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jueves, marzo 28, 2024
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Únete a la novena en memoria del papa Benedicto XVI

Toda la Iglesia lamenta la muerte del papa emérito Benedicto XVI. En catedrales, basílicas, iglesias parroquiales, santuarios y capillas se ofrecerá la Sagrada Eucaristía para el descanso de su alma. Las comunidades y los individuos pedirán a Dios que conceda su infinita misericordia al hombre que sirvió a la Iglesia como obispo de Roma.

Esta novena ha sido preparada para ayudar a orar por el papa emérito durante este tiempo de duelo. La novena diaria –que dura desde su funeral del jueves 5 de enero hasta el viernes 13 de enero– consiste en una breve lectura de las Escrituras o algún otro texto eclesiástico y algunas oraciones breves, incluyendo las oraciones extraídas del Misal Romano y del Ritual de exequias cristianas.

Primer día: 5 de enero
“Tú eres Pedro…”
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo
Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta
pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el
Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los
profetas”. Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy
yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el
Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón,
hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre,
sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres
Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del
infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino
de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo,
y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.
(16, 13-19)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Dios nuestro,
que recompensas con justicia a todos los hombres,
concede que tu siervo, el Papa (emérito) Benedicto,
a quien constituiste sucesor de Pedro y
pastor de toda la Iglesia,
pueda gozar eternamente en el cielo
de los misterios de la gracia y del perdón,
que él administró fielmente en la tierra.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Segundo día: 6 de enero
“Apacienta mis ovejas…”
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Juan
Le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas
más que éstos?” Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”.
Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le
preguntó, “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí,
Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Pastorea mis ovejas”.
Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”
Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por
tercera vez si lo quería, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú
bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.
(21, 15-17)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Señor Dios, pastor inmortal de las almas,
mira a tu pueblo suplicante
y concede que tu siervo, el Papa (emérito) Benedicto,
que presidió en la caridad a tu Iglesia,
obtenga misericordiosamente, junto con el rebaño a él confiado,
la recompensa del administrador fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Tercer día: 7 de enero
Pedro, la unidad de la Iglesia
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura de un sermón de san Agustín
El Señor Jesús, antes de su pasión, como saben, eligió a sus
discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos,
Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en
todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su
persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras:
Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las
recibió no un hombre único, sino la Iglesia única… En este mismo
sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó
también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él
fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de
apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de
referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la
Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es
porque Pedro es el primero entre los apóstoles. (Sermo 295, nn. 2, 4)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Señor Dios, que concediste a tu siervo,
el Papa (emérito) Benedicto,
desempeñar el ministerio episcopal
y ser sucesor de los Apóstoles,
te pedimos que también participe de su eterna compañía.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Cuarto día: 8 de enero
Maestro auténtico de la fe
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura del Catecismo de la Iglesia Católica
El Romano Pontífice y los obispos como “maestros auténticos por
estar dotados de la autoridad de Cristo… predican al pueblo que
tienen confiado la fe que hay que creer y que hay que llevar a la
práctica” (Lumen gentium, 25). El magisterio ordinario y universal
del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles
la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la
bienaventuranza que han de esperar. (n. 2034)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Señor Dios, que en tu providencia inefable
quisiste que tu siervo, el Papa (emérito) Benedicto,
fuera pastor supremo de tu Iglesia,
te rogamos que, quien fue Vicario de tu Hijo en la tierra,
sea por él mismo recibido en la gloria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Quinto día: 9 de enero
“Confirma a tus hermanos…”
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Jesús dijo: “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso
para zarandearlos como trigo; pero yo he orado por ti, para que
tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus
hermanos”. Pedro le contestó: “Señor, estoy dispuesto a ir contigo
incluso a la cárcel y a la muerte”. Jesús le replicó: “Te digo, Pedro,
que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres veces que
me conoces”. (22, 31-34)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Concédenos, Señor,
que tu siervo Benedicto, presbítero,
a quien, mientras vivía en este mundo,
encomendaste el ministerio sagrado,
goce siempre de felicidad en la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sexto día: 10 de enero
El ministerio petrino de misericordia
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura de la carta encíclica Ut unum sint
de san Juan Pablo II, Papa
Heredero de la misión de Pedro, en la Iglesia fecundada por la
sangre de los príncipes de los Apóstoles, el Obispo de Roma
ejerce un ministerio que tiene su origen en la multiforme
misericordia de Dios… La autoridad propia de este ministerio
está toda ella al servicio del designio misericordioso de Dios y
debe ser siempre considerada en este sentido. Su poder se explica
así. Refiriéndose a la triple profesión de amor de Pedro, que
corresponde a la triple traición, su sucesor sabe que debe ser signo
de misericordia. El suyo es un ministerio de misericordia nacido
de un acto de misericordia de Cristo… La Iglesia de Dios está
llamada por Cristo a manifestar a un mundo esclavo de sus
culpabilidades y de sus torcidos propósitos que, a pesar de todo,
Dios puede, en su misericordia, convertir los corazones a la
unidad, haciéndoles acceder a su comunión. (nn. 92-93)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Concede, Dios todopoderoso,
que tu siervo, el Papa (emérito) Benedicto,
a quien encomendaste el cuidado de tu familia,
entre, con el fruto abundante de su trabajo,
al gozo eterno de su Señor.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Séptimo día: 11 de enero
Pedro, el primero de todos los apóstoles
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo
Llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar
a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y
dolencias. Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero
de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago
y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás
y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el
cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor. (10, 1-4)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Dios nuestro,
que recompensas con justicia a todos los hombres,
concede que tu siervo, el Papa (emérito) Benedicto,
a quien constituiste sucesor de Pedro y
pastor de toda la Iglesia,
pueda gozar eternamente en el cielo
de los misterios de la gracia y del perdón,
que él administró fielmente en la tierra.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Octavo día: 12 de enero
Unión entre el Papa y los obispos
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura de la Constitución dogmática sobre la Iglesia
Lumen gentium
La unión colegial [de obispos] se manifiesta también en las
mutuas relaciones de cada Obispo con las Iglesias particulares y
con la Iglesia universal. El Romano Pontífice, como sucesor de
Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad
así de los Obispos como de la multitud de los fieles. Por su parte,
los Obispos son, individualmente, el principio y fundamento
visible de unidad en sus Iglesias particulares, formadas a imagen
de la Iglesia universal, en las cuales y a base de las cuales se
constituye la Iglesia católica, una y única. Por eso, cada Obispo
representa a su Iglesia, y todos juntos con el Papa representan a
toda la Iglesia en el vínculo de la paz, del amor y de la unidad. (n. 23)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Señor Dios, pastor inmortal de las almas,
mira a tu pueblo suplicante
y concede que tu siervo, el Papa (emérito) Benedicto,
que presidió en la caridad a tu Iglesia,
obtenga misericordiosamente, junto con el rebaño a él confiado,
la recompensa del administrador fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Noveno día: 13 de enero
Sucesor del apóstol Pedro
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura de una carta a los corintios de san Clemente I, Papa
Habiendo recibido sus órdenes, los apóstoles salieron,
plenamente convencidos por la resurrección de nuestro Señor
Jesucristo, confiando en la palabra de Dios y asegurados por el
Espíritu Santo. Salieron a proclamar que el Reino de Dios estaba
cerca en todo el campo y en las ciudades. Probaron en el Espíritu
los primeros frutos de su predicación, y designaron obispos y
diáconos a aquellos que más tarde llegarían a creer… Nuestros
apóstoles sabían también, por medio de nuestro Señor Jesucristo,
que habría discordia por el oficio del episcopado. Y así, con
perfecta previsión, cuando ordenaron a aquellos hombres, los
apóstoles les dieron el mandato de que cuando fallecieran, otros
hombres probados los sucedieran en su ministerio. (42, 3-4; 44, 1-2)

Haga una pausa para orar en silencio.
Rece un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Concédele, Señor, el descanso eterno.
— Y brille para él la luz perpetua.

Te rogamos, Señor, que escuches compasivo
las súplicas que te presentamos
por la salvación del alma de tu siervo Benedicto, presbítero,
que en tu nombre desempeñó con fidelidad el ministerio,
para que pueda alegrarse eternamente
en la compañía de tus santos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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