Por Jay Sorgi
A veces, Dios utiliza grandes comidas con fettuccine alfredo para abrir puertas al encuentro, a la sabiduría y a una evangelización sutil.
El padre Scott Bailey, párroco de la parroquia Risen Christ en Denver, creó esa oportunidad al orientar y asesorar a un importante guionista, productor y director de Hollywood, quien resulta ser sobrino de una de sus feligresas.
“Fue una locura para mí”, dijo el padre Scott sobre cómo Rian Johnson, escritor y director de Wake Up Dead Man: A Knives Out Mystery, lo contrató para que el ambiente dentro de la trama de su comedia de misterio presentara la fe católica de forma auténtica. La película ya se estrenó en cines y estará disponible en Netflix a partir del 12 de diciembre.
“Desde hace años sé que Kristin y Starck Johnson, mis feligreses, son parientes de Rian Johnson, que ha dirigido estas películas de Knives Out. Hizo Star Wars: The Last Jedi. Dirigió algunos episodios de Breaking Bad, Looper y Brothers Bloom. Ha tenido una carrera en el cine por al menos 20 años”, continuó el padre Scott.
Rian, que no es católico, regresó a Colorado para celebrar su cumpleaños a finales del 2023.
“Normalmente nos enteramos de la película por medio del guion. Él nos manda el guion”, dijo Starck. “Pero esta vez quería que estuviéramos involucrados un poco antes. Quería que le diéramos nuestras ideas. Dijimos: ‘Podemos hacer algo mejor. Invitaremos a varios sacerdotes y que hablen directamente con la fuente’”.
“Un día Starck entró a la sacristía después de la Misa y me dijo: ‘Nos encantaría invitarte a cenar, que se conozcan y que pueda preguntarte lo que necesite, tal vez puedas invitar a otros sacerdotes’”, recordó el padre Scott.
Así que, una noche de diciembre, Rian se reunió con su tía Kristin, su tío Starck, el padre Scott y los padres Nathan Goebel, Trevor Lontine, Jacob Machado y Peter Mussett. Se adentraron en un festín de pasta de seis horas que formó y educó a un cineasta de Hollywood sobre la fe católica, una catequesis que necesitaba para lograr que la película se sintiera auténtica.
“Fue una conversación muy interesante. Hablamos de filosofía, política, teología, literatura, cine, de todo. Rian sabe muchísimo de escritores y pensadores, y claro, estaba en una sala llena de personas que también estudiaron, así que pronto la conversación se volvió profunda”, dijo el padre Scott. “Tenía muchas preguntas sobre nuestra vida como sacerdotes. Algunas de las dinámicas entre nosotros también le llamaron la atención. Salió de ahí con una idea más clara de la dirección y el tono de la vida de un sacerdote, y probablemente fue bueno para él conocer a unos sacerdotes, espero, normales, de este pequeño grupo”.
Esa noche de calidez y descubrimiento, en un día inusualmente cálido en Denver, llevó a una llamada telefónica posterior durante la Semana Santa del 2024, y a una relación que ahora dará crédito al padre Scott en una película de gran estudio, con el papel de “Consultor técnico católico”.
“Me preguntó si estaría dispuesto a leer el guion y darle mis comentarios. Su gran pregunta era: ‘¿Hay errores evidentes completamente fuera de la realidad de la vida católica?’ Quería que la vida sacerdotal se sintiera auténtica”, dijo el padre Scott, quien estaba un poco ocupado en esos días. “Le dije: ‘¡Es Semana Santa! Es mi semana más ocupada del año. Dame una semana después de Pascua’”.
El padre Scott, quien estudió teatro, lo asesoró en tres niveles distintos de recomendaciones, incluidas algunas críticas que eran importantes para la credibilidad en la película.
“Después me llamó y me preguntó si estaría dispuesto a colaborar con su equipo de producción para afinar muchos detalles”, recordó. “Me convertí en el consultor técnico católico, como aparece en los créditos”.
Rian viajó a Inglaterra para filmar la película, que cuenta con Daniel Craig, Josh O’Connor, Glenn Close, Josh Brolin y Mila Kunis. El padre Scott empezó a recibir numerosas llamadas transatlánticas y reuniones por Zoom.
“Tuve una conversación de una hora con la diseñadora de vestuario. Ella ya había investigado muchísimo. Me impresionó lo que sabía, pero esperaba que yo diera el visto bueno a varias cosas para poder avanzar”, dijo el padre Scott. “Ocurre un crimen durante la liturgia del Viernes Santo. El sagrario está completamente abierto y vacío. Ese es un detalle que no encontrarás en una iglesia 364 días al año. Fue interesante trabajar con el director de arte y el equipo de utilería, porque hay elementos litúrgicos muy propios del Viernes Santo. ¿Cómo se disponen las cosas en el presbiterio? ¿Cómo luce la sacristía? Eso es importante”.
El padre Scott también asesoró a Josh O’Connor, quien interpreta a un sacerdote que se vuelve pieza central de la trama. Ese acompañamiento fue más allá del argumento de la película.
“Tuvimos reuniones por Zoom donde le conté un poco sobre mi vida, para que entendiera la mente de un sacerdote que intenta mantener unida a una comunidad dividida por temas políticos, centrada en sí misma y no muy centrada en Cristo”, dijo. “¿Cómo llevar a Cristo ahí? Tuvimos muchas conversaciones sobre eso. Fue hermoso porque él mismo reconocía que nos adentrábamos mucho en su vida espiritual. Tuvimos conversaciones muy profundas sobre el Señor, su propia formación en la fe católica, dónde está ahora con Dios, qué significa orar y qué significa acompañar a las personas en su sufrimiento. Fue una oportunidad de evangelización muy, muy interesante”.
La película no se escribió con intención de evangelizar, pero él cree que la representación fiel de la fe católica como trasfondo abre aún más puertas para compartir la fe, con un final que considera profundamente espiritual… y con un sacerdote muy creíble como motor de la historia.
“Lo que más me emociona es ver a un sacerdote bien retratado en pantalla, que no se siente unidimensional”, dijo el padre Scott. “Tiene limitaciones y fallas como cualquiera. Tiene un pasado como cualquiera. Y aun así es un sacerdote convincente y creíble”.
Nota del editor: Wake Up Dead Man: A Knives Out Mystery tiene clasificación PG-13 e incluye contenido no apto para niños. Se recomienda discreción del espectador.
