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martes, abril 23, 2024
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Una encíclica que responde a los signos de los tiempos

Para orientar mejor la lectura de “Laudato Si”, hemos entrevistado a Ricardo Simmonds, fundador de Creatio, una organización católica sin ánimo de lucro, con sede en Colorado y en Pensilvania, que promueve viajes de misiones y peregrinaciones para brindar un encuentro con Dios a través de su creación.

¿Por qué crees que el Papa dedica un documento tan importante al problema del Medio Ambiente?

Francisco es el Papa de la Iglesia Católica y tiene otros criterios para hacer lo que hace y lo que le pide Jesucristo. Esta es una encíclica que responde a los signos de los tiempos. Un tema del que habló Benedicto XVI antes de renunciar, en una audiencia pública el 28 de noviembre de 2012: «Al respecto debemos estar atentos para percibir los signos de los tiempos en nuestra época, o sea, para identificar las potencialidades, los deseos, los obstáculos que se encuentran en la cultura actual, en particular el deseo de autenticidad, el anhelo de trascendencia, la sensibilidad por la protección de la creación, y comunicar sin temor la respuesta que ofrece la fe en Dios”. Creo que el cuidado de la creación es un signo de nuestros tiempos porque la humanidad, en su esfuerzo por reconstruir la Torre de Babel, ha vuelto a tener una ruptura con lo que lo rodea, y especialmente en su relación con los demás.

¿Cómo crees que el pecado del hombre afecta la creación?

El pecado original y los pecados actuales de la humanidad, causan profundas rupturas en todas las dimensiones de nuestras relaciones y explican el sufrimiento del mundo en el que vivimos. Jesús vino a restaurar esta relación armoniosa original. Primero entre los seres humanos y Dios, mostrándoles su rostro.  Una vez la persona se reconcilia con Dios, puede ser él mismo y por ello, los individuos reconciliados pueden crear una sociedad armoniosa. Una sociedad reconciliada a su vez proyecta amor y respeto en lugar de destitución sobre la creación. La promesa de la reconciliación  tiene lugar en la misericordia: un amor tierno que puede tomar el pecado, el mal, la ruptura y transformarlos en amor.

Quien lee la encíclica y trabaja en una industria que genera gran contaminación, ¿debe sentirse en conflicto?

Debemos reconocer, y lo hace el Papa, que  Dios le ha dado al hombre una vocación especial. Él nos entrega las cosas para que le demos un buen uso. Trabajar en una empresa que genera contaminación no está mal pero quien lo hace debe tener en cuenta la responsabilidad de cuidar, de no contaminar, de  ver que se puede lograr un equilibrio con un discernimiento práctico que cada uno debe evaluar. No está mal la industrialización ni el consumo ni la tecnología. Todas estas cosas tienen una orientación natural.

¿Y para quien se dedica a la caza de animales?

El hombre está dotado de inteligencia y libertad para evaluar sus actos. Cazar para comer, por ejemplo, está bien. Lo que está mal es hacerlo por crueldad. No deben sentirse mal pero deben respetar la creación y si es así, no habrá oposición con lo que hacen.

¿Por qué recomienda usted la lectura de esta encíclica?

Porque es muy bonita y profética.  “Laudato Si” nos inspira para vivir de manera cristiana nuestra relación con la naturaleza. Y a partir de ello podemos dialogar con personas que no tienen fe pero que les interese el tema del cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, la revista “The economist” dice que es un texto muy bonito. Creo que este es un ejemplo de cómo dialogar con personas que no tienen fe y poder transmitirles la enseñanza de la Iglesia.

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