Existe una condición que día a día enfrentan la mayoría de los jóvenes en el mundo: el rechazo. Rechazo e incomprensión de parte de sus padres o maestros, a quienes muchas veces les cuesta comprender la transición que viven hacia la adultez.
Los jóvenes de procedencia hispana en Estados Unidos, además de este rechazo, experimentan uno adicional que es el de una cultura que a veces no entiende sus comportamientos, costumbres y familias de origen.
Sobre este tema, El Pueblo Católico entrevistó a Elías Moo, director de la escuela católica Saint Rose of Lima. Elías habló sobre este tema en el Encuentro juvenil de adolescentes, realizado en la Universidad de Denver el pasado 7 de marzo y organizado por el Centro San Juan Diego
¿Cómo ve usted que se sienten rechazados los adolescentes hispanos en Estados Unidos hoy?
Hay un conflicto entre la cultura en la que nacieron y/o crecieron ellos y la cultura de origen de sus padres. Esto los lleva a sentir un cierto rechazo. Ese mismo rechazo cultural se manifiesta en la escuela y en relaciones con las amistades. El joven se siente sin oportunidades. No se ven plenamente como parte de este país. A veces pareciera que no tuvieran el potencial para poder ser exitosos aquí en Estados Unidos, tanto en la vida personal como profesional.
¿Qué consecuencias negativas trae este rechazo?
Los jóvenes empiezan a vivir un estilo de vida que los aleja del plan y el amor que Dios tiene por ellos. Así caen en las drogas, el alcohol, el sexo a muy temprana edad. Por eso hay muchos embarazos en alumnas de preparatoria.
Sin embargo, la condición de rechazo puede también ser una oportunidad para que el joven emprenda un camino diferente…
Sí. Es el momento para que el joven se pregunte sobre su propósito en esta vida. ¿Por qué existo?, ¿cómo puedo descubrir la felicidad? Desafortunadamente muchos tratan de encontrar las preguntas a estas respuestas en otras formas o en otros lugares…
En la conferencia que dio en el Encuentro juvenil de Adolescentes al diablo como principal enemigo de esta búsqueda ¿por qué?
El mundo de hoy quiere rechazar el concepto del diablo: Un ser que está continuamente tratando de alejarnos de Dios y que nos induce a una cultura y ambiente de libertinaje. Quiere alejarnos del Plan que Dios tiene para nosotros. No es un monstro como muestran las películas sino alguien que se presenta de manera deseable y aparentemente bella. Los jóvenes buscan ser populares en su cultura y por eso lo siguen.
También mencionó el ejemplo de algunos santos en esta búsqueda…
Hay santos jóvenes de hoy que nos muestran que sí es posible vivir una vida diferente como joven y entregarse a Dios al cien por ciento. Muchachos como el beato mexicano José Luis Sánchez del Rio, asesinado a los 15 años por odio a la fe o Santa María Goretti, una niña de 12 años que murió mártir en Italia por defender su virginidad. Ellos tuvieron dificultades. Quizás experimentaron rechazo en sus hogares, en su cultura y en la sociedad pero el amor de Dios fue lo que les llevó a vivir de una manera muy radical. Hoy los ejemplos que tienen los jóvenes son muy distintos: personajes de televisión, de los medios de entretenimiento. Lo que nuestros jóvenes ven no es el ejemplo de sacrificio sino de consumo, de egoísmo. Pero debemos decirles que sí es posible vivir de manera diferente.
¿Qué le recomendaría a un chico que se sienta tentado a irse por los caminos del libertinaje?
Que se haga la pregunta: ¿mis decisiones me van a llevar a una felicidad auténtica o me van a llevar a un camino donde sienta vergüenza?
Todo lo que usted ha descrito también lo experimentó en su juventud. ..
Es verdad. Yo nací en este país. Mis papás son de México. Me veía como mexicano y me identifiqué como católico. Pero también deseaba hacer parte de este país. En esta experiencia de conflicto de culturas y rechazo me hice la pregunta: ¿por qué existo?, ¿por qué estoy en este mundo? Y empecé a buscar. No pensé que la respuesta pudiera estar dentro de la espiritualidad que me infundieron mis padres. Pero luego descubrí que era yo quien debía experimentar un encuentro con Jesús por mi propia cuenta. Pero eso fue después de que me que me dejé llevar por las influencias de amigos, de la cultura y del mundo. En ese momento alguien me dijo: “hay una oportunidad para que conozcas el amor de Dios”, fui a un retiro y escuché un mensaje muy distinto acerca del papel de Dios en mi vida. Ese fue el comienzo de mi regreso a Cristo, donde descubrí el llamado que Él me hizo personalmente. Descubrí que el estilo de vida que tenía, me estaba alejando de mi verdadera felicidad.
¿Cómo un joven hispano en EEUU puede tener el poder de cambiar el mundo?
Ellos son el futuro de este país y de la Iglesia. Debemos ser realistas y decirles que la comunidad hispana está creciendo con números grandes en este país. Ellos representan parte grande de la sociedad y de la Iglesia. Si ellos no toman el futuro y si no se dan cuenta que en sus manos está el potencial para cambiar el mundo, posiblemente se perderán. Debemos hacerles un llamado a la acción. Un llamado a que se den cuenta de que Dios los necesita, necesita de su juventud y de su energía para dar un ejemplo de esa vida radical de amor por él.
