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No te desesperes, el Adviento vale la pena

Todos lo hemos experimentado: Tan pronto como pasa Halloween, las tiendas se llenan de árboles de navidad, luces, Santa Clauses y villancicos populares. La época navideña es un tiempo hermoso, sin lugar a duda, pero hay cosas que todo católico debe recordar durante el tiempo de Adviento. Y no es que los católicos seamos aguafiestas y queramos arruinarle la diversión a todo mundo. Al contrario, somos los católicos los que mejor sabemos celebrar – tanto que duramos casi un mes preparándonos para festejar de la mejor manera posible y después festejamos por varias semanas.

Aquí unas sugerencias que nos pueden ayudar durante el tiempo de Adviento para poder festejar verdaderamente la Navidad.

 

Sé paciente

El Adviento no es Navidad. Muchas veces empezamos a celebrar la Navidad desde que comienza el Adviento (o después de Thanksgiving) y tan pronto llega el 25 de diciembre o el año nuevo, estamos hartos de todo lo navideño y pensamos solo en rebajar las libras que subimos.

“Adviento” significa “venida” y es un periodo de “expectación piadosa y alegre” que no puede saltarse. Es parecido al embarazo de una madre que espera con alegría la venida de su hijo y aunque ansía verlo, sabe que vendrá en el momento indicado. Mientras tanto, prepara una casa limpia y cálida, le compra ropa, una cuna y hasta cosas que no son necesarias. Así también nosotros debemos preparar nuestras mentes y corazones para la venida del Señor.

Más que un cumpleaños

Muchos estamos acostumbrados a celebrar el Adviento como la preparación para el cumpleaños de Jesús y, aunque parte de la Navidad conlleva la conmemoración de su nacimiento, es mucho más que eso.

Primero que nada, no se trata solo de recordar los eventos que ya pasaron, sino de moldear nuestra vida de acuerdo con estos misterios. La venida de Jesús al mundo es un hecho histórico y el hecho de que Dios decidió hacerse hombre y morir para darnos vida, debería impactarnos personalmente. Por ello, la Iglesia nos llama a una transformación durante esta espera – es una espera activa.

La Iglesia también nos dice que el Adviento es la preparación de nuestras mentes y corazones para su segunda venida al final de los tiempos. Por eso al comienzo del Adviento, la lecturas de la misa son más apocalípticas. Pensar en la segunda venida de Jesús nos debería impulsar a meditar en nuestra vida e historia y preguntarnos cómo nos presentaríamos ante su presencia, a la luz de la verdad, y si hay cosas que preferiríamos que él no viera.

Qué hacer

Ora. Entre las prácticas más importantes del Adviento está la oración. Si nos cuesta ser constantes, este es el tiempo para fortalecer este aspecto esencial. Si ya tenemos una vida de oración, debemos dedicarla especialmente a la preparación de la venida del Señor. Pero es necesario ser concretos con nuestras metas. Es decir, debemos elegir a qué hora del día vamos a dedicar al menos unos 10 minutos para orar y realmente hacerlo. En muchas parroquias se reparten libritos de devoción o meditación diaria que pueden ser de gran ayuda.

Confiésate. La confesión es esencial en el tiempo de Adviento. No solo limpia nuestro corazón para que Jesús pueda habitar en él, sino que también nos da la gracia para no volver a pecar. Así él podrá permanecer en nosotros y nosotros en él.

Asiste a misa. No podemos faltar a misa los domingos. Pero además del domingo, si puedes ir entre semana, hazlo. Aunque nos preparamos para su venida definitiva, no hay mejor preparación que recibirlo en la Eucaristía.

Prácticas tradicionales

La Iglesia no especifica cuándo se debe o no comenzar a decorar para Navidad y las tradiciones varían en diferentes culturas. En la tradición latinoamericana es común hacerlo el primer domingo de Adviento. No tiene nada de malo, solo que debemos recordar que aún no es Navidad, así que debe haber una diferencia entre cómo vivimos estos dos tiempos litúrgicos. Prácticas como tener una coronilla de Adviento en nuestras casas que nos ayude a seguir el tiempo de preparación, y no colocar al niño Jesús en el pesebre hasta Nuche Buena ayudan a recordar esta realidad.

Las posadas son un novenario que igualmente nos puede ayudar a prepararnos mejor. Siempre se debe recordar que el motivo del Rosario, las pastorelas y los convivios es precisamente una preparación alegre para recibir a Jesús que viene a nosotros.

Esperamos que estas sugerencias te ayuden a vivir el tiempo de Adviento de la mejor manera posible para que, aceptando su primera venida, puedas prepararte para su segunda venida en gloria.

Foto de Lukas Langrock/Unsplash.

Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez es el editor de El Pueblo Católico y el gerente de comunicaciones y medios de habla hispana de la arquidiócesis de Denver.
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