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jueves, abril 25, 2024

Navidad en mi tierra

Posadas, novenas, Niño Jesús escondido, son algunas de las tradiciones típicas de América Latina que buscan recordar que el sentido de la navidad es festejar la alegría de la encarnación de Dios hecho niño.

En entrevista con personas provenientes de diferentes países de Latinoamérica (por cuestiones de espacio no pudimos publicarlos todos), y radicadas en Denver, El Pueblo Católico da a conocer algunas tradiciones, su sentido, y cómo éstas ayudan a aumentar la piedad en quienes las practican.

“Les pido posada”

Comencemos por México y las Posadas Navideñas, una tradición en la que los fieles van de casa en casa cantando y pidiendo un lugar para que María pueda dar a luz al Niño Dios. Se hace con un pesebre viviente y María y José caminan con los peregrinos.

“A través de tomamos conciencia de que el Niño Jesús debe estar en nuestro corazón y también de lo mucho que lo queremos”, comenta Cristóbal Cárdenas, mexicano y feligrés de la parroquia Ascension. Las posadas terminan con la piñata de siete picos que hace alusión a los pecados capitales que hay que destruirlos. Los pequeños regalos que salen de las piñatas simbolizan estas gracias.

Cristóbal Cárdenas comparte también cómo se vive la fiesta de Nochebuena en su país: “Desde el 24 en la mañana empezamos a preparar los tamalitos, buñuelos, el champurrado para esperar la venida de Jesús. Y en la noche nos vamos a la Eucaristía, que es lo primordial. El 25 nos vamos a las casas de nuestros amigos a desearles feliz navidad y a comer los recalentados del día anterior”.

 

Centroamérica y el Caribe

Por su parte, el padre Franklin Sequeira, vicario de la parroquia Saint Anthony of Padua destacó la llamada “Gritería” como una de las principales tradiciones de Nicaragua, su país natal.  Se trata de una fiesta en honor a la  Inmaculada Concepción, que se realiza el día 7 de diciembre. “Hacen un altar a la Virgen, en las calles de los diferentes pueblos y la gente sale en procesión”, recuerda el sacerdote. “Se hacen juegos pirotécnicos, luego hay una fiesta”, dice el padre Franklin. Durante la procesión la gente grita “¿Quién causa tanta alegría?», y los mismos fieles responden: «¡La Concepción de María!». Los habitantes de las casas reciben a los devotos de la Inmaculada con un «brindis», llamado popularmente «la gorra».

Presidencia RD
Foto de Presidencia RD Flickr.

Y en República Dominicana sobresalen la novena a la Virgen de Altagracia, advocación mariana principal de este país y el intercambio de regalos al que llaman “el angelito”. “Desde finales de octubre ya estás escuchando los merengues de antaño que te recuerdan la navidad”, comparte Wendy Feliz, dominicana y asistente ejecutiva del Centro San Juan Diego. “Los puestos de la calle están llenos de manzanas y uvas. La ciudad cambia de aroma”, describe Wendy. “Las familias se reúnen a rezar la novena y al final toman té de jengibre con pan de agua. Los coros de las iglesias ofrecen conciertos de villancicos y la gente suele ir a la misa de Nochebuena”.

 

Verano en Sudamérica

Mientras tanto Soraya González, colombiana y auditora del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Denver, recuerda la Noche de las Velitas y la Novena de Aguinaldos, como las principales tradiciones de su país.

Foto: Universidad de Antioquia. /Flickr.

El 7 de diciembre, vísperas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los colombianos encienden velas afuera de sus casas para iluminar el camino de la Virgen. “Desde ese día se siente el espíritu de la navidad”, comenta Soraya. La comida más típica son la natilla (un sencillo postre a base de maicena, leche y canela) y los buñuelos (panecillos hechos con queso y almidón de yuca) y del 16 al 24 de diciembre se reza la Novena de Aguinaldos, que contiene una meditación diaria, oraciones al Niño Jesús, Santa María y San José y los gozos, que son pequeños poemas para preparar el corazón para el nacimiento de Jesús.

“La novena une las familias, las amistades, los vecinos. La gente no suele rezarla sola, es una oración para compartir”, indica Soraya. “Antes de la Navidad ves a los niños corriendo de casa en casa para rezar la novena. Al final cantamos algunos villancicos y el 24 se reza el último día de la novena y luego se reparten los regalos”.

Foto de Rruurmo/ Flickr.

Y en algunos pueblos de los Andes en Venezuela se celebra la Paradura del Niño Jesús. Según nos contó Jesús Sanchez, director del periódico El Comercio de Colorado, esta tradición consiste en que “alguien roba o se lleva de manera secreta el Niño de una Iglesia y los demás fieles deben averiguar dónde está. Los vecinos van buscándolo de casa en casa”. Los fieles suelen rezar un rosario en su nombre y cuando lo encuentran, los anfitriones reparten bizcochuelo y vino y finalizan la celebración cantando coplas al Niño encontrado, para que bendiga a los allí presentes.

Y en el Perú sobresalen las tunas navideñas. La gente sale a las calles a cantar villancicos tradicionales. “Recuerdo que nos juntábamos los amigos de la universidad y nos íbamos a cantar de casa en casa”, comenta Maribel Maturo, profesora de español en Escuela de Guadalupe.  “En el sur la navidad es en verano por lo que la gente aprovecha salir a las calles para reventar cohetes. Muchas celebraciones se hacen al aire libre”, recuerda. Maribel destaca también la participación de muchos peruanos en las campañas solidarias que buscan celebrar la navidad y llevar regalos a los más necesitados.

Por su parte, Viviana Martínez, directora del programa de formación matrimonial Dios entre Nosotros, recuerda los platos típicos de su país, Chile: “Pan de Pascua (a base de frutos secos, pasas y almendras)  y Cola de Mono (un trago hecho a base de licor de aguardiente, leche, café, azúcar y especias canela)”

“Los que estamos fuera del país de origen, en esta época nos llenamos de nostalgia de aquellas navidades pasadas”, dice Viviana.

Y en medio de diferentes tradiciones llenas de piedad y de elementos propios de cada cultura, “todos estamos llamados a celebrar el cumpleaños más importante del año con alegría y como un acontecimiento capaz de renovar nuestra vida”, dice. “El corazón del ser humano busca el amor verdadero y lo obtiene al tener un encuentro personal con el Nino Jesús. Eso es  lo que se comparte con  la familia y los seres queridos, especialmente durante la Navidad”, concluye Viviana.

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