Por Erin Scherer
“¡Ánimo!” empieza la lectura del profeta Baruc para la Misa Anual de Niños en el cementerio católico Mount Olivet el sábado pasado. Es una exhortación muy apropiada para las familias que se reunieron para honrar la vida de sus hijos que los han precedido.
“El significado preciso de este ánimo”, explica padre Víctor Rosales Martínez, CR, “es la gracia del Señor que entra en nosotros en nuestras penas y, a su vez, nos hace levantarnos”.
Jesús está aquí, explicó, “para sanar y para reestructurar todo aquello que has pasado. Todo aquello que has vivido”.
Este es un gran consuelo para aquellos que están de duelo. Y esta Misa proporciona la bendecida oportunidad de reunirse en fe y esperanza con familia, visitar el cementerio y celebrar la vida de sus chiquitos.
“Las personas necesitan celebrar la vida de su hijo”, dice Paulette Kaufmann, gerente de misión y cuidado familiar en el cementerio católico Mount Olivet. “Hay personas que regresan cada año. Puede ser la única vez en el año en que vienen al cementerio si falleció su bebé hace 20 años”.
A pesar de los años que han pasado, es importante que las familias tengan este espacio para hacer duelo y honrar la vida de su hijo.
“Aunque quizás el bebé está gozando de la presencia del Señor”, dice padre Víctor, “los padres siguen sufriendo, se siguen cayendo”.
Sin embargo, en estas caídas, la luz de Cristo “ayuda a levantarnos, ayuda a encendernos”, explica el padre. Nos consuela, nos da un abrazo y nos recuerda que “nada te turbe, que nada te espante”.
Si bien las familias que asisten a esta Misa no se conozcan, forman una comunidad íntima, ya que automáticamente se entienden sin decir una palabra.
“Una vez al año, se puede centrar nuevamente y reunirse con otros”, explicó Jessica Galán, directora de funerales en el cementerio católico Mount Olivet. “No los conoces. Lo más probable, nunca los has visto. Sin embargo, están caminando juntos, ese camino de duelo y amor”.
Terminando la Misa, el padre Víctor invitó a los padres a acercarse al altar donde esparció agua bendita sobre ellos y les dio una bendición especial. A través de la Misa Anual de Niños, las familias saben que “nunca están solas en este camino”, dice Jessica.
El evento anual es solo la punta del iceberg de los programas misioneros de Servicios Funerarios y Cementerios Católicos (CFCS, por sus siglas en inglés), que sirven a la comunidad del norte de Colorado. Desde su programa Cripta de Todas las Almas hasta sus programas para veteranos, sus grupos de apoyo en el duelo y su ministerio Vidas Preciosas, CFCS está a la vanguardia en ofrecer una atención compasiva y digna que llena el vacío de la pérdida con fe.
De manera especial, los servicios funerarios y entierros mensuales del ministerio Vidas Preciosas, ofrecidos gratuitamente a las familias que han perdido a un hijo durante el embarazo o al nacer, prolongan a lo largo del año la experiencia de paz y comunidad que se vive en la Misa Anual de los Niños. Actualmente este ministerio se ofrece únicamente en el cementerio católico Mount Olivet en Wheat Ridge, pero CFCS busca expandirlo al cementerio católico San Simeón en Aurora.
Para aprender más sobre este ministerio y otros, favor de visitar el sitio web: www.cfcscolorado.org.