El Director de Ministerio Hispano de la Arquidiócesis de Denver, Luis Soto, compartió con El Pueblo Católico su preocupación por el futuro de la comunidad en Estados Unidos, a partir de una encuesta hecha entre jóvenes latinos, que refleja la situación actual y el preocupante futuro de los mismos.
“Los resultados presentados en ella son sorprendentes”, dijo Soto. “Entre otras cosas nos dice lo siguiente: Una de cada 4 jóvenes hispanas de 19 años, es mamá; sí, es mamá a los 19 años y la mayoría de ellas, son mamás solteras. Uno de cada tres jóvenes inmigrantes hispanos no termina “High School”; uno de cada tres ha tenido sexo antes de los 16 años; uno de cada cinco adolescentes latinos conoce a alguien en una pandilla; solamente uno de cada cinco asistirá a la Universidad; casi la mitad afirma que el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo debe ser legal. Y por encima de todo, apenas un poco más de la mitad, se declaran católicos”.
“Muchos pensarán que el asunto de que cada vez menos se declaren católicos es debido a que estos dejan la Iglesia para irse a otras iglesias evangélicas o cristianas, pero no es así”, aclara Soto, también Director de Centro San Juan Diego en Denver. “Al contrario, se están yendo para declararse ateos, o al menos, sin ningún interés en la fe. El problema, por lo tanto, es de todos, no sólo de los católicos”.
Los motivos de esta situación son diversos y complejos. Algunos señalan que se debe a que estamos en una sociedad diferente, que los tiempos han cambiado, que es la modernidad, o la postmodernidad para los más intelectuales; que la educación es distinta, que así es como tiene que ser.
Pero el Director del Ministerio Hispano afirma que el problema están en otro lugar: “Para mí, tenemos que hacernos una pregunta fundamental como comunidad y sobre todo, como familias. ¿Cuál es la sociedad que queremos para nosotros y para nuestros hijos?” pregunta Soto. “La cantidad de niños que crecen y crecerán en familias con un sólo padre o sin padres va en aumento. Para ser concreto, la mitad de los niños hispanos que nacen hoy en día, nacen fuera del matrimonio. El número de jóvenes con ningún interés en algo trascendente es sorprendentemente alto, la cantidad de ellos que crecen sin valores sin duda asusta. Así, el panorama para el futuro parece ser aun más incierto”.
Ante la afirmación de que la presencia hispana en los Estados Unidos es una fuente de bendición, Luis Soto, mexicano de origen que vive en Estados Unidos desde hace varios años, pregunta: “¿Cómo podemos ser una bendición después de ver estas cifras? ¿Somos una influencia buena y una bendición cuando en sólo una generación perdemos la esencia de lo que realmente significa ser hispano? Parecemos ganar en todo lo malo, al ser el grupo con más alto índice de pandillerismo, de embarazos adolescentes, de dejar la escuela, de no ir a la Universidad, etc. Creo que es hora que asumamos nuestra responsabilidad”.
Para Soto, casado y con 3 hijos, la respuesta está en la Familia. “Cuando llegamos a este país como inmigrantes –señala- lo hicimos pensando que queríamos darles un mejor futuro a nuestros hijos y tristemente, parece que no lo estamos logrando. Al contrario, nos atormenta el sólo pensar en el futuro de nuestros hijos. Los hijos de los inmigrantes, aun a pesar de hablar mejor inglés, de estar más “integrados” a la sociedad, normalmente tienen más problemas de familia, escuela, fe y comunidad. Parece que nos estamos integrando, pero a lo peor de la cultura norteamericana. No puede ser integración a todo y cualquier costo, sino basada en valores”.
“Se nos dice en los medios que el futuro es latino, que somos el grupo de mayor influencia, que el futuro de este país está en nuestras manos, que el futuro de la Iglesia está en nuestras manos”, enfatizó Soto. «El asunto es muy simple, lo estamos perdiendo”, agregó el líder hispano.
Finalmente, Luis Soto ensaya una propuesta. “A principios de la era cristiana, leemos en el libro del Apocalipsis que había una situación similar en algunas comunidades cristianas. San Juan escribe a siete Iglesias. A la primera de esas Iglesias a la cual escribe, es a la Iglesia de Éfeso. Le dice San Juan: “tienes paciencia en el sufrimiento, has sufrido por mi nombre sin desfallecer. Pero tengo contra ti que has perdido tu amor de antes” (Ap 2, 3-4). Yo creo que como hispanos, hemos perdido nuestro amor de antes. Hemos perdido aquello que nos ha hecho ser quienes somos, aquello de lo cual nos sentimos más orgullosos. Es necesario recordar nuestra identidad. Y creo que el centro de nuestra identidad está en nuestra fe Católica. El problema es que últimamente estamos tratando a toda costa de sacar a la fe católica de nuestra cultura. ¿Qué será la cultura hispana sin su fe católica? nada más que una fiesta ruidosa”, concluyó el líder hispano.