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miércoles, septiembre 10, 2025
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Los Broncos de Denver anuncian la construcción de su nuevo estadio 

Prepara tus jerseys, y tal vez hasta tus rosarios azul y naranja, porque Denver estrenará un nuevo estadio, y la emoción ya se siente en toda la ciudad de la milla alta.

El 9 de septiembre, los Broncos anunciaron oficialmente que Burnham Yard —un histórico patio ferroviario de 58 acres ubicado al sur del centro de Denver— ha sido elegido como el sitio preferido para su futuro estadio. Con un techo retráctil y apertura prevista para la temporada 2031, el nuevo recinto será la pieza central de un distrito de uso mixto que incluirá tiendas, hoteles y atracciones abiertas todo el año.

La buena noticia para los contribuyentes de Colorado es que el equipo se ha comprometido a financiar el estadio de forma completamente privada. Los fondos públicos se destinarán únicamente a mejoras de infraestructura, como carreteras y sistemas de transporte.

En un comunicado conjunto los propietarios de los Broncos, Greg Penner y Carrie Walton Penner, junto con el alcalde de Denver, Mike Johnston, y el gobernador de Colorado, Jared Polis, compartieron que, “Denver ha sido el orgulloso hogar de los Broncos desde el primer día. Esta visión inspirada por la comunidad permitirá que nuestra ciudad y nuestro equipo sigan creciendo y prosperando juntos en Burnham Yard”. 

Una celebración muy católica 

Para el pueblo católico de Denver, este anuncio es más que una nota deportiva: es una oportunidad para reflexionar sobre la alegría de la comunidad, la tradición y un sano orgullo por la ciudad natal. En una ciudad donde la fe y el fútbol americano se viven con seriedad, la noticia de un nuevo estadio se siente como una bendición por la que vale la pena dar gracias. 

Algunos podrían bromear diciendo que los católicos ya sabemos algo sobre las “gradas de estadio”: basta con ver nuestras iglesias abarrotadas el Domingo de Pascua. Ya sea en la Misa, en el cafecito con donas o en un partido de futbol americano, conocemos bien la fuerza de reunirnos: en torno a Cristo, a la comunidad y al campo de juego.

Soñar en grande: ¿podría Denver recibir un Super Bowl? 

Con un techo retráctil y un diseño moderno, el nuevo estadio posiciona a Denver como un fuerte candidato para algo que nunca ha acogido: el Super Bowl. Aunque en el pasado la altitud y el clima invernal imprevisible de la ciudad hacían que ese sueño pareciera lejano, el futuro hogar de los Broncos podría cambiar esa historia. Imaginemos a católicos de todo el país viajando para el gran evento, asistiendo quizás a la Misa dominical en la iglesia St. Elizabeth of Hungary o en la parroquia St. Joseph antes del kickoff, demostrando que la fe y el fútbol pueden florecer juntos en la ciudad de la milla alta.

¿Un nombre católico en luces? 

La conexión católica con los Broncos es más profunda de lo que muchos aficionados saben. CommonSpirit Health, uno de los sistemas de salud católicos más grandes del país, actualmente patrocina el centro de entrenamiento del equipo en Englewood. 

Aunque aún no se han anunciado los derechos de nombre del estadio, algunos católicos no dejan de imaginar lo que significaría ver un nombre católico en el nuevo hogar de los Broncos. Sería un recordatorio visible de que la fe sigue teniendo un lugar en la vida pública, incluso en el mundo del deporte profesional. 

Al menos, la idea ya ha despertado una especulación divertida: ¿y si el nuevo estadio de Denver, listo para el Super Bowl, fuera también un testimonio silencioso de los valores católicos de sanación, comunidad y dignidad humana? 

Más que un estadio de futbol 

Los católicos sabemos que los lugares se transforman por el espíritu que se lleva a ellos: en la oración, en el servicio o en la convivencia comunitaria. Aunque el nuevo estadio se dedicará principalmente a los partidos de los Broncos, también podría ser sede de conciertos, eventos comunitarios y, ¿quién sabe?, quizá hasta de grandes encuentros arquidiocesanos o un congreso eucarístico bajo ese techo retráctil. ¿Recuerdan la Misa con san Juan Pablo II en el Mile High Stadium en 1993? 

Y aunque dé risa pensar en una fila para confesarse tan larga como la del puesto de hot dogs, el punto es este: los espacios que reúnen a la gente también pueden convertirse en espacios de gracia. Como nos recuerda el papa Francisco, la Iglesia va a donde está la gente, y en Denver eso muchas veces significa ir a donde juegan los Broncos. 

Dar gracias y mirar hacia adelante 

Al final del día, un nuevo estadio es solo concreto, acero y muchos asientos naranjas. Pero también representa esperanza, renovación y una visión de futuro. Es una oportunidad para que los católicos de Denver den gracias por el don de la vida comunitaria, para que oren por quienes construirán y trabajarán en el estadio, y para pedir la bendición de Dios sobre todos los que se reunirán ahí. 

Así que, mientras esperamos el kickoff del 2031, tomemos el consejo de san Pablo: “Corran de manera que lo alcancen” (1 Corintios 9, 24). Ya sea en el campo, en nuestras parroquias o en la vida diaria, vivamos con fe, perseverancia y, sí, con mucho espíritu bronco. 

Y quién sabe… quizá muy pronto los católicos de Denver podamos decir: “Fuimos sede del Super Bowl… y sí, también rezamos por los árbitros”. 

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