Séptima semana: ¿Qué significa que la Iglesia es católica? En esta reflexión, el obispo Jorge Rodríguez nos habla sobre la identidad de la Iglesia y el papel vital que la misión de evangelizar juega en ella.
Lee o ve el video de la reflexión del obispo Jorge Rodríguez en archden.org/pascua2021.
El arzobispo de Denver, Mons. Samuel J. Aquila, y el obispo auxiliar, Mons. Jorge H. Rodríguez, han publicado una serie de reflexiones por escrito y en video para ayudar a los fieles a tener un encuentro con Cristo resucitado durante la Pascua. Para obtener más información sobre la guía, haz clic aquí.
A continuación, la invitación personal del arzobispo.
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!
Queridos hermanos:
¡Felices Pascuas de Resurrección! Los invito a mirar dentro de la tumba, junto con María Magdalena, Pedro y Juan para persuadirnos de que el mensaje más grande que el mundo ha recibido es verdadero: ¡No está aquí! ¡Ha resucitado, tal como lo había anunciado! Que sus corazones acojan esta maravillosa proclamación: Él ha vencido el pecado y la muerte. Nuestro Señor ha descendido al infierno, ha afrontado todo lo que trata de esclavizarnos, y ha resucitado victorioso de ese lugar para darnos vida, y vida en abundancia.
Somos testigos de un acontecimiento que debería hacernos temblar de asombro y admiración: Cristo ha resucitado y quiere que la gracia de esta resurrección llegue a todos los hombres. “Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que durmieron. […] Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también en Cristo volverán a la vida” (1Cor 15,20.22).
Les dirijo este mensaje para ofrecerles un medio de meditación pascual. Se titula “Encuentro con Jesús resucitado”. Durante este año y medio, mientras reflexionaba sobre nuestro deseo de preparar la arquidiócesis para un tiempo de misión apostólica, me convencí de que las palabras de Jesús a los apóstoles durante la última cena en el Evangelio de san Juan (Jn 14-17) son fundamentales para captar el significado de la misión. He creado este recurso para facilitar la oración con estos capítulos y con algunos otros más, porque quiero que todos los fieles dejen que la palabra de Dios moldee su mente y corazón. Con este fin, los invito a apartar veinte minutos diarios para orar con un capítulo por semana. Esta guía también contiene reflexiones sobre los pasajes de Emaús (Lc 24), el don de la Eucaristía (Jn 6), la Ascensión y Pentecostés (He 1-2).
Este recurso es aún más oportuno ahora que los obispos de Colorado han convenido que el 23 de mayo, domingo de Pentecostés, es el momento adecuado para que los fieles que no tengan ningún legítimo impedimento vuelvan a observar el precepto de ir a Misa los domingos y fiestas de guardar. No es una casualidad que al tiempo que volvemos a recibir la invitación de encontrarnos con Dios semanalmente en la Misa me haya percatado en la oración de que hemos de resaltar el papel que la Eucaristía desempeña en la vida y misión de la Iglesia. Les pido que al hacer esto encomienden también a aquellos que quizá se distanciaron de la Iglesia durante la pandemia y que consideren cómo el Espíritu Santo podría servirse de nosotros para hacerlos regresar a casa.
Muchos de ustedes me acompañaron en la realización de las tres tareas que propuse en mi reciente nota cuaresmal “Nuestro momento apostólico” (archden.org/nuestro-momento-apostolico): redescubrir el mensaje central del Evangelio, orar y ayunar por una renovación en la arquidiócesis de Denver y formar nuestra conciencia; les agradezco su participación. Considero este recurso una continuación, la “segunda parte”, de dicha nota. Como lo señalé en ese mensaje, creo que la pregunta crucial que debemos plantearnos en este momento es la siguiente: ¿cómo podemos construir una cultura arquidiocesana cuyo objetivo y configuración estén centrados en la misión apostólica que nuestro tiempo necesita? Considero que todo el pueblo de Dios en el norte de Colorado está siendo llamado a misionar, a proclamar de manera convincente la muerte y resurrección de Jesucristo.
La misión es un llamado en la vida de todo católico bautizado; nadie está exento de esta prioridad preeminente de la Iglesia. La Iglesia existe gracias a ella. La misión, antes de cualquier intención estratégica o consideración práctica, se fundamenta en una conversión espiritual, una nueva forma de ver la realidad. Sin esta visión que trae consigo el encuentro con Cristo, es imposible misionar.
Algunas personas han utilizado el acrónimo RIM (Relación, Identidad, Misión) para describir este proceso de evangelización. Tal proceso constituye el fundamento de la presente guía. Esta guía quiere ayudar a los fieles a desarrollar una relación más íntima con Cristo durante la Pascua, de modo que puedan afianzar su identidad con el Padre y prepararse para misionar; así podrán tocar la mente y el corazón de cada persona que reside en el norte de Colorado.
Les encarezco que se tomen veinte minutos diarios, sea durante su tiempo regular de oración, sea en algún otro momento, para abrir el corazón a lo que Dios quiere decirles a través de la Escritura. Si aún no han adquirido el hábito de la oración personal, esta puede constituir una buena oportunidad para comenzar a formarlo. Con la ayuda de esta guía, podremos unirnos en oración a través de la meditación bíblica, que se centrará en diversos pasajes del Nuevo Testamento y que, a mi parecer, contienen la sabiduría que Dios quiere comunicar a nuestra Iglesia local en este momento.
Para ello, utilizaremos el antiguo método de la lectio divina, que ofrece una estructura sencilla para orar con la Escritura. La lectio divinapuede ayudar a cada uno a oír al Señor, que nos habla personalmente cuando oramos con la Palabra de Dios.
Les recomiendo que sigamos un ritmo pausado de oración, meditando en un solo capítulo por semana. Orar repetidamente con el mismo capítulo cada día de la semana nos ayudará a asimilar –“masticar”– detenidamente cada pasaje y a ponderar su contenido; así estaremos permitiendo que la oración realice un cambio en la mente y en el corazón. La lectio divina no consiste tanto en “llegar a ningún lugar”, sino en estar en calma para poder profundizar en el corazón de Cristo; es una forma de escuchar atentamente la voz tranquila y suave de Dios que está presente en la Escritura.
Gracias por acompañarme en este camino pascual a través de la presente guía, que nos ayudará a encontrarnos con Jesús resucitado. Estaré rezando para que Dios se revele a ustedes de una manera nueva y transformante.
Dios los bendiga en este tiempo de Pascua,
Visita archden.org/pascua2021 para orar con la guía de oración durante el tiempo de Pascua.