Por Roxanne King.
El 25 de marzo se cumplió el 25 aniversario de la encíclica papal de San Juan Pablo II, Evangelium Vitae, «El Evangelio de la Vida«, que promovió la santidad de la vida humana y abordó los problemas del aborto, la eutanasia y la pena capital. Lynn Grandon, directora de la Oficina de Respeto a la Vida de la Arquidiócesis de Denver en Caridades Católicas, habló con El Pueblo Católico sobre cómo los fieles pueden ser defensores de la vida el día de hoy.
El Pueblo Católico: ¿Qué impacto ha tenido «El Evangelio de la vida» en los esfuerzos de la Iglesia para defender la santidad de la vida humana?
Grandon: Ha sido un documento definitivo. San Juan Pablo II dio ejemplos prácticos en todas las áreas de la vida sobre cómo mantener esa dignidad. Es una enseñanza muy clara y específica que es útil para todos nosotros en todos los ámbitos de la vida.
EPC: ¿Cómo promueve la santidad de la vida humana la Oficina de Respeto a la Vida?
Grandon: Somos la parte educativa y de recursos de la arquidiócesis para todos los temas sobre la vida, principalmente aquellos centrados en la medicina y la ciencia. También hemos tenido que involucrarnos un poco más en los procesos legislativos que ocurren en Colorado con diferentes proyectos de ley que se han presentado desafiando la dignidad de la vida. Trabajamos con las diferentes parroquias y sus líderes de Respeto a la Vida para educarlos. El año pasado creamos un manual de más de 200 páginas sobre cómo las iglesias pueden implementar el respeto por la vida en su parroquia con un comité encargado. Los líderes de Respeto a la Vida estaban encantados de contar con esa guía.
EPC: Otras entidades arquidiocesanas también defienden la santidad de la vida ayudando a mujeres embarazadas y mujeres con niños. ¿Nos podría hablar de esos esfuerzos?
Grandon: Cuando llegué aquí por primera vez (de Illinois en el 2011), el arzobispo Chaput me asignó para abrir un centro para embarazadas pro-vida justo frente a la sede de Planned Parenthood Rocky Mountain. Ese centro se convirtió en dos centros (ahora llamados Marisol Health), lo que llevó al centro Bella Natural Women ‘s Care a aceptar ser los proveedores médicos para ellos. Luego nos vinculamos con Gabriel House (que ofrece suministros de materiales y referencias de servicios sociales) y lo que ahora se conoce como Marisol Homes para la vivienda de mujeres con embarazos inesperados y madres solteras. Todos esos esfuerzos de servicios médicos y sociales son lo que en Caridades Católicas llamamos nuestro «progreso de atención» para las mujeres necesitadas. Nos dimos cuenta de que existen numerosos niveles de atención para las mujeres en crisis, por lo que unimos fuerzas para hacerlo de manera efectiva y está funcionando maravillosamente.
EPC: Además de apoyar estas organizaciones, ¿cuáles son otras formas concretas en que los fieles pueden defender la santidad de la vida humana?
Grandon: Primero, educándonos. Ahí es donde nuestra oficina puede ayudar. Vamos a las parroquias sin costo y hacemos presentaciones sustanciales sobre todos estos temas para que las personas puedan dialogar efectivamente con amigos, familiares, asociados y vecinos. Esa es la clave. Como hijos de Dios tenemos que entender este elemento de nuestra fe.
Pueden involucrarse con el Comité de Respeto a la Vida en su parroquia y ser las manos y los pies que construyan una cultura de vida vibrante en su parroquia.
También pueden participar en los esfuerzos públicos que tenemos: la oración en la plaza (rosario y coronilla de la Divina Misericordia) se lleva a cabo cada primer sábado del mes (visite prayerinthesquare.com para conocer los lugares). Nuestros dos eventos anuales son 40 días por la vida, donde rezamos fuera de los centros de aborto (del 26 de febrero al 5 de abril, visite 40DaysForLife.com), y nuestra Marcha por la Vida, que celebramos en enero en el Capitolio de Colorado. Este año tuvimos 8,000 asistentes y crece cada año. Como creyentes, tenemos que demostrarle a Colorado que no tenemos miedo de defender estos problemas.
Finalmente, haría un simple llamado a la gente para que use su creatividad. En el Antiguo Testamento, los gobernadores les dijeron a las parteras hebreas que mataran a los niños varones hebreos. Pero las parteras rechazaron la orden. Fueron al faraón y le dijeron: «¡Estas mujeres hebreas dan a luz a sus hijos antes de que nosotras podamos llegar!» Como hijos e hijas de Dios, somos llamados a proteger toda la vida humana. Tenemos que ser creativos en nuestras vocaciones, como lo fueron las parteras hebreas, para transformar la cultura.
