No es raro que una pareja se alegre grandemente al enterarse de que esperan a un bebé, pero tampoco que en seguida tengan que caminar por la vía del duelo después de perderlo repentinamente. Esta es la terrible y desgarradora realidad de miles de mujeres y familias. Por eso, Vidas preciosas (Precious lives), un ministerio de los Servicios Funerarios Católicos (CFCS por sus siglas en inglés), busca ayudar a familias a sanar y encontrar consuelo a través de la fe después de la pérdida de un bebé .
«Vidas Preciosas quiere a guiar a las familias que pueden sentirse perdidas durante el momento de duelo», dijo Jessica Galán, directora asociada de funerarias del cementerio católico Mount Olivet en Wheat Ridge y una de las personas clave detrás de Vidas Preciosas. «Perder un hijo en cualquier etapa del embarazo puede ser difícil, especialmente cuando es temprano. Te sientes solo, como si no hubiera un lugar a donde ir. Poder acercarnos a estas familias para ayudarles a iniciar el proceso de sanación, guiándolas en nuestra fe, independientemente de la fe que puedan tener en su interior… para mí, eso es lo que hace y aporta nuestro ministerio. Damos a los bebés una despedida adecuada, como es debido».
El ministerio comenzó por una necesidad visible hace más de 30 años. «Teníamos familias que llamaban, pidiendo enterrar a su bebé», dijo Paulette Kaufman, gerente de misión y atención a la familia en el cementerio católico Mount Olivet. «Creo que fue realmente por lo que empezó. Sabemos que, desde la concepción hasta la muerte, es un bebé. Así que queremos honrar a sus bebés, sus vidas. Es una obra de misericordia corporal».
Actualmente los servicios se llevan a cabo mensualmente en el cementerio católico de Mount Olivet y atraen a decenas de familias, algunas de las cuales perdieron a su bebé años, incluso décadas, antes. Independientemente de la historia particular de cada familia, la motivación es la misma: oración, sanación y comunidad.
«Para muchas familias, el simple hecho de celebrar un servicio es algo muy importante», afirma Paulette. «No es que hayan perdido un bebé y ahora nadie quiera hablar de ello. Tienen esa conexión con nosotros y tenemos la esperanza de que su fe les ayudará a superar esto. Es importante tener un servicio para su bebé».
Vidas Preciosas permite a las familias llorar su pérdida con una comunidad de fe sin que las finanzas se conviertan en un obstáculo, todo gracias a la generosidad de voluntarios. Sin esta preocupación adicional, familias, como la de Jessica, pueden ser parte de su sanación.
“Soy mamá de tres”, compartió Jessica, “pero he experimentado cuatro pérdidas después de mi hijo menor. En lo personal, siento que fue un llamado lo que me trajo aquí, que me llevó a servir en este ministerio. Durante mis pérdidas, me sentí sola y no sabía exactamente adónde acudir o qué hacer. Para mí, estar allí con estas familias es más para asegurarme de que cada familia tenga el apoyo que necesita en ese momento y la guía necesaria. Es simplemente ayudar a que tenga efecto la fe y la sanación, sentir que eres parte de una comunidad que se preocupa por ti y que no estás solo”.
Es una experiencia trágica y desgarradora que muchas familias sufren en silencio, aseguró Jessica. “Creo que es bueno hablar de esto. Creo que gran parte de la pérdida de un bebé a veces es ‘secreta’. Eso hace que sea más difícil de sobrellevar. Entonces, con nuestros servicios, incluso si las mamás no interactúan entre ellas, se ven y no se sienten tan solas”.
El ministerio de Vidas Preciosas busca brindar sanación a las familias en duelo a través de una comunidad de oración para garantizar que no se sientan solas en medio de su pérdida y aborden ese duelo con fe. Es un acto corporal de misericordia y un acto provida dar a estos bebés un entierro digno y un lugar de descanso final, un práctica que a la vez brinda paz a decenas de familias.
Ministerio Vidas Preciosas
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Teléfono: 303.502.9666
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