Por Ryan Bagley
En una luminosa mañana de domingo, los feligreses de la parroquia St. Frances Cabrini, en Littleton, se reunieron para celebrar la conclusión de importantes renovaciones en su querida iglesia. Este momento no solo honró el arduo trabajo y la dedicación que hicieron posible las mejoras, sino que también marcó el inicio de una nueva etapa para esta comunidad unida, llena de esperanza renovada y posibilidades para el futuro.
El centro de la celebración fue la santa Misa, que incluyó el rito de dedicación del nuevo altar mayor y la inauguración del nuevo sagrario. La Eucaristía fue presidida por el arzobispo Samuel J. Aquila y concelebrada por otros nueve sacerdotes, entre ellos el actual párroco, el padre John Paul Leyba.
“Este altar representa a Cristo”, dijo el arzobispo Samuel en su homilía. “Representa su sacrificio, y cada vez que se celebra la Misa, su sacrificio se hace presente”.
Durante el rito de dedicación, se colocaron tres reliquias de primera clase de santa Francisca Cabrini en un compartimento de vidrio dentro del altar. Antes de la Misa, las reliquias fueron expuestas para veneración de los fieles y custodiadas por los Caballeros de Colón en el nártex.
El nuevo altar, elaborado por artesanos en España, es una de las muchas renovaciones en St. Frances Cabrini que se hicieron posibles gracias a la campaña capital de la parroquia en 2022, llamada Heartbeat Project. El nombre del proyecto proviene de Juan 13, 23, donde san Juan Apóstol recuesta su cabeza sobre el pecho de Jesús, y su objetivo, en palabras de la propia santa Francesca Cabrini, era “ir a cualquier parte y hacer cualquier cosa para comunicar el amor de Jesús a quienes no lo conocen o lo han olvidado”.
“Este es un proyecto más profundo; es mucho más que una simple remodelación”, explicó Jane McGill, presidenta del comité de corresponsabilidad parroquial. “Como san Juan, descansamos en Jesús y sacamos fuerzas de él. La remodelación manifiesta físicamente esta unidad al alinear la pila bautismal, el altar, el sagrario y el crucifijo”.
Las renovaciones buscan crear un espacio sagrado que sirva como catequesis visual tanto para los feligreses como para quienes se han alejado de la Iglesia o nunca han estado expuestos al cristianismo.
“Creo que lo importante es el espíritu del proyecto”, comentó el padre John Paul Leyba, “y este esfuerzo busca preparar a otra generación de católicos que está llegando. Tiene una base en el pasado, se manifiesta en el presente y prepara el futuro. Nos preparamos para una generación que quizá no tenga los principios cristianos básicos sobre Dios, los demás o las preguntas que puedan tener.
“Reconocemos que la verdad, la bondad y la belleza son atractivas”, continuó el padre. “Creo que uno de los modos principales de atraer a esta generación será la belleza. Buscan cosas hermosas, cosas que no sean pasajeras. Nuestra iglesia es un lugar físico cuyo diseño comunica el Evangelio”.
Para lograr esta misión evangelizadora, la parroquia comenzó encuestando a los feligreses sobre qué mejoras deseaban ver.
“Me pareció algo muy valioso”, dijo el feligrés Tim Norick. “Muchas veces la gente hace los cambios que quiere sin tomar en cuenta la opinión de la parroquia”.
“Se sintió como una decisión en familia”, añadió Kara Norick.
Con base en los resultados de la encuesta, la parroquia decidió no renovar el exterior del templo y enfocar los esfuerzos en embellecer el interior y modernizar el sistema de sonido.
“Dos de los ejes principales de la vida católica son la palabra [la Sagrada Escritura] y la Palabra hecha carne [Jesucristo]”, explicó el padre John. “Dos de nuestras preocupaciones principales eran que los feligreses no podían escuchar bien la Palabra (la acústica en la nave era deficiente), y que el sagrario estaba en un costado, detrás de las bancas. Queríamos mejorar el sistema de sonido y hacer que el sagrario estuviera en el centro”.
A medida que avanzaba la renovación, los costos superaron el presupuesto en unos 250 mil dólares. Afortunadamente, Allen Ross, presidente del comité de construcción del Heartbeat Project, tenía experiencia en el ámbito de la construcción y jugó un papel fundamental en la reducción de gastos. Allen y el comité trabajaron con los contratistas para recortar costos y añadir algunos detalles deseados, como crear dos nichos para imágenes junto al sagrario, retapizar las bancas y renovar los baños. Al final, lograron reducir el sobrecosto a tan solo 55 mil dólares.
“Fue un gran éxito”, dijo Ross. “Todo esto se logró gracias al arduo trabajo de muchas personas de buena voluntad”.
La primera parte de la parroquia en ser renovada fue el salón parroquial, que el arzobispo Samuel bendijo y dedicó después de la Misa con el nombre de Monsignor Kenneth Leone Hall.
“Es un sacerdote muy querido. Llegó a Cabrini y sanó nuestra parroquia, por eso es tan amado”, dijo Jane McGill sobre monseñor Kenneth Leone, quien fue párroco de St. Frances Cabrini en la época del tiroteo en la preparatoria Columbine en 1999.
“Creo que dar el nombre de monseñor Ken Leone a nuestro salón es un regalo muy, muy especial”, comentó el feligrés Mark Nelson. “Lo nuevo que estamos haciendo aquí es una buena manera de honrar su legado y de llevar la fe a más personas de la comunidad”.
“Mi corazón está con ustedes”, dijo monseñor Kenneth en un mensaje de video grabado para la comunidad. “Tengo recuerdos increíbles y maravillosos de haber pasado 12 años aquí con ustedes. Fue una bendición… Ha habido tantos momentos de gracia en este lugar, y hoy solo quiero darles las gracias por todo el amor y las oraciones que han ofrecido. La manera en que se aman unos a otros, la manera en que rezan me ha inspirado”.
Tras la renovación del salón, comenzaron las obras en la iglesia, y durante un tiempo las Misas se celebraron en el salón renovado.
Ahora, totalmente renovada, la iglesia cuenta con una acústica impecable gracias a un nuevo sistema de sonido oculto en el baldaquino octagonal suspendido sobre el altar mayor. En siete de sus lados aparecen los nombres en latín de los siete sacramentos, y el panel trasero tiene elementos de iluminación que destacan el sagrario central en el altar del fondo.
“Temía que quedara tan distinto y modernizado que se sintiera frío”, dijo Kara Norick, “pero hicieron un trabajo hermoso al incorporar los elementos de manera que mejorara lo que ya había. Sigue siendo nuestra iglesia; sigue siendo Cabrini. Este es el lugar al que vinieron tantos jóvenes de Columbine en busca de refugio, así que el hecho de que no luzca radicalmente distinto nos sigue trayendo recuerdos de seguridad”.
“Me impresionó muchísimo”, dijo Mark Nelson sobre la primera vez que vio el altar. “Los colores, el tamaño… simplemente se ve imponente”.
Nelson señaló que le gustaba la iglesia antes de la renovación, pero “las nuevas remodelaciones me recordaron a las antiguas catedrales de Europa. La gente quiere transmitir la fe y hacer algo absolutamente hermoso, y pensé que esta era una gran oportunidad para lograrlo”.
Al final de la Misa, el arzobispo Samuel agradeció al padre John y a los feligreses de St. Frances Cabrini por el trabajo realizado en la renovación de la iglesia y por asegurarse de que sea un lugar hermoso para las generaciones futuras.
“Como arzobispo, quiero expresar mi gratitud al padre John Paul por su liderazgo”, dijo, “porque sé que esto no se habría logrado sin su guía. Y quiero extender mi profundo agradecimiento a todos ustedes, los fieles de St. Frances Cabrini, porque sin su tiempo, sus talentos y sus recursos, nada de esto habría sido posible… [Esta iglesia] verdaderamente eleva sus corazones al cielo y a nuestro Dios, y eso es lo que toda iglesia está llamada a hacer”.