Por By Kate Quiñones
La arquidiócesis de Denver pidió a los feligreses que compartieran los nombres de jóvenes que creyeran que podrían ser buenos sacerdotes.
¿El resultado? ¡Más de 900 nombres!
Pero los nombres no son el único fruto de la campaña “Llamados por su nombre”, que se lanzó el pasado mes de mayo.
La campaña, que duró varios meses —una colaboración entre la Arquidiócesis de Denver y Vianney Vocations, un grupo que apoya los esfuerzos vocacionales en diócesis católicas de todo Estados Unidos— también ha despertado una “verdadera apertura” a las vocaciones en el corazón de los jóvenes de la comunidad, según compartió el padre Jason Wallace, director de vocaciones de Denver.
La campaña, dijo a Catholic News Agency (CNA), ha “creado una cultura” en la que hablar sobre vocaciones se está volviendo “más aceptable”.
“No es algo como ‘eso lo hace alguien más’, o que tengas que recibir una visión de un ángel para ser sacerdote”, dijo.
Después de la campaña, el padre Jason notó que algunos jóvenes que no querían ser sacerdotes comenzaron a sentir el llamado a considerar el sacerdocio con más seriedad.
“Incluso hombres que ya conocía y que antes no estaban abiertos a esto, de repente dicen: ‘Padre, ¿podemos agendar una cita?’”, aseguró.
El llamado al sacerdocio es algo que “cambia la vida”, señaló el padre, y la confirmación de la comunidad puede ser ese último empujón.
“De repente, su nombre es enviado y reciben una carta del arzobispo. Y dicen: ‘Vaya, alguien más vio en mí lo que yo apenas sospechaba que podía ser verdad’”, dijo.
El arzobispo de Denver, Samuel Aquila, compartió su gratitud y entusiasmo por los posibles futuros sacerdotes.
“Gracias al testimonio fiel de mis hermanos sacerdotes y al apoyo en oración de nuestros fieles arquidiocesanos, recibimos más de 900 nombres de jóvenes que podrían ser buenos, felices y santos sacerdotes aquí en el norte de Colorado”, dijo el arzobispo.
“Estoy agradecido de que nuestros fieles hayan reconocido este potencial pastoral en tantos jóvenes de nuestra arquidiócesis”, añadió.
La escasez nacional de sacerdotes afecta a las diócesis en todo el país. La inscripción en los seminarios de Estados Unidos ha disminuido durante décadas, ya que cada vez menos jóvenes buscan el sacerdocio y el número de sacerdotes activos sigue disminuyendo. En el 2025, unos 400 hombres estaban programados para ser ordenados al sacerdocio en EE. UU.
La necesidad es grande en Denver, según datos recientes compartidos por la arquidiócesis.
“Nuestra arquidiócesis necesita más sacerdotes que pastoreen y acompañen a nuestras comunidades parroquiales ofreciendo los sacramentos, especialmente la santísima Eucaristía, y llamándonos a una conversión más profunda y a un encuentro con Jesucristo”, dijo el arzobispo Samuel.
La arquidiócesis, que atiende a unos 600,000 católicos, cuenta con solo 148 sacerdotes arquidiocesanos en ministerio activo. Más de un tercio de las parroquias están atendidas por un solo sacerdote.
“Este porcentaje sería mucho mayor si no fuera por los generosos sacerdotes de otras partes del país y del mundo que suplen nuestra escasez de vocaciones”, señaló un análisis del Denver Catholic.
Menos de la mitad de los sacerdotes de Denver fueron ordenados para esta arquidiócesis, y solo el 14% nacieron en Colorado.
Pero en medio de esto, Denver ha visto un crecimiento. Las vocaciones están floreciendo este año a pesar de la escasez de sacerdotes. Diócesis en todo Estados Unidos cuentan historias similares: están apareciendo más seminaristas.
La clase de este año en el seminario, de 23 hombres, fue la más grande en la memoria reciente, según el padre Jason —casi el doble de la clase del año pasado.
El padre Jason atribuye estas vocaciones al fruto de la fidelidad en toda la diócesis —desde los sacerdotes hasta el arzobispo, desde los grupos juveniles hasta las escuelas católicas, desde la pastoral parroquial hasta las familias católicas.
“Cuando vas a cosechar, puedes decir que una persona siembra la semilla, otra la cultiva y alguien más tiene que recolectarla y guardarla”, dijo.
Cuando se le preguntó por qué este año se logró una clase tan numerosa, el padre no supo a quién darle el crédito, salvo quizás al Señor.
“Vivimos en el cuerpo místico de la Iglesia, y este año es un año jubilar”, reflexionó. “Y en los años jubilares, tradicionalmente, es tiempo de perdonar ofensas, compartir la prosperidad y bendecir a otros con gracias especiales”.
“Así que quizás Nuestro Señor nos está bendiciendo en ese sentido con muchos hombres para el seminario”, continuó.
El arzobispo y el padre enviaron una carta personal a los 900 hombres nominados. La campaña aún no ha terminado, y el padre Jason anticipa recibir otros 100 nombres.
Mientras tanto, el arzobispo Samuel compartió su entusiasmo por su propia vocación sacerdotal y por la campaña.
“El sacerdocio es una vocación hermosa, un don puro, y agradezco al Padre por haberme llamado a ser su sacerdote y su obispo”, dijo.
“Oro para que estos 900 hombres —y muchos más— se acerquen a Jesucristo, la vid, y permanezcan en relación con él”, continuó el arzobispo.
Los hombres están invitados a asistir a un evento “Ven y ve” en el seminario a finales de este mes, donde el arzobispo dará una charla y los asistentes tendrán la oportunidad de conocer al rector del seminario y convivir con los seminaristas. De los hombres contactados por la arquidiócesis, más de 70 se han registrado.
En una cultura que intenta ser “autosuficiente”, estos jóvenes están buscando aquello para lo que Dios los creó, dijo el padre Jason.
“Algo que me llama mucho la atención es cuán abiertos están estos jóvenes y cuán sinceramente desean descubrir para qué los creó Dios”, agregó.
El arzobispo ofreció sus oraciones por los jóvenes mientras disciernen su vocación, y pidió a los fieles que se unieran a él.
“A medida que conozcan al Señor más personalmente, que él los guíe a considerar lo que se les está pidiendo”, expresó el arzobispo.
La campaña “Llamados por su nombre” continuará también en forma de grupos de discernimiento, así como con otros recursos ofrecidos por la arquidiócesis.
“Por favor, oren conmigo para que ellos puedan responder con fidelidad, generosidad y valentía —todo para que, en Jesucristo, todos sean rescatados y tengan vida en abundancia, para la gloria del Padre”, añadió el arzobispo Samuel.
