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lunes, abril 21, 2025
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Lion y el poder de los recuerdos

«¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas?», dice un pasaje del profeta Isaías. “¡De ninguna manera!”, diría quizás Kamla Munshi, madre de Saroo Brierley, aun cuando lleve más de dos décadas sin saber de su paradero.

Basada en una historia real, esta película cuenta la historia de Saroo, un pequeño de 5 años que luego de perderse en una estación de tren, recorrer 1.200 kilómetros y llegar accidentalmente a Calcuta, es adoptado por una familia australiana. Cuando llega a la edad adulta y después de una comida con unos amigos donde había algunos de origen indio, Saroo comienza a recordar y a buscar la manera de encontrar su lugar de origen.

La fotografía de esta película logra captar y transmitir la extrema pobreza que se vive en muchas las calles y barrios de la India, así como el verdor y la majestuosidad de los paisajes de Tanzania, el nuevo hogar de Saroo. También se destaca la excelente actuación del pequeño Sunny Pawar y su desesperación al verse  extraviado, y separado de su hogar. La película logra envolver al espectador en el drama de los niños perdidos (80 mil cada año en la India) y muestra también la fortaleza que muchos de ellos tienen al sobrevivir en las calles y huir de las ocasiones de peligro a una edad tan corta.

Lion nos muestra el poder que tienen los recuerdos, aunque sean muy remotos, las imágenes que, ayudadas con los avances tecnológicos, con la astucia y los cálculos humanos pueden hacer posible el deseo de buscar su propio origen después de 25 años. Otro valor que destaca es el de la generosidad de las parejas que, ya sea por problemas de infertilidad o por opción, deciden adoptar y cambiar así la vida de miles de niños sin padres ni hogar. Una película que nos hace pensar también en la providencia de Dios, quien nos conduce por caminos misteriosos, pero infinitamente sabios.

Disponible en Netflix

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