Este personaje no tiene su origen desde las raíces prehispánicas, fue el resultado de una crítica social José Guadalupe Posada retrató a través de sus calaveras las alegrías y los problemas del pueblo, que, en los momentos del Porfiriato, experimentaba una gran diferencia entre los estratos sociales. Aunque actualmente estas calaveras están relacionadas con el Día de Muertos, estos fueron creados originalmente con el fin de dar una interpretación a lo que se vivía en este momento histórico, una sátira sobre la muerte y sobre aquellos que no vivián realmente su identidad ni patriotismo, el catrín y la catrina representaban aquellos que van muertos en vida por no tener identidad propia y sobreviven en el mundo como muertos.
La fusión de este personaje Catrín y Catrina a la celebración de día de muertos sin duda le ha dado un colorido folclórico a la celebración y tal vez se piense que no tiene un sentido teológico y solo cultural, pues al ser añadido tardíamente y no ser parte de la misma cultura. Sin embargo, si analizamos como se ha ido incorporando con más fuerza cada día y su expresión descubriremos que no solo tiene el sentido de representar para quienes decidimos vivir nuestra fe de una manera autentica una caricatura de quien no vive con autenticidad su fe.
Recordemos que ser católico es una decisión, una opción de vida que va madurando y enriqueciéndose con los sacramentos que nos acompañan en cada etapa de nuestra vida y significan morir a nosotros para renacer en Cristo, es decir una opción de vida que libremente optamos para vivir, y cuando vamos por la vida sin tener ese sentido de pertenencia viviendo una vida de apariencia nos semejamos a esas catrines y catrinas que el crítico José Guadalupe Posada retrataba, refiriéndose a aquellos que rechazaban su identidad por vivir una vida de apariencias.
Por otro lado, el matriz que van adquiriendo ahora los catrines y catrinas es el mismo de rostro-corazón, ese sentido de pertenencia y trascendencia que nuestra vida de fe nos llama a vivir, desde la expresión de alegría y esperanza en cada acontecimiento de nuestra vida por difícil que sea aún a puertas de la misma muerte ya que la alegría y esperanza es el rostro del cristiano.
Por ello los catrines y catrinas representan aquella persona o personaje que ha muerto pero a la vez se manifiesta con todo su dinamismo y belleza humana, por eso buscan representar la muerte con colores vividos, recordemos que los colores son a su vez una manera de trasmitir, de comunicar lo nuestro al mundo, porque cada color está asociado con un sentimiento, si ponemos atención las catrinas y catrines usan colores llamativos que reflejan alegría, vida, entusiasmo, belleza de aquel que se sabe protegido de la muerte y puede expresar su reto como lo hizo San Pablo en su primera carta a los Corintios 15; si nuestra esperanza en Cristo se termina con la vida presente, somos los más infelices de todos los hombres. Por eso desde la esperanza en el triunfo de cristo vivimos llenos de alegría manifestándolo a través no solo de la fe sino desde nuestras culturas y tradiciones, el catrín y la catrina son desde nuestra fe el triunfo a la muerte pues solo aquel que se sabe vencedor puede representarla con alegría.
Si algo quiero dejar claro es que mi intención no es crear polémica sobre esto, sino darte información y reflexiones sin satanizar aquello que ha surgido para enriquecer nuestra fe, cultura y folclore, y vivir nuestras celebraciones poniendo a Cristo en el centro y el talento de cada uno de ustedes que guste enriquecer esta celebración aportando su creatividad.
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