El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, informó el martes por la tarde que el papa Francisco padece una “neumonía bilateral” además de una “bronquitis asmática”.
A las 9:30 de este miércoles, Bruni ha explicado simplemente, en línea con los días anteriores, que el papa Francisco ha pasado una noche “tranquila”. «Ha descansado, se ha despertado, ha desayunado y luego se dedicó a la lectura de algunos periódicos», reseñó.
La neumonía que sufre el pontífice implica una infección en los pulmones que causa una inflamación en los alvéolos, los cuales pueden llenarse de líquido o pus.
“Durante la tarde, un TAC torácico de control realizado en la Fundación Policlínico ‘A. Gemelli’ reveló la aparición de una neumonía bilateral, lo que ha llevado a los médicos a ajustar su terapia farmacológica”, reveló Bruni en el último parte médico.
De este modo, constató que la salud del papa Francisco sigue presentando un “cuadro clínico complejo”.
“Las pruebas de laboratorio y la radiografía de tórax han confirmado la presencia de una infección polimicrobiana, desarrollada sobre una base de bronquiectasias y bronquitis asmática”, explicó.
De este modo, el tratamiento médico aplicado al pontífice ha requerido “el uso de antibioterapia con cortisona, lo que ha complicado aún más su recuperación”.
Las alarmas sobre el estado de salud del santo padre se encendieron este lunes después de que el Vaticano anunciara que sufría “un cuadro complejo”, por lo que la hospitalización se alargaba de forma indefinida.
De hecho, su agenda se ha suspendido hasta el fin de semana. La celebración de la Misa del domingo en la Basílica de San Pedro, en el marco del Jubileo de los Diáconos, será celebrada por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, el obispo italiano Mons. Rino Fisichella.
En todo caso, el Vaticano sigue monitoreando su evolución y se espera que mañana a primera hora haya una nueva actualización sobre su estado de salud.
