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jueves, mayo 15, 2025
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Para llegar lejos se requiere ser Especial

El 19 de julio de 1994 nació un pequeño, con una misión especial. Un ángel sin alas, pero con un espíritu tan fuerte, que ha logrado llenar de alegría a la familia Ojeda. Tan sólo bastó con verlo en los brazos del doctor, para que Eleasiff se diera cuenta que ese niño recién traído a este mundo, tenía algo diferente.

“Lo vi como muy sueltecito, sus músculos no correspondían con su cuerpo, en ese momento dije ¡ay Dios mío, ¿qué pasó?!”, nos relata aún emocionado el hombre que lo ha visto crecer, siempre al pendiente de este pequeño que se ha convertido como su sombra y parte de su vida.

Síndrome de Down; ése fue el diagnóstico del pequeño que cambiaría la vida de Eleasif y Herlinda Ojeda, quienes centran su atención en él. Aunque tal vez el primer pensamiento fuera de reproche hacia Dios por las condiciones en que llegó este pequeño, la pareja aceptó el desafío y lo recibió con los brazos abiertos.

Ibsen Ojeda pasaría a ser el integrante número 7 de esta familia.

El tiempo transcurrió, el pequeño comenzó a caminar a los cuatro años y al poco tiempo ingresó a la escuela, donde su enseñanza se enfocaría únicamente -por su condición- en ayudarlo a ser más independiente.

Y así es el “compadre”, como suele llamarle Eleasiff, quien incluso en su libro publicado bajo el nombre de “Almas Inmigrantes”, plasma un episodio sobre Ibsen, lleno de sentimiento y amor puro.

Entre el pasado y presente, se busca plasmar cómo es Ibsen. Es un chico muy inteligente; aunque hasta hace poco tiempo correspondía a la edad cronológica de 7 años, entiende inglés y español. Además, maneja con mucha facilidad la tecnología; “él usa el teléfono, la computadora y el internet, inclusive mejor que nosotros”, cuenta el profesor Ojeda.

Para el padre de Ibsen es primordial mantener a su hijo activo, no solo jugando con él, sino además apoyándolo en su desarrollo.

Ibsen además de ser un chico “especial”, es un gran deportista. Le gusta esquiar y juega básquetbol, aunque su verdadera pasión la siente por el fútbol (soccer). Es fiel seguidor del equipo mexicano Las Chivas de Guadalajara. “Ibsen comenzó con sus entrenamientos en el YMCA a los 8 años, en equipos para niños especiales. La entrenadora lo llevaba de la mano al campo para que corriera, hasta que un día se le soltó y comenzó a jugar solo”, narra el padre del niño.

Ahora a los 20 años de edad y después de participar en múltiples equipos de fútbol, Ibsen Ojeda viste el uniforme de los Colorado Rapids en representación del equipo de Special Olimpic Colorado,  un programa para atletas con discapacidades. Ha jugado con ese equipo por los últimos 3 años, siendo la estrella del partido en algunos juegos disputados a nivel local y nacional.

Es un gran chico…“me hubiera gustado que alguno de mis otros hijos hubieran llegado hasta donde ha llegado él”, finaliza diciendo Ojeda.

 

 

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