Ha llegado el mes de mayo y en muchas partes del mundo se celebra el Día de la Madre.
Al preguntarle a los hijos qué significa para ellos su mamá les faltan muchas veces las palabras para expresarse. Pero, ¿qué significa para la mujer ser madre? En esta edición te presentamos las respuestas de algunas mujeres de Denver y el norte de Colorado.
Lorena López
“Mis hijos son sagrados. Ellos están primero que yo. Los cuido mucho. Trato de dar lo mejor para ellos. Yo siempre les cocino, aunque llegue cansada les hago de comer. Si no nos vemos en todo el día, por lo menos a la hora de la comida o de la cena me aseguro de que estemos juntos”.
Areli Cabral Lucero
“Ser madre para mi significa ser todo. Descomponerme yo para componer a mi hija. Significa ser amor, desvelos, lágrimas, alegría, sacrificios. Significó cambiar mi vida, mi tiempo y mi forma de pensar. Poner todo mi corazón y entregar mis fuerzas -aun cuando no tengo-, significa tener una razón de ser por el resto de mi vida… ¡Ser mamá para mi simplemente es vida!
Angélica Herrada
“Es una bendición de Dios el poder tener y criar a mis hijos y tener esa conexión con ellos. Es un amor eterno [que tengo por ellos] como el que Dios tiene por nosotros. Un amor incondicional. Con nadie más tendrás ese amor puro como con tus hijos. Ellos te llenan el día, y el corazón. Antes sentía que me hacía falta algo, ahora con mis hijos ese vacío se llenó. Hay muchas mujeres que no pueden tener hijos, entonces hay que disfrutar la bendición que Dios nos ha dado de ser llamadas, ‘mamá’”.
Leticia Mier
“Ser madre es cumplir con la responsabilidad de formar hombres y mujeres que perpetúen una humanidad con valores cuya meta sea la felicidad. Soy madre de tres hermosas nenas de 18, 15, y 9 años”.
Yaeel Duarte
“Es una oportunidad para mejorarte como ser humano en todas las áreas –sobre todo en el área emocional –, para hacerte mejor persona. Ser madre te da la oportunidad de educar seres humanos con valores, con el amor que les das, vas sembrando esa semilla que los hace ser hombres de bien. Dios nos da la oportunidad de mejorarnos y de crear. Cuando oro le digo a Dios: ‘son tus hijos, con los talentos que tú les diste, ayúdame a guiarlos a lo que tú quieres que ellos sean’. Yo le enseño a mis hijos que la felicidad no es material o tener un título, la felicidad es estar en koinonía (comunión) en relación a lo que Dios quiere para ti”.
