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miércoles, octubre 29, 2025
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Construyendo comunidades católicas más seguras a través de subvenciones y generosidad

Por Caitlin Burm

La creciente necesidad de seguridad en las parroquias y escuelas católicas

Las escuelas católicas son mucho más que instituciones educativas: son centros de comunidad, fe y formación donde los alumnos se encuentran con Cristo cada día. Sin embargo, ante el aumento de la violencia no provocada contra estudiantes en Estados Unidos en los últimos años, muchas familias se preguntan cómo pueden ayudar a mantener seguros a sus hijos.

La Arquidiócesis de Denver está comprometida con la seguridad de sus feligreses y estudiantes. En el 2024 incluso contrató a un director de seguridad y protección. Desde entonces, se han realizado esfuerzos significativos para reforzar la seguridad en las parroquias y escuelas arquidiocesanas, incluyendo la implementación de RedBag, un nuevo programa de seguridad escolar, y un taller reciente en colaboración con la Oficina Federal de Investigación de los Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés).

Además de estas iniciativas, tal vez sorprenda a algunos padres saber que el equipo arquidiocesano de subvenciones también participa activamente en este esfuerzo. La arquidiócesis ha adoptado un enfoque integral de seguridad que incluye la obtención de subvenciones federales y estatales para financiar medidas de protección.

Cómo el equipo de subvenciones apoya la seguridad

Theresa Brandorff, directora de subvenciones de la arquidiócesis, explicó:

“La arquidiócesis apoya al equipo de subvenciones en la búsqueda de oportunidades que ayuden a incrementar la seguridad de nuestras parroquias y escuelas. El equipo identifica las convocatorias, prepara las propuestas y, una vez aprobadas, gestiona y administra los fondos.”

Cada solicitud de subvención requiere alrededor de 84 horas de trabajo, debido a los estrictos requisitos y múltiples componentes. En el ciclo más reciente, Theresa y su equipo presentarán 20 solicitudes para comunidades católicas del norte de Colorado —una inversión total cercana a 1,700 horas de trabajo, equivalente a 42 semanas laborales. Una vez que se anuncien los resultados, el equipo deberá dedicar otras 80 horas por proyecto a los informes de implementación.

Programa Federal de Subvenciones para la Seguridad de Organizaciones sin Fines de Lucro (NSGP, por sus siglas en inglés) ha sido especialmente valioso desde el 2021, pues ha permitido mejorar la seguridad física en comunidades arquidiocesanas. Estas subvenciones, explicó Theresa, ayudan a instalar cercas, portones, iluminación, cámaras, bolardos, cerraduras, películas protectoras para ventanas y tecnología de seguridad.

Sin embargo, no todas las subvenciones son iguales: algunas, como el NSGP, se centran en la infraestructura física de las parroquias o escuelas; otras, en crear entornos donde los niños puedan crecer, aprender y orar sin miedo. Invertir en seguridad significa no solo proteger edificios, sino también salvaguardar la dignidad humana de los feligreses y estudiantes.

Gestión de los esfuerzos de seguridad

El impacto de estas subvenciones, junto con la dedicación del equipo arquidiocesano, es evidente: los niños, las familias, los educadores y los feligreses pueden sentirse más seguros y acompañados en su vida diaria.

Theresa recomienda que las parroquias, escuelas y comunidades mantengan una visión compartida sobre sus necesidades de seguridad. Al reconocer sus vulnerabilidades, pueden establecer prioridades y asignar recursos de manera más efectiva.

Pero muchas de estas instituciones operan con recursos limitados, razón por la cual el trabajo del equipo de subvenciones es tan esencial.

“El financiamiento externo es crucial para mantener y fortalecer los esfuerzos de seguridad, ya que la mayoría de las parroquias y escuelas tienen presupuestos muy ajustados y deben priorizar por necesidad sus áreas de misión principal. Las mejoras de seguridad pueden ser costosas y, por lo tanto, difíciles de financiar internamente”, señaló Theresa.

Gracias a las subvenciones y otros fondos externos, las parroquias y escuelas pueden acceder a evaluaciones de vulnerabilidad, capacitaciones, simulacros, equipos y tecnología de seguridad integrados. Más que una inversión en infraestructura se trata de un acto de corresponsabilidad que garantiza que las futuras generaciones católicas puedan crecer en su educación y en su fe.

Con cada subvención otorgada y cada donativo compartido, la Arquidiócesis de Denver avanza hacia un futuro en el que sus comunidades parroquiales y escolares permanecen preparadas, seguras y listas para servir a los fieles del norte de Colorado durante muchos años más.

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