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domingo, abril 20, 2025
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Tu parroquia importa: Fortalece tu fe a través de la comunidad

Momentos antes de ascender al cielo, Jesús les dijo a sus discípulos, “Por tanto, vayan, y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt 28, 19).

En esta nueva época apostólica, estamos llamados a hacer lo mismo: traer a aquellos que conocemos a una relación amorosa con Jesús. Entre las muchas parroquias que están dando este paso hacia la misión, una parroquia de Denver está viendo enormes frutos en el camino.

Hace tres años, el padre Luc Vaillant, párroco de la parroquia de St. Catherine en Denver, rezó fervientemente para que Dios le enviara una pareja de laicos que le ayudara en los esfuerzos de evangelización de la parroquia.

Poco después, Dios respondió a esa oración a través de la familia Syzek.

En colaboración con el padre Luc, Matthew y Shannon Syzek empezaron su participación en Alpha, un programa internacional destinado a proporcionar un lugar cálido y de apoyo para que las personas se encuentren con Jesús y su Iglesia.

Después de su sexta sesión, este año el impacto del programa se ha visto claramente, ya que la parroquia le dio la bienvenida a 26 personas nuevas a la Iglesia, un aumento de cinco veces en tres años.

“Alpha ha transformado el espíritu de la parroquia”, dijo el padre Luc a El Pueblo Católico. “El espíritu de Alpha se abre paso en la iglesia. Ha cambiado la manera en que los feligreses interactúan entre sí. ¡Ha sido muy fructífero!”

“Ahora tenemos un lugar donde invitar a las personas que conocemos y que podrían estar lejos de la Iglesia”, continuó. “No los invitamos necesariamente directamente a Misa, sino a Alpha, una comunidad donde pueden venir, ser como son y sentirse queridos”.

El entorno comunitario ha sido transformador para los participantes, que vuelven sesión tras sesión e incluso traen a amigos, familiares, vecinos y desconocidos. Tal fue el caso de Rich y su familia.

“Estaba pasando por mucha oscuridad en mi vida. Estaba cayendo en un pozo”, compartió Rich. “Aunque tenía a mi familia y sabía lo que era el amor, nunca entendí que era el verdadero amor y la aceptación hasta que conocí a Dios”.

En medio de esa oscuridad, Rich se encontró un día paseando por la sala de su casa, gritándole a Dios, a punto de decirle a su esposa que ya no creía en Dios.

“¡Si eres real, muéstramelo!”, gritó.

En ese preciso momento, sonó el timbre y Rich abrió la puerta para encontrarse a Chuck en la entrada de su casa. El feligrés de St. Catherine y su compañero de equipo estaban visitando casas por el vecindario y compartiendo la palabra de Dios. Accidental o providencialmente, se encontraron en la puerta de Rich, a una calle de su ruta predeterminada.

“Llamé a la puerta y, cuando Rich respondió, le dije: ‘Jesucristo te ama justo tal y como estás hoy’”, cuenta Chuck.

En la conversación que continuó llena de lágrimas, Rich se convenció del amor del Dios por él y su fidelidad al responder a las oraciones de su pueblo.

“Dios realmente nos escucha”, dijo. “A mí me escuchó; también puede escucharte a ti”.

Desde entonces, Rich participó en su primer programa Alpha en St. Catherine of Siena. En esta comunidad, encontró respuestas a las preguntas con las que había estado luchando, una comunidad que caminaba con él, y el apoyo que necesitaba en su fe.

Rich fue recibido en la Iglesia en Pentecostés junto a su padrino, Chuck, y próximamente su matrimonio con su esposa, Anissa, será convalidado.

La experiencia fue profundamente transformadora, no solo para él, sino para toda su familia. “En el momento que conocí a Dios, quise traer a mi familia, algo que ha influido a todos,” contó Rich. “Nos ha cambiado. Traje a mis hijas, a mi familia, a mi mejor amigo”.

Junto con toda su familia, Rich llevó a su amigo y compañero de trabajo, quien luego llevó a su novia a Alpha. Cada uno tuvo su propio momento poderoso de conexión con el Señor a través de la comunidad y las transformaciones se multiplicaron.

“Dios se ha convertido en una parte más de mi vida”, dijo Alyssa, la hija mayor de Rich. “Leo la Biblia y oro más. Tal vez no tanto como debería, ¡pero estoy rezando!”.

“Alpha me ha abierto los ojos a Dios. Él está para mí”, continuó.

“Me he sentido más en paz. Encontré una familia nueva”, dijo Evangeline, una de las amigas de Alyssa que vino con ella a Alpha en St. Catherine. “Me hizo aceptar más el amor de Dios”.

Alyssa y Evangeline incluso llevaron Alpha a su escuela pública de Denver como un club dirigido por estudiantes, un paso muy valiente que llevó a varios estudiantes a encontrarse con el amor de Dios.

A pesar de los desafíos que encontraron, se adaptaron y perseveraron, con unos 15 estudiantes de escuelas públicas que asistieron a las sesiones del club. El último día, los alumnos se apresuraron al salón para la sesión final.

“Fue muy evidente que la gente se abrió más a Dios”, dijo Alyssa. “Una joven dijo que conocía a otros católicos y pensaba que eran muy estrictos y estaban muy sobre las normas, pero a través de Alpha, se dio cuenta que podemos ser amorosos”.

El año que viene, las jóvenes planean crear un estudio bíblico y dar la bienvenida de nuevo a muchos participantes de Alpha con quienes hicieron amistades verdaderas y duraderas.

Rich nunca hubiera imaginado que Dios iría tras él, la oveja perdida, de forma tan intencionada. Sin embargo, hoy, casi dos años después de aquel timbre providencial, ha encontrado un hogar para él y su familia en la Iglesia católica.

“Cuando pienso en las vidas que han cambiado, sé que es a través del amor”, concluyó la organizadora Shannon Syzek. “Tenemos personas que se sirven unas a otras, que son las manos y los pies de Cristo, y que antes ni siquiera formaban parte de la Iglesia”.

André Escaleira, Jr.
André Escaleira, Jr.
André Escaleira es el editor de Denver Catholic y El Pueblo Católico. Nacido en Connecticut, André se mudó a Denver en 2018 para servir como misionero con Christ in the City, donde servió por dos años.
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