52.1 F
Denver
viernes, abril 18, 2025
InicioLocalesElecciones 2024Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles

Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles

Como estadounidense, encuentro una gran inspiración en los documentos que sentaros los bases de nuestra nación y en las vidas de los hombres y mujeres que lucharon incansablemente por las libertades que disfrutamos hoy. En el preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos, los autores enumeran las principales razones por las que escribieron la Constitución. Entre ellas se encuentran “para formar una Unión más perfecta, establecer la justicia, asegurar la tranquilidad interna, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar las bendiciones de la libertad para nosotros y nuestra posteridad”.

Como católico, me impacta la frase “asegurar las bendiciones de la libertad”. La libertad es verdaderamente una bendición, pero si la entendemos mal y la separamos de la verdad, la justicia y nuestro bienestar general, lo que se propone como libertad puede convertirse rápidamente en una maldición y un azote para nuestra nación.

Evidentemente, me refiero a la lucha constante por la vida, especialmente en Colorado. Este año, votaremos sobre la Enmienda 79 que crearía un “derecho” constitucional al aborto sin restricciones durante las 40 semanas de embarazo, eliminaría la necesidad de que los padres sean notificados si su hija busca un aborto y eliminaría la prohibición actual contra la financiación pública del aborto. No puedo exagerar lo perjudicial que sería este proyecto de ley para nuestro estado si se aprueba.

Tampoco puedo exagerar el valor y la importancia de una sola vida humana. Para demostrar esta realidad, a menudo pido a la gente que piense en cuántas personas no existirían hoy si uno de sus abuelos hubiera sido abortado. En mi caso, más de 45 de nosotros no estaríamos aquí hoy.

Imaginemos si Joseph Kennedy hubiera sido abortado. ¿Qué tan drásticamente diferente habría sido el siglo XX? Aparte de sus propios logros e influencia, no hubiera habido un JFK que se convirtiera en el presidente más joven de nuestra historia. Robert Kennedy nunca habría servido como fiscal general y Eunice Kennedy Shriver nunca hubiese fundado las Olimpiadas Especiales para discapacitados. Eso es sólo para hablar de tres de los nueve hijos de Joseph y sin nombrar a sus numerosos nietos, bisnietos, etc.

El papa Francisco nos ha animado a llevar nuestra fe a la vida pública y hablar por aquellos que no tienen voz. “Como católicos, en este horizonte, no podemos contentarnos con una fe marginal, o privada… Tenemos algo que decir, pero no para defender privilegios. No. Debemos ser voz, voz que denuncia y que propone en una sociedad a menudo áfona y donde demasiados no tienen voz”,1 dijo. Los no nacidos no tienen voz en la lucha por sus derechos y sus vidas.

La capacidad de llevar nuestros valores a la plaza pública y defender la verdad y la dignidad de la vida humana es una de las bendiciones de la libertad de las que habla nuestra constitución. Al ejercer esos derechos, nos involucramos no solo en un esfuerzo político sino también en un esfuerzo espiritual. El papa Francisco explica, además: “Este es el amor político… es una forma de caridad que permite a la política estar a la altura de sus responsabilidades y salir de las polarizaciones, esas polarizaciones que empobrecen y no ayudan a entender y afrontar los desafíos”.2

Teniendo en cuenta la abrumadora polarización y, lamentablemente, la hostilidad que encontramos en el ámbito político, debemos pedir al Espíritu Santo que nos dé la mente de Cristo (1 Cor 2, 16). San Pablo nos recuerda: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Cor 10, 3-4). Cuando votamos, votamos por leyes y candidatos que creemos que reflejarán y construirán mejor el reino de Dios. No podemos dejarnos engañar por una comprensión distorsionada del partidismo en la que nuestros enemigos son candidatos de un partido opositor. Nuestros mayores enemigos son espirituales, e ignorar esa verdad indica la pobreza de nuestra cosmovisión colectiva.

Aunque la naturaleza espiritual del conflicto es primordial, no estamos exentos, sino más bien llamados a participar en la batalla política. Tenemos grandes razones para esperar la derrota de esta enmienda. Datos recientes muestran que, si más habitantes de Colorado supieran lo que haría esta enmienda, se opondrían a ella. Es nuestra responsabilidad articular claramente lo que propone la enmienda y cuáles son sus implicaciones. Como cristianos, estamos llamados a construir una cultura de vida y a proclamar la libertad en el verdadero sentido de la palabra.

Para nosotros, las bendiciones de la libertad son muchas. Tenemos la bendición de poder hablar en nombre de los vulnerables que no pueden hablar por sí mismos. Tenemos la bendición de poder votar por leyes que defiendan la verdad que nos dio Jesucristo. Tenemos la bendición de trabajar por una civilización de amor y justicia.

En ningún universo racional podemos aceptar la enmienda propuesta para ampliar aún más los supuestos “derechos” al aborto y permitir que se les considere una bendición de la libertad. Es un abuso, una distorsión de la verdad y un juicio moral y de conciencia erróneos. El aborto es una clara violación del quinto mandamiento, “no matarás”, por el cual toda persona que apoye el aborto tendrá que responder ante Dios en algún momento. Animo a todos los católicos de la arquidiócesis a leer en oración los números 1776-1802 del Catecismo de la Iglesia Católica sobre la conciencia moral para comprender claramente la enseñanza y cómo formar su conciencia.3

Por favor, únete a mí en la oposición a esta propuesta. Y si, además de tu voto, deseas apoyar la campaña contra esta horrenda enmienda, visita righttoknowco.com.


1. Papa Francisco, discurso de la 50a Semana Social de los Católicos, 7 de julio de 2024
2. Ibid.
3. Catecismo de la Iglesia Católica, 1776-1802.

Arzobispo Samuel J. Aquila
Arzobispo Samuel J. Aquila
Mons. Samuel J. Aquila es el octavo obispo de Denver y el quinto arzobispo. Su lema es "Haced lo que él les diga" (Jn 2,5).
Artículos relacionados

Lo último