El año 2024 marca el 50º Jubileo del Diaconado Permanente en la arquidiócesis de Denver. A través de la predicación, el servicio, la adoración y la oración, los diáconos sirven al pueblo de Dios de maneras singularmente especiales a través de sus diversos ministerios y vidas. Este artículo es uno de una serie de artículos que El Pueblo Católico publicará en el 2024 y que presentará a diáconos locales o a un ministerio diaconal. Hay muchos santos diáconos que fueron martirizados por su fe. En este año de Jubileo, los diáconos de la arquidiócesis de Denver piden oraciones a través de la intercesión de san Euplio de Catania, diácono y mártir.
A medida que la arquidiócesis conmemora el 50 aniversario del diaconado permanente, diáconos de todo el norte de Colorado se reunieron con el arzobispo Samuel J. Aquila en la parroquia Immaculate Heart of Mary en Northglenn para una celebración especial de su vocación. Con la Misa, la confraternidad comunitaria y la oportunidad de renovar sus votos de ordenación, el Día del Diácono fue una ocasión apropiada para conmemorar el trascendental jubileo.
“Damos gracias por los 50 años del diaconado. Agradecemos al Señor por el don de la vida de nuestros diáconos. Pedimos bendiciones continuas para todos nuestros diáconos y sus familias, para que se fortalezcan en la fe, la esperanza y la caridad”, dijo el arzobispo Samuel, expresando su agradecimiento por el dedicado servicio de los diáconos de la arquidiócesis.
Marianne Arling, cuyo esposo fue el difunto diácono Dave Arling, se sintió profundamente conmovida por la oportunidad de reunirse con el “grupo de hermanos” de su difunto esposo.
“Es impresionante tener un ministerio diaconal tan grande y próspero en esta arquidiócesis. Creo que debe ser uno de los mejores del país”, compartió, reflejando su gratitud por la comunidad y el programa diaconal. “La espiritualidad y lo académico del programa son muy fuertes. Él (Dave) realmente apreciaba la calidad y los dones de los ministerios del programa. Amaba a su grupo de hermanos, le encantaba ser parte de la hermandad del diaconado”.
A través de su ordenación, los diáconos de la arquidiócesis son llamados a una vocación particular de servicio. Son conocidos por su servicio en una increíble cantidad de ministerios en el norte de Colorado. Asignados a parroquias junto con otros ministerios católicos, el buen trabajo de nuestros diáconos es evidente en toda la comunidad, dijo el diácono Ernie Martínez, director de diáconos.
“Sus ministerios llevan a las personas de regreso a un encuentro con Jesucristo. [Con] Jesucristo el siervo, a través de sus acciones”, agregó.
Para el diácono Dave Arling, el servicio vocacional tomó forma a través de su liderazgo del Ministerio Angel Haus, que estaba dedicado a su hijo, quien tenía una discapacidad.
“Tenía un ministerio especial porque tenemos un hijo con una discapacidad. Formó un programa de arte religioso llamado Angel Haus. Desarrolló muchos tipos diferentes de arte cristiano, y trabajaron con veteranos discapacitados y otras personas [con discapacidades]”, dijo Marianne.
Como muchos de nuestros diáconos fueron llamados por primera vez a su vocación matrimonial antes del diaconado, las esposas que apoyan a nuestros diáconos también juegan un papel importante en sus ministerios.
“La mayoría de ustedes, mis queridos hermanos, están casados, y les doy la bienvenida a todas sus hermosas esposas que están aquí. Les agradecemos por la invaluable asociación que existe en su matrimonio. Una doble asociación sacramental en el sacramento del matrimonio enriquecido por el sacramento de las santas órdenes”, dijo el diácono Ernie.
En pocas palabras, la dedicación de los diáconos de la arquidiócesis y sus esposas a la comunidad arquidiocesana durante los últimos 50 años es inspiradora, aseguró el diácono Michael Grafner, quien ha sido diácono durante más de una década.
“Es una bendición ver a este grupo de hombres que están tan dedicados a lo que hacemos. Verlos me da poder para fortalecer mi propio ministerio mucho más”, expresó.
Ya sea en presencia o la distancia, los diáconos de Denver se reunieron para celebrar este alegre evento como un “grupo de hermanos”. Para el diácono Samuel López, eso significó regresar a Denver desde Nebraska.
“Es una gran alegría para mí estar aquí. Todos nosotros reunidos, todos los que amamos a Jesús o queremos estar con Jesús por el resto de nuestras vidas y compartir eso con quien sea que encontremos”, dijo el diácono Samuel.
El Día del Diácono fue una celebración maravillosa para todos los que asistieron. Al celebrar este año el 50º jubileo del diaconado permanente, sigamos manteniendo a estos hombres en nuestras oraciones mientras trabajan para construir el Reino de los Cielos en nuestra comunidad.
