En la parroquia Queen of Peace, se celebró el 17 de mayo el mes de María con la procesión del “Santacruzan”, tradición filipina, que parte de una celebración mariana llamada “Flores de Mayo”.
Esta procesión celebra el descubrimiento de la Santa Cruz en la que murió el Señor Jesús en Jerusalén y de la estatua de Nuestra Señora de Antipolo, por Santa Helena, madre del emperador Constantino, según nos cuenta Emily Valenzuela, organizadora del evento.
“Durante todo el mes, muchos filipinos ofrecen flores y novenas a Nuestra Señora de Antipolo, por su amor e intercesión constante, y por la conversión de las Filipinas al catolicismo”, comparte Valenzuela, quien es parte de la comunidad filipina en Colorado. Vale recordar que las Filipinas recibieron el regalo de la fe de los españoles, quienes colonizaron estas islas, al igual que nuestras tierras latinoamericanas.
Según Emily, esta celebración llegó a Denver cuando una imagen de Nuestra Señora de Antipolo fue traída a Colorado desde las Filipinas, en 1999. El padre Bill Breslin, párroco de la entonces recién construida Queen of Peace, trabajó con los líderes de la Sociedad de Bayanihan, para crear un santuario, donde la comunidad filipina de Colorado pudiera visitar a Nuestra Señora de Antipolo.
Emily relató que “en honor a la celebración de la independencia de las Filipinas, se lanzó la celebración del “Santacruzan”, por primera vez en Colorado. En 1999 el entonces Arzobispo de Denver, Charles Chaput, inauguró el santuario de la Virgen de Antipolo, y presidió la primera misa votiva de “Santacruzan” celebrada en Queen of Peace”.
Este año, la celebración unió a las tres comunidades presentes en la parroquia. La Misa, presidida por el P. John Nepil, vicario parroquial de Queen of Peace, tuvo partes en tagalog, español e inglés.
Después de la Eucaristía, aproximadamente 100 personas participaron en la procesión alrededor de la parroquia, rezando el rosario. “La procesión fue hermosa; la cruz era seguida por los Caballeros de Colón, por Nuestra Señora en hombros de seis jóvenes, nuestro diácono, las Sagalas, y la comunidad orante”, compartió Emily.
“Sobre todo, ha sido un evento que ha unido a nuestra comunidad parroquial, en honor a Nuestra Señora de Antipolo y nuestra fe”, concluyó.