Por Morgan Knobloch
Horas después de que la fumata blanca se elevara de la Capilla Sixtina, el padre Samuel Morehead, rector de la Basílica Catedral de la Inmaculada Concepción en Denver, celebró una Misa por el recién elegido papa León XIV en el epicentro de la arquidiócesis.
Las lecturas de esta Misa especial, tomadas del Evangelio de Mateo, recuerdan la confesión del primer papa, san Pedro, en respuesta a la pregunta de Jesús: «¿Quién dicen que soy yo?» (Mateo 16,15). Cuando san Pedro responde: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mateo 16,16), Jesús lo bendice y le otorga un nuevo nombre sobre el cual se edificará la Iglesia. Hoy en Roma, la promesa de Cristo a san Pedro continúa con el nombramiento del papa León XIV.
En su homilía, el padre Samuel destacó la conexión transmitida de san Pedro al nuevo papa León XIV y la necesidad de la Iglesia de un pastor que la guíe en el camino de Cristo.
“Hoy en Roma se dio un nuevo nombre, dado por alguien que ha confesado a Cristo”, dijo el padre. “Después de tener los ojos pegados a una chimenea en la televisión, tenemos un papa. Tenemos un padre, un padre santo en la fe que puede guiarnos”.
El ex cardenal Robert Prevost, el papa León XIV, nació en Chicago y fue obispo de Chiclayo, Perú, antes de ser creado cardenal en 2024.
“Lo que nos impactó a todos aquí, en el corazón de Estados Unidos”, dijo el padre Samuel, “es que él es un estadounidense con nosotros. Mi siguiente pensamiento fue: ‘Del corazón del país al corazón de la Iglesia’. Esa es la esperanza que tienen; nacidos en Chicago, pero criados no muy lejos, considerando todo, de donde estamos hoy aquí en Denver”.
Además de la sorpresa por los antecedentes del nuevo papa, el padre también destacó su formación agustiniana y su experiencia misionera, al tiempo que instó a los fieles a orar por su pontificado.
“Habiendo sido llamado por Dios a través de los cardenales, habiendo asumido el nombre de León, se encuentra en Roma”, dijo. “Allí para ser papa, allí para ser obispo de la ciudad, allí para ser el sucesor de san Pedro, el número 267, con ese nombre, y él debe guiar el camino de Cristo a través de la Iglesia Universal, ahora”.
