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jueves, marzo 28, 2024
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“…Porque Dios se lo merece”

El pasado sábado 9 de noviembre tuvimos la gran bendición de tener la institución canónica de la sección de la Sociedad de la Adoración Nocturna en la parroquia de St. William, en Fort Lupton. Durante la vigilia de Adoración participaron además de los nuevos miembros, muchos otros miembros de las diferentes secciones de la Adoración Nocturna en la Arquidiócesis, llegando a ser más de 300 personas agradeciendo esta inmensa bendición.

En la ceremonia, Monseñor Jorge De los Santos, Vicario para el Ministerio Hispano, exhortó a todos los adoradores a no echar en saco roto las bendiciones que se reciben al adorar al Señor Sacramentado. Les recordó de la importancia de portar la insignia o distintivo de la Sociedad para poder ganar las indulgencias plenarias correspondientes. Por otro lado, yo como párroco de St. William, les invité a ser constantes en la oración, recordando las palabras de Jesús: “Estén prevenidos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mt. 26, 41).

Cuando en un principio comencé a invitar a la gente para participar, me sorprendió el entusiasmo tan grande de varias personas. Así, durante los últimos 6 meses un grupo de personas se reunieron una vez al mes durante toda la noche para adorar, bendecir y orar frente al Santísimo Sacramento. Sin importar la edad -ya que hay niños, adultos y alguna personas mayores-, ni el sexo, pues hay hombres y mujeres orando, todos han abierto sus corazones para pasar un momento con Dios mismo en la Eucaristía.

Sin embargo, otros no entienden la importancia de la Adoración Eucarística. Algunos incluso me cuestionan el por qué tienen que pasar tantas horas hincados o recibir la Sagrada Eucaristía de rodillas. Mi respuesta es la misma de siempre: “Porque Dios se lo merece”.

A Dios le debemos la adoración y la gloria y para eso fuimos creados, para adorar al Señor. Y el ponerse de rodillas frente a Él es una muestra del reconocimiento de que es Él nuestro Dios, presente verdaderamente en las especies del Pan y del Vino.

Dentro de las mil y un bendiciones que he visto en la Adoración Nocturna, reconozco que los miembros de mi parroquia que han participado, han tenido un crecimiento espiritual muy grande. Muchos de ellos han pasado por momentos muy difíciles, pero al verlos tan firmes en su fe en Dios y tan listos para servir, me doy cuenta que ellos poco a poco se convierten en verdaderos testigos del Evangelio. Cada vez que están de rodillas frente al Santísimo, veo cómo sus corazones se transforman y están mas dispuestos a unirse a la Cruz de Cristo, y por este medio experimentar la felicidad y la redención.

Una de las personas que participa ahora en la Adoración Nocturna me decía que ella ya no se siente sola y que, por el contrario, a pesar que su vida es muy difícil, sabe que Jesús está con ella y sus sufrimientos se convierten en alegrías.

Al final de la ceremonia, después de un momento de adoración Eucarística y de una emotiva Misa, todos los miembros de la Sociedad de la Adoración Nocturna celebraron con gran alegría este gran acontecimiento de la institución canónica de la Sección de St. William.

Que todo esto sea para la gloria de Dios.

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