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jueves, noviembre 27, 2025
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Cómo rezar el rosario de acción de gracias — y por qué importa

Descubre una práctica sencilla y vivificante nacida en Christ in the City, perfecta para el Día de Acción de Gracias o para cualquier época del año.

“Señor, gracias por 36 libras de miel…”

“Jesús, gracias por haber visto a Michael en el apostolado en la calle hoy…”

“Padre, gracias por tu calma en medio de la tormenta…”

Cuando fui misionera con Christ in the City (Cristo en la ciudad) en Denver, el “rosario de acción de gracias” era parte fundamental de la vida comunitaria. Al final de cada día nos reuníamos en la capilla, nos arrodillábamos ante el Señor Eucarístico y dábamos gracias por las bendiciones del día.

Con más de 30 misioneros reunidos, casi siempre había mucho por agradecer.

Pero también tuvimos días difíciles: encuentros complicados con amigos que viven en la calle, una vista de primera fila a la fragilidad del mundo, emociones desafiantes, heridas reactivadas. Hubo días en que el silencio durante el rosario de acción de gracias evidenciaba el peso en nuestros corazones. En ese silencio casi podía escucharse a los misioneros preguntar: “¿De qué podemos dar gracias?”

Y, aun así, cada tarde nos reuníamos para dar gracias, en los días buenos y en los duros, cuando el corazón se elevaba y cuando se rompía.

Mucho se ha escrito sobre la importancia de la gratitud, tanto desde perspectivas religiosas como seculares. Nos ayuda a vivir el presente, a reconocer las huellas de Dios en nuestros días y a poner las cosas en perspectiva. Practicar la gratitud es algo grande y santo para nosotros. Y algunos días, es un verdadero desafío.

Este Día de Acción de Gracias, ya sea que la gratitud te resulte cercana y sencilla, o distante y difícil, considera unirte a mí en esta práctica de dar gracias, quizá incluso con un rosario de acción de gracias.

Cómo rezar el rosario de acción de gracias

Primero, inicia el momento de oración con una sencilla dedicatoria: “Señor, te ofrecemos este rosario de acción de gracias por las muchas bendiciones de este día”. Esto orienta el tiempo de oración y gratitud hacia el dador de todo bien.

Luego, ya sea en oración personal o en comunidad, en silencio o en voz alta, da gracias a Dios por lo que tengas en el corazón. Tal vez tuviste una buena conversación, un encuentro inesperado o una buena taza de té, realmente buena. Todo lo bueno viene de Dios, así que dale gracias por ello.

Procura dirigir siempre tu agradecimiento a Dios también. “Jesús, gracias por…”, “Padre, gracias por…”, “Señor, gracias por…”. ¡Ser muy específico ayuda!

Incluso podrías agradecer a Dios por una experiencia difícil. ¡Eso es hermoso! Lo importante es orar desde el corazón con gratitud auténtica.

Una vez que hayas dado gracias por 10 cosas, reza un gloria para devolver honor, gloria y alabanza a Dios por todos los dones que te ha concedido.

Puedes repetir ese proceso unas cuantas veces más hasta completar las 5 “decenas” de gratitud de tu rosario de acción de gracias.

Si estás rezando a solas o en un grupo pequeño, quizá sea difícil encontrar 50 motivos de gratitud. Puedes ampliar el periodo de tiempo (bendiciones de la última semana o del último mes) o rezar solo una o dos decenas. Lo que funcione; la finalidad es dar gracias a Dios.

André Escaleira, Jr.
André Escaleira, Jr.
André Escaleira es el editor de Denver Catholic y El Pueblo Católico. Nacido en Connecticut, André se mudó a Denver en 2018 para servir como misionero con Christ in the City, donde servió por dos años.
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