Los obispos de Denver, Mons. Samuel J. Aquila y Mons. Jorge H. Rodríguez, emitieron la siguiente declaración conjunta el 25 de mayo, después de que un tiroteo masivo en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, cobrara la vida de 21 personas, 19 de las cuales eran niños.
25 de mayo del 2022
“No hay palabras para describir la consternación y el dolor que ha provocado en la comunidad de Uvalde, Texas, el tiroteo masivo de ayer, que arrebató la vida de 19 niños y dos maestros.
En nombre de los fieles de la arquidiócesis de Denver, les ofrecemos nuestra cercanía espiritual y nuestras más sinceras oraciones a Dios para que derrame sobre ustedes el consuelo y la sanación. Alentamos a los párrocos de nuestras parroquias a rezar por las personas en Uvalde durante la oración de los fieles esta semana, sobre todo por las familias que han perdido a seres queridos. Además, alentamos a las personas a rezar el rosario esta semana pidiendo la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, para que envíe su consuelo maternal a aquellos que han perdido familiares.
Lamentablemente, en Colorado conocemos muy bien el gran daño causado por los tiroteos masivos en nuestro estado, y unimos nuestras voces a todos aquellos que piden iniciativas reales para identificar de una mejor manera las señales de que una persona podría suponer un peligro para su comunidad y aprobar leyes que aborden con sensatez la disponibilidad de armas de alto poder y disparo rápido.
Aún más importante que estos esfuerzos es la necesidad de que el poder transformador del evangelio sea proclamado en todos los lugares, incluso ante esta tragedia. Los tiroteos masivos como este son un recordatorio devastador de lo quebrantado que está nuestro mundo, y de que Jesucristo es el único que puede verdaderamente sanar los corazones heridos y liberar a los cautivos del pecado. Los católicos deben tomar en serio la misión de llevar a Cristo a los demás. Que su paz y sanación descienda sobre el pueblo de Uvalde y sobre todos aquellos que han perdido a alguien en este ataque sin sentido y maligno”.
Arzobispo Samuel Aquila
Obispo Jorge Rodríguez
