45.3 F
Denver
viernes, marzo 29, 2024
InicioLocalesJóvenes¿Religiosa yo?

¿Religiosa yo?

Estas tres jóvenes hispanas de la Arquidiócesis de Denver, se sintieron llamadas por Dios a la vida religiosa y quisieron, con generosidad, responder. Recientemente han iniciado esta aventura. Hoy nos comparten su testimonio.

 

Foto de: Anya Semenoff.

“Me siento contenta y en paz”

Doris García, de 31 años, cuenta que ella siempre quería hacer algo para ayudar a los jóvenes. En un momento pensó que su llamado consistía en promover la superación personal, pero de manera independiente de la fe. Doris dice que cuando tenía 25 años recibió el llamado a conocer más a Cristo en la vida religiosa, pero “lo dejé pasar”. En la celebración pascual de 2015, en su parroquia Saint Clare of Assisi en Edwards, sintió que el llamado persistía y decidió hablar con la hermana Luz Angélica Quiñonez, miembro de las Misioneras de la Caridad de Maria Inmaculada, quien la invitó a un retiro de discernimiento. Después comenzó un proceso de un año de para esclarecer si Dios la llamaba a comenzar su período de formación en esta congregación y Doris fue admitida como aspirante. La vida religiosa “me ha gustado mucho”, dice. En su parroquia Doris había iniciado un grupo de oración y luego se incorporó al de monaguillos y jóvenes. “Viendo tantos jóvenes me di cuenta que teníamos que hacer algo y entregar nuestra vida a Dios, porque hay mucha necesidad”, comentó. Actualmente, además de los cursos que recibe para conocer más la comunidad, ella realiza su labor pastoral en la parroquia Our Lady of Guadalupe en Denver, enseñando catecismo a los jóvenes que se preparan para recibir el sacramento de la Confirmación. Doris se prepara para comenzar en febrero su período de postulantado. “Me siento muy tranquila, contenta y en paz. En este tiempo de aspirantado he crecido espiritualmente. Me sirve mucho rezar la liturgia de las horas. Me doy cuenta que a veces uno tiene demasiado miedo de seguir la vida religiosa y aunque no es un camino fácil, somos nosotros quienes ponemos las trabas”, concluye.

 

Foto de Anya Semenoff.

“Dios me llamó en medio del dolor”

Aunque Angie Pérez, de 37 años, recién cursa su tiempo de aspirante, ella recuerda que la primera vez que tuvo la inquietud por la vida religiosa fue entre los 13 y 15 años. En ese entonces, ella prefirió buscar otros sucedáneos y alejarse de esta inquietud. “Buscaba amistades, me quería comer al mundo de una sola mordida”, confiesa. “La debilidad de la carne me llevó a ir al fondo, a desviarme, a caer en el vicio, en las malas amistades, en la adicción al alcohol y estuve casi cuatro años así, sin reconocerlo”, dice Angie. Para ella su experiencia fue como la de los discípulos de Emaús pues “Jesús caminaba conmigo, pero yo no fui capaz de reconocerlo”. Angie acudió así al movimiento Prevención y Rescate, cuya finalidad es, como su nombre lo indica, ayudar a prevenir que las personas caigan en el vicio y también a rescatar a quienes ya han sido presa de estos males, para que cambien de vida. En medio de este proceso, Dios le permitió pasar por una prueba difícil: La muerte de su padre, quien se encontraba en México y a quien no veía hacía 17 años. “En ese momento descubrí que yo no necesitaba de otra caída porque Dios me estaba demostrando que con Él, aunque el dolor sea más fuerte, la carga se hace más ligera”. Luego acudió a un retiro vocacional en el que sintió el llamado a la vida religiosa. “¿Verdaderamente quieres que te entregue estas miserias?” fue la pregunta que Angie le hizo a Dios. “Y Él me respondió que si”, testimonia. “Todos los días me lo demuestra y lo puedo escuchar (…) estoy dispuesta a seguirlo y si Él acepta estas miserias, pues voy a seguir adelante, voy a abrirle las puertas de mi corazón y que Él sea mi único amor”. Ahora Angie está como aspirante también de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada. Ella pasó así de ser discípula a apóstol y ahora ella dirige un grupo de Prevención y Rescate en la parroquia Ascension de Denver, para ayudar a muchos jóvenes a seguir el camino de Cristo y no el de los bienes aparentes que ofrece el mundo.

Para saber más de esta comunidad vaya a http://www.familiadelacruz.org/congregacion.php

 

Zaira en el convento ubicado en Amarillo, Texas.

“Dios no me priva de nada y me da la plenitud”

Zayra Bucio, de 26 años, nunca en su vida había visto a una religiosa. Cuando tenía 20 años asistió a un retiro de la Renovación Carismática, movimiento en el que llevaba  ya tres años. “De repente, teniendo mis ojos cerrados, vi una imagen: Estaba caminando por un pasillo vistiendo un hábito y llevando un libro en la mano. Mi cara reflejaba una felicidad enorme”, reconoce. Y la imagen no se fue de su mente. Luego comenzó a leer un libro sobre la Madre Teresa de Calcuta, y se dio cuenta que ella “no quiso comodidades” sino más bien, se fue a servir “a los más pobres entre los pobres”.

“Cuando terminé de leer el libro dije en voz alta: ‘Esta es la verdad’. Luego sentí que Dios me preguntó: ‘¿Quieres ser parte de esta verdad?’. Me sentí congelada, pensé por un momento y solo respondí ‘si quiero’”, dijo Zayra. “‘Pero soy muy joven’, le dije, al igual que Jeremías, y le pedí que me llamara algunos años más tarde. Él, como es un caballero que respeta nuestra libertad, aceptó mi respuesta”, señaló la joven. Y en dicha espera, Zayra se dedicaba a la pastoral en su parroquia Saint Mary en Rifle, Colorado.

En el año 2013 asistió al retiro anual Steubenville of the Rockies de Denver. Allí vio por primera vez a unas religiosas, integrantes de la comunidad Disciples of Our Lord Jesus Christ con un carisma franciscano y carismático. Años más tarde fue a visitarlas en su comunidad en Texas. Ella solicitó ingresar allí y las hermanas le dijeron que pondrían su petición en oración. Finalmente fue admitida como aspirante. Ella se mudó a Amarillo, Texas a principios de septiembre. “No sé si este plan dure unos meses, unos años o la vida entera. Lo que sí sé, es que los planes de Dios son inigualables. La vida religiosa no me quita ni me priva de nada, al contrario, me lo da todo y en plenitud”, comparte Zayra.

Para conocer más sobre esta comunidad visite www.dljc.org

Artículos relacionados

Lo último