No hay nada más grande que la Eucaristía. Si Dios tuviera algo más precioso, nos lo hubiera dado”. – San Juan María Vianney
No hay don más grande que el que Cristo dio al mundo: su cuerpo y su sangre. Y nos lo dio a través de un sacrificio que nos libera de las cadenas del pecado y la muerte y que está verdaderamente presente en la Santa Misa.
A partir del 23 de mayo, domingo de Pentecostés, todos los fieles podrán participar nuevamente en este don de la Eucaristía, ya que los obispos de Colorado han anunciado que la obligación de asistir a Misa los domingos y días de precepto será restablecida en dicha festividad. Todos los católicos que gocen de buena salud, que no corran un riesgo considerable y no tengan razones serias para ausentarse, deberán reanudar su asistencia regular a la Misa durante las próximas semanas.
Como preparación para la fiesta de Pentecostés y el restablecimiento de la obligación de asistir a la Misa dominical, lo invitamos a reflexionar sobre los sacrificios que realizamos a lo largo de la Cuaresma y la pandemia, y a pedirle al Espíritu Santo que inicie y guíe una renovación de fe en nuestra arquidiócesis. Asimismo, como parte de su oración pascual, lo invitamos a unirse a nuestros obispos y a la comunidad arquidiocesana a través de una guía de oración para la Pascua.
Para más información sobre el restablecimiento del precepto dominical, lea la declaración de los obispos de Colorado y las preguntas frecuentes:
Esta página web y la página de El Pueblo Católico se actualizarán con reflexiones, lecturas y recursos adicionales durante el tiempo de Pascua.
“¿Te das cuenta de que Jesús está allí en el tabernáculo expresamente para ti, solo para ti? Él arde con el deseo de entrar en tu corazón… no escuches al demonio, ríete de él, y ve sin miedo a recibir al Jesús de la paz y el amor”. – Santa Teresita del Niño Jesús
