Para Greg Johnson, aceptar su misión como líder de pastoral juvenil en la parroquia St. Thomas More en Centennial sintió como el regreso al hogar.
De niño, Greg fue expulsado del grupo de jóvenes después de ser la causa de muchas distracciones. Años después, como adolescente, tuvo un encuentro con Jesús durante la conferencia anual Steubenville of the Rockies, lo que desencadenó su conversión.
«En ese momento de mi vida, sabía que necesitaba cambiar. Era el verano antes de mi segundo año en la preparatoria Regis Jesuit, y recuerdo haber hecho una oración muy simple», explicó Greg. «La oración fue: ‘Señor, sé mucho sobre ti, pero no te conozco personalmente. Por favor, revélate a mí.’ Y definitivamente lo hizo. Cuando el sacerdote trajo el Santísimo Sacramento cerca de mí, comencé a llorar. Pensé, ‘Esto es real'», dijo.
A través de su encuentro con Jesús en la Eucaristía esa noche, Greg se involucró más en la pastoral juvenil en St. Thomas More, especialmente en el programa de Life Teen. Estas experiencias lo llevaron a seguir una carrera centrada en servir a los jóvenes.
«Siempre tuve una pasión por los jóvenes, especialmente en el entrenamiento, la enseñanza o la pastoral juvenil. Siempre pensé que este podría ser un trabajo realmente genial», dijo Greg. «Esto me llevó a Benedictine College, donde estudié teología y educación física con énfasis en entrenamiento».
Después de graduarse de la universidad, Greg sirvió como misionero con la Fraternidad de Estudiantes Universitarios Católicos (FOCUS por sus siglas en inglés) y atribuye su formación profesional a sus años de servicio. Al reflexionar sobre su trabajo en la pastoral juvenil, Greg siempre vuelve a la idea de la relación, lo que fue central en su tiempo como misionero.
«No se trata solo de las relaciones que construyen entre ellos, aunque eso juega un papel importante en la lucha contra el aumento de la depresión, la soledad y el suicidio que experimentan los jóvenes hoy en día, sino particularmente en que estas relaciones estén centradas en Cristo», explicó.
A través de los diversos eventos y programas que Greg ofrece, los jóvenes llegan a profundizar su sentido de comunidad y su apertura al amor de Cristo.
«Los niños tienen la oportunidad de profundizar y de construir amistades o relaciones centradas en Cristo a través de juegos, actividades y retiros. También tienen la oportunidad de fortalecer su propia vida de oración y su relación con Jesús a un nivel magnificado», agregó.
El apoyo que la pastoral juvenil a nivel parroquial recibe de la Colecta Anual del Arzobispo en toda la arquidiócesis ayuda a aumentar las oportunidades para que los jóvenes desarrollen estas amistades mientras profundizan su relación con Jesús a través de varios programas, eventos y retiros que se ofrecen a lo largo del año, como Totus Tuus, Mountain Madness, Steubenville of the Rockies y más.
Estas oportunidades para comunidad, formación y oración son transformadoras, tanto para Greg como para los jóvenes a los que sirve. Es el encuentro personal con Jesús, especialmente en la Eucaristía, lo que tiene el mayor impacto a los jóvenes, dijo Greg.
«Mi momento de conversión en Steubenville fue de la misma manera. Los niños tienen la oportunidad de fortalecer su vida de oración a un nivel magnificado, y es una experiencia muy poderosa para ellos estar en adoración Eucarística con música de alabanza y con otros adolescentes. Es como un pequeño vistazo al Cielo», concluyó Greg.
En reconocimiento a su servicio devoto a su comunidad, Greg ha sido reconocido como el Discípulo del Mes de la Colecta Anual del Arzobispo de este mes. A través de su dedicación inquebrantable, Greg ha crecido en su propia fe y ha fortalecido la comunidad en St. Thomas More. Su historia es un testimonio del poder del servicio y del profundo impacto de una comunidad de fe solidaria.
¡Felicitaciones, Greg, por ser el Discípulo del Mes de la Colecta Anual del Arzobispo!
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