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viernes, abril 18, 2025
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¿Es el Miércoles de Ceniza día de precepto?, y otras dudas sobre la Cuaresma

¡La temporada de sacrificio favorita de todos está a la vuelta de la esquina! El período penitencial del año eclesiástico parece acercarse sigilosamente a nosotros año tras año y trae consigo muchas preguntas y dudas.

Si bien el asombro es un don del Espíritu Santo, ¡no hay necesidad de permanecer en la incertidumbre!

¿Es el Miércoles de Ceniza un día de precepto?

Según el decreto general de 1991 de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), hay seis días de santo precepto en los Estados Unidos, además de los domingos del año:

  1. 1 de enero, solemnidad de María, Madre de Dios
  2. Jueves de la sexta semana de Pascua, solemnidad de la Ascensión (que se ha trasladado al domingo más cercano en la mayoría de las diócesis de los Estados Unidos, incluida Denver)
  3. 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María
  4. 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos
  5. 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción
  6. 25 de diciembre, solemnidad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo

Por lo tanto, la respuesta corta es no, el Miércoles de Ceniza no es un día de obligación o precepto.

Sin embargo, los católicos de todo el mundo celebran el día con profunda solemnidad. Y muchos que no pueden celebrar su culto en la comunidad por diversas razones legítimas se sienten culpables, como si hubieran pecado.

¿Es obligatorio recibir las cenizas el Miércoles de Ceniza? ¿Estoy pecando si no puedo ir a la iglesia?

Como el Miércoles de Ceniza no es un día de precepto, faltar a la Misa ese día no constituye un pecado.

Pero ¿qué mejor manera de entrar en la temporada de Cuaresma que uniéndonos a la comunidad católica en la oración —el primero de los pilares de la Cuaresma, junto con el ayuno y la limosna— y la reflexión?

Las oraciones, lecturas y gracias de las liturgias del Miércoles de Ceniza nos dan la fuerza divina para vivir bien la “campaña de servicio cristiano” que es la Cuaresma, “armados con las armas del autocontrol”, como nos enseña la Colecta del día.

Si bien no se comete pecado por faltar a la Misa o a un servicio de oración ese día, sin duda es una virtud hacer todo lo posible para marcarlo con una solemnidad extra a través de la oración, el ayuno y la limosna.

¿De dónde vienen las cenizas el Miércoles de Ceniza?

Entonces, ¿qué es exactamente lo que se coloca sobre nuestras cabezas cada Miércoles de Ceniza? ¿De dónde viene la mancha, es decir, la cruz de ceniza?

En los Estados Unidos, es una práctica común quemar las palmas benditas del Domingo de Ramos del año anterior y usar esas cenizas para el Miércoles de Ceniza siguiente. Más que una buena manera de reducir, reutilizar y reciclar, la práctica apunta a una realidad espiritual más profunda.

Cuando se bendicen los objetos, se apartan para un propósito sagrado. Ya no son solo cosas normales; en cierto sentido, están destinadas a acercarnos a Dios y a profundizar en la oración.

Dado que estas cosas, como las palmas benditas, tienen un significado especial, no deberíamos tirarlas a la basura. De hecho, la Iglesia nos anima a deshacernos de los objetos bendecidos de una manera única, ya sea enterrándolos o quemándolos.

En el caso de las palmas benditas, las iglesias católicas de todo Estados Unidos han optado por la segunda opción. Lo que antes se usaba para celebrar la entrada del Rey de Reyes a Jerusalén (una celebración que rápidamente condujo a su sufrimiento y muerte) ahora se usa para recordarnos nuestra propia debilidad y mortalidad.

¿A dónde van las cenizas?

Es posible que hayas visto a tus presentadores de noticias favoritos, celebridades, compañeros de trabajo, guardias de seguridad o baristas con el tradicional signo de Cuaresma justo en medio de sus frentes el Miércoles de Ceniza… pero ¿sabías que la práctica es generalmente estadounidense?

En los Estados Unidos, es costumbre colocar las cenizas en la frente en forma de cruz. Pero en otras partes del mundo, como en Roma, las cenizas se esparcen sobre la parte superior de la cabeza.

La instrucción en el Misal Romano simplemente ordena que las cenizas se coloquen «sobre la cabeza de todos los presentes» que se acerquen a recibirlas. Ya sea que se coloquen en la frente en forma de cruz —o, seamos honestos, más como una mancha— o si se esparce en la parte superior de la cabeza, lo importante es recordar su significado simbólico y recordatorio: Dios nos hizo de polvo; dependemos de él para todo; y, al final del camino, al polvo volveremos.

¿Quién puede recibir cenizas el Miércoles de Ceniza?

Como se puede sospechar al leer la instrucción mencionada anteriormente, los católicos no son los únicos que pueden recibir las cenizas benditas el Miércoles de Ceniza.

Como sacramental, o signo sagrado que tiene un efecto espiritual a través de la intercesión de la Iglesia, las cenizas benditas santifican el comienzo de nuestro camino cuaresmal y transmiten una verdad espiritual más profunda.

A diferencia de un sacramento como la Eucaristía, este sacramental no está reservado solo a los católicos. ¡Todos son bienvenidos a recibir cenizas como una práctica sagrada para iniciar las observancias cuaresmales!

¿Por qué no repartimos las cenizas de pasada, como en un autoservicio, el Miércoles de Ceniza?

No es sorpresa que la gente tenga mucho que hacer y que a menudo tenga que ir de un lado a otro a toda prisa. Así que, dado lo ocupados que están todos, ¿por qué no adaptarnos a los horarios y ofrecer las cenizas de pasada en un autoservicio?

Según el Libro de las bendiciones, la bendición y distribución de las cenizas “normalmente tiene lugar durante la celebración de la Misa”, o “cuando las circunstancias lo requieran, la bendición y distribución de las cenizas puede tener lugar aparte de la Misa, durante una celebración de la Palabra de Dios” (1059).

En resumen, las instrucciones para el Miércoles de Ceniza nos dicen que las cenizas deben distribuirse en el contexto de una liturgia. Esa liturgia no tiene por qué ser larga si las circunstancias lo requieren, pero es importante que nos reunamos en adoración al comienzo de esta temporada santa.

Enraizar la recepción de las cenizas en la Palabra de Dios y tomarnos un momento para orar mientras ayunamos y damos limosna al comienzo de la Cuaresma nos ayuda a apreciar el significado espiritual de lo que se está celebrando.

La Cuaresma es un tiempo para bajar el ritmo y reflexionar en el Señor, una temporada para acercarnos a Dios que nos ama más de lo que podemos imaginar. Aunque nos inunden las cosas buenas, tomarnos unos minutos para la oración, la remembranza y la reconexión con Dios siempre es algo bueno.

¿Tengo que ayunar el Miércoles de Ceniza? ¿Qué significa eso?

La Iglesia pide a los fieles que ayunen solo dos días al año: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Por supuesto, el ayuno es un acto virtuoso que puede acercarnos a Jesús, pero solo se nos exige ayunar estos dos días.

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), explica que todos los fieles de entre 18 y 59 años deben ayunar estos dos días. Por ayuno, quieren decir que los fieles sólo deben comer una comida completa, así como dos comidas más pequeñas que juntas no equivalen a una comida completa, en estos días.

En otros días durante la Cuaresma y durante todo el año, la Iglesia anima a los fieles a abstenerse de comer carne. A diferencia de los días de ayuno, estos días de abstinencia ofrecen a los católicos de todos los estados de vida la oportunidad de renunciar a algo en comunidad y, en solidaridad, recordar a aquel que entregó su propia carne por nosotros en la Cruz.

De esta manera, los viernes durante todo el año, pero especialmente en Cuaresma, se pide a los fieles que se abstengan de comer carne en un pequeño acto de penitencia. Los viernes fuera de Cuaresma, los obispos de los Estados Unidos permiten que se sustituya la abstinencia de carne por otra penitencia.

André Escaleira, Jr.
André Escaleira, Jr.
André Escaleira es el editor de Denver Catholic y El Pueblo Católico. Nacido en Connecticut, André se mudó a Denver en 2018 para servir como misionero con Christ in the City, donde servió por dos años.
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