincapié en que cualquiera puede empezar a ser un buen abuelo al rezar por su familia: «El Salmo 78 habla de cómo las oraciones pueden influir en las generaciones venideras, no solo en nuestros hijos y nietos. El hecho de que tenemos una fe fuerte puede deberse a que un guerrero de la oración de una generación anterior rezó por nosotros».

Para obtener más información sobre el taller en inglés para abuelos que Sandy Wanzeck dirigirá en línea el 22 de abril, haga clic aquí.

*Este artículo fue traducido y adaptado del original en inglés por el equipo de El Pueblo Católico.

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